Martes 9 de enero del 2007.
Esta mañana al secar los platos de la cena, como con vida propia, se me han suicidado dos. Ahora viene la faena, despues de barrer con cuidado la cocina, de ir encontrando, durante varias semanas, pequeños restos que se habian escondido; por mucho que barras, que pases la aspiradora, que remates con la fregona, siempre se quedan por ahi trocitos indecentes que van asomandose poco a poco con ganas de fastidiar. Mañana, o dentro de tres dias, entrare en la cocina y¡zas! notare, con ruido y todo, como habre pisado un resto de esos platos. Lo mismo sucedera, como por arte de magia, dentro de una o dos semanas.
Haciendo recuento de los pocos que quedan, he decidido ir al chino de la esquina para hacer reposicion. Es un faena, pienso que los cacharros de cocina me odian, (el odio es mutuo) siempre hacen algo para fastidiarme, dia tras dia, un plato que se cae y se transforma en mil pedacitos en el suelo, un vaso explota lleno de desidia hiriendote en los dedos, un cuchillo hace un gesto de ataque y se te clava en la palma de la mano, la cacerola se vuelca derramando su contenido y quemandote las piernas,.....Habria que inventar algo nuevo para sustituir a estos psicoticos, algo mas manejable, mas ductil, mas humano, o pasar a comer como los antiguos, con las manos; preparar la comida con una fogata y un palo atravesando al carne.
En fin, no se puede remediar, chino y compra de platos.
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