Saturday, March 31, 2018

¡Como puede cambiar el día por una nimiedad!


¡Como puede cambiar el día por una nimiedad!



Te levantas lleno de cansancio, los ojos apenas se abran, la pereza, pensando en ir al trabajo, te llena y te bloquea hasta el pensamiento.



Hechas un poco de agua fría a la cara tratando de espabilarte, de volver a tu, a animarte. Hasta te cuentas, como hace tiempo que no haces, un mal chiste ala espejo del baño.



Preparas el café para ti y tu mujer. Para ella le pones los cereales integrales que le gustan. Par ti eliges dos magdalenas y cuatro galletas, también integrales.



Mientras el microondas calienta los dos cafés con leche secas la loza del fregadero, de la noche del día anterior.



Pones las tazas en la mesa con el azucarero y las cucharillas.



Te das la vuelta, ella ha llegado, esta allí, no parece que se haya recién levantado. Te da un beso, mas largo que de costumbre, al tiempo que te abraza con fuerza contenida.

Te llenas de cariño. No entiendes esa efusión, a esa hora, en ese momento.



Te separas y la miras con una media sonrisa, feliz. Te sientes a gusto ahora, con ella, mas despierto, más pleno.



Saca un paquete, pequeño, que tenia escondido tras la espalda. La miras sorprendido.



Coges el paquete, lo abres, un libro: El cuento numero trece de Setterfield.



Oyes, de forma lejana, casi en la esquina del llanto, como te dice que sabe que lo deseabas y  no resistió la tentación de regalártelo, que espera que te guste, que lo disfrutes.



No la dejas seguir hablando, la besas en la boca muy fuerte, muy, muy fuerte. Le das las gracias, te ha conmovido el detalle, no sabes que decir. Le dices, casi un susurro, “Te quiero, gracias”.



Y sales al día a romper moldes sabiendo que hay quien se acuerda de ti, quien es capaz de hacerte, aun, un regalo y que al volver hay una persona querida esperándote.

Thursday, March 29, 2018

Fotagrafias de gestos.


Están todos en el papel

con los ojos llorosos, huidos,

tristes.

El gesto captado, un segundo

apenas: ademán infame,

triste,

del pañuelo, lágrima y el adiós.





Los adioses en el papel

son engaños imaginados.

Nadie se ha ido, todavía el tren

no ha marchado,  el humo voraz

congelado, el pañuelo blanco

detenido; el novio saluda

triste; la madre llora, es una

canción de cuna y sepultura,

lagrima detenida al tiempo,

devorada en las mejillas.

Nadie se ha ido. Todavia las ruedas

no han empezado a girar, todos

esperan una señal, aun

nuestro mundo esta detenido.




Marionetas en el papel

con el gesto único del adiós,

pero perdidos en el sentido

del que no se ha ido todavía.




La mano se alza en el papel

sin temor, al cielo,  oscilando

como el alambre presentido

de marionetas de la calle.




Marionetas en el papel

en el gesto dulce del adiós,

pero no están ausentes, todos

son añorados, no se han ido.

Tuesday, March 27, 2018

Exorcismo en la cocina.


Después de muchos sustos y avatares hemos decidido resolver el problema de una vez por todas, hemos llamado a los exorcistas de la cocina. Dos hombretones encantadores y simpáticos, dos hora y, esperemos, problema resuelto.

Todo empezó ya hace un par de meses, ya os he contado del suicidio de los vasos y platos, de la huida inter dimensional de cucharas y tenedores y cuchillos, de ruidos extraños y suciedades que aparecen sin más justo después de terminar de limpiar esa misma zona…todo muy de miedo y de extraño fenómenos parasicológicos. Intentamos comentárselo a Iker Jimenez pero cuando se entero de que era “una” cocina se echo a temblar y dijo que nanay, el de cocinas nada de nada

Tengo mi teoría por la forma en que se unen las paredes, sobre todo la esquina de la lavadora y la televisión, plana ¡eh! Que también hay que presumir un poco. Si, esa esquina que forma como una zona totalmente diferenciada del resto, como un añadido, en el que parece que la luz es diferente, como más lenta y los sonidos son amortiguados o vibrantes en exceso. Yo creo que es un portal a otros  mundo y claro los demos se cuelan por el portal y se ponen en lo primero que encuentran. Así la lavadora. ¡Sí! Poseída, demencialmente posesa y peligrosa para todos. Mi marido piensa en otra cosa, algo así como una descarga eléctrica a causa de una tormenta, el es mas de ciencia ficción y se ve que le gusta mucho eso de Frankenstein y Karloff y demás.

Divago mucho, perdonar, pero el estado de nervios de estos últimos tiempos ha sido demasiado y claro me paso. Os cuento, hace ya algún tiempo preparando la comida y la lavadora en cuestión con sus cinco kilos de ropa de color todo cambio, el sonido se hizo profundo como en el final de un pozo, el tiempo se ralentizaba; me desplace a marcha lenta, como flotando para coger unas especies y ¡zas! La lavadora de pronto sin otro aviso empezó a gemir y trepidar y dando saltos me ataco con una cierta violencia y ferocidad. El primer golpe me lo dio en la pierna y me tiro al suelo, desde  allí observe alucinada como avanzaba a saltos y se abalanzaba sobre mí abriendo y cerrando violentamente sus fauces/puerta de colada. Menos mal que no perdí la sangre fría, (me encanta Posesión infernal, las de Freddy, las de Carpenter y eso de alguna ayuda tienen que ser en estos casos) y conseguí a duras penas pulsar el botón de on/off. Se paró de golpe justo ya encima de mí a punto de aplastarme bajo su peso.

Pensé, con calma, a pesar de lo que había vivido y el ataque, que había sido algo causal, un accidente, vamos, nada de otro mundo, un desequilibrio de la carga en el centrifugado, etc... Me equivocaba. A los dos días me volvió a atacar, esta vez a traición, estando yo de espaldas y planchando. Lo que me salvo fue esa especie de golpeteo que tiene que hacer al no tener patas con lo que me di la vuelta, deje la plancha a un lado y poniéndome de lado me acerque con precaución y al botón. Se paró de golpe. Al cabo de unos minutos la puse en marcha, vigilando de reojo y ya nada paso ese día.

La tercera pudo ser grave pues no estaba yo; los de casa estaban avisados pero los críos son críos y claro. Les ataco a ellos en el desayuno del domingo cuando estaba haciéndoles las camas. Javi cayó, Mara grito con su voz que hace romper cristales. Menos mal que  llegue a tiempo de pararla y que no pasase a mayores.

A partir de ahí ha sido un sin vivir. Estaba convencida de la maldad de la lavadora. Para que me creáis las fotos de la misma salen borrosas, como con interferencias. Esta poseída por una maldad que no es de este mundo; un ser inmundo y rebelde que se ha colado y que quiere hacer daño, menos mal que se metió en eso, una lavadora que sino….Ya no la dejo en marcha sin que este yo y nos ayuda a que sin electricidad ni fu pero cuando está en funcionamiento pues de todo. Estamos en el salón y de pronto oyes como cambia de sonido, empieza a golpear todo y cómo quiere salir de estampida, claro que lo evitamos y un pequeño galope por el pasillo y a darle al botón de paro. Pero notábamos que cada vez le costaba más pararse, ya empezaba a no obedecer a la fuerzas de la electricidad, de la potencia mecánica iba aprendiendo.

Así que nos decidimos, antes hicimos más de una consultamos pero nadie nos hizo caso; la decisión fue dura para nuestros bolsillos pero, siguiendo los consejos de Don Emilio, el párroco de aquí cerca, contactamos a  los exorcistas de “elcortinglis”. Han hecho bien su trabajo, se nota que saben lo que hacen. Le quitaron la entrada de agua y la salida, desconectaron la electricidad, fuchicaron en cables y trebejes y cabeceando como con pena la ataron y ya bien amordazada  se la llevaron al depósito de endemoniadas. Hay muchas mas así, nos dijeron.  No hará más daño y nosotros tranquilos por una temporada al menos  pues nos instalaron otra que ya tenían preparada y especial con sistema “A-20%”  para evitar que se repita este caso, es algo así como que ya esta exorcizada y, encima, de bajo consumo y ecológica, un pastón, vamos….

Sunday, March 25, 2018

Inmovil, fotografias.


Inmóvil, en el papel,

Dorian vive en la ilusión

de la eterna juventud,

al tiempo que los gusanos

devoran frío su cadáver.




Están enterrados en el papel

patinado y brillante por el tiempo,

amarillo del otoño pasado,

como hojas movidas por el viento,

son sonrisas lúgubres de silencio

en un  flash policial, ya detenido.




Cárceles llenas, álbumes deshechos

en un :"alto, deténgase o disparo”.



Desesperanza en el papel,

el gesto del adiós

detenido, como alambres

de espino de una marioneta.

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Desesperanza en el papel,

el ultimo gesto del adiós

detenido, como el alambre

de espino de una marioneta.




El pañuelo, en el papel,

ondea a lomos del viento que huye;

esa lejanía se presiente

por el humo fugaz, alambre

invisible, hecho de dolor,

de extrañas marionetas rotas.

Friday, March 23, 2018

Canción infantil en el metro de MADRID.


Canción infantil en el metro de MADRID.


Toda una pequeña sorpresa.

El pasado miércoles, ya de noche, de recogida, no muy tarde todavía,  a la salida del Parque de Atracciones de Madrid. En el metro. No serian más allá de las diez y media. Cogimos el metro en “Batan” rumbo a “Tribunal” donde haríamos trasbordo.


Variopintos pasajeros, la  multiculturalidad de gente en el vagón, casi todos ya medio dormidos. La fatiga asomando a los rostros que las luces les hacen parecer muy pálidos, casi cadavéricos.


Dos crías de aspecto oriental, chinitas, vamos, muy peinaditas, risueñas, se separan de sus padres y se sientan una enfrente de otra y se ponen a dar palmas y a cantar…todos nos quedamos mirándolas y oyéndolas, recordando otros tiempos un tanto lejanos en que esas canciones infantiles nos llenaban; una parte importante de nuestra cultura un tanto perdida hoy en dia:


Don Federico perdió su cartera,
para casarse con una costurera,
la costurera perdió su dedal,
para casarse con un general.


El general perdió su espada,
para casarse con una bella dama,
la bella dama perdió su abanico,
para casarse con Don Federico.


Don Federico perdió su ojo,
para casarse con un piojo,
el piojo perdió su pata,
para casarse con una garrapata.


La garrapata perdió su cola,
para casarse con una pepsi-cola,
la pepsi-cola perdió sus burbujas,
para casarse con una mala bruja.


La mala bruja perdió su gatito
para casarse con Don Federico,
Don Federico le dijo que no
y la mala bruja le echó una maldición,


Al día siguiente le dijo que sí
y la mala bruja se echó a reír, jajaja.


Años ha que no oía esa canción infantil, ¡que delicia! ¡Qué recuerdos me trajo! Y en qué momento y en que labios para recordarla…..Madrid-metro-noche-chinitas…. ¿porque no?... ¿Os acordáis de esa canción o de otras?...


Wednesday, March 21, 2018

Fotografias olvidadas.


Rostros de vida en el papel

satinado, son sombras, duermen

en el rincón oscuro, un arpa

que espera. Fugaz inspiración

en el instante congelada.




Esta el pasado en el papel,

hecho presente y hecho futuro,

acumulando horas en mundos

que de este, en total, difieren.



Jack sobrevive en el papel

parado en el segundo final

de la última carrera. Mientras,

el de verdad, ya triste, muere

tirado en las caballerizas.




No hay canción en el papel

ritmo que huye, sonidos huyen,

al reflejo fugaz de luz

del niño vestido de luna.




Marcan las ocho en el papel

eterno, el reloj detenido,

mientras su dueño, en el olvido,

duerme bajo tierra sin el.

Monday, March 19, 2018

Un café con leche (V).


Un café con leche (V).

No hay nada mejor que el aroma del café recién molido (sobre todo a mano, con esfuerzo propio, en esos molinillos antiguos de engranajes vistos y manivela con mango de madera vieja y negra; de esos que al moler los granos negros parezca que estas triturando hueso u otras cosas, haciéndolo con tiempo y sin pausa sin que el café se caliente en la molienda y pierda sus características naturales), es un olor exótico que nos lleva a cerrar los ojos y aspirar dulcemente el aire que nos rodea. Es como si nos nacieran alas y pudiéramos elevarnos sobre la tierra. Manjar celestial, cercano a  los ritos de la tierra de donde nace, con el agua con que se hace y prepara, el fuego para ayudar a esa preparación simbiótica en el tiempo justo y preciso y el aire siempre presente, oxidando esencias, transmitiendo sentimientos.

Ya preparado, ya reposado unos minutos, coger la taza con las dos manos dejando que su calor te inunde, acercarlo a los labios, con esa nube de vaporcillo que se desvanece poco a  poco en el aire frio de la habitación y, en ese momento, después de aspirar levemente su aroma tomar un sorbo del mismo es una sensación inenarrable, casi lo mejor del día; te hace mejor, te libera sensaciones olvidadas, te da una energía sutil y que se nota en ese olor en la nariz, esa sensación ligeramente amarga en la boca,  y ese calor en la entrada del estomago que notas como va bajando despacio....

No hay nada mejor que el aroma del café recién molido por uno mismo, buen café, por supuesto. Yo siempre lo compro en las Mantequerías Leonesas, las de siempre, de toda la vida, en su punto, natural cien por cien, muy bien conservado...pero la molienda la hace este servidor, en el viejo molinillo de toda la vida, el de mi madre antes que yo , el de mi abuela mucho antes todavía...el viejo Andrés me lo pesa y me lo entrega en su bolsa de papel viejo y reciclado, la cierra con mimo y me cobra lo de siempre. No hay que comprar en exceso pues pierde en casa, mejor poco a poco, como mucho ese cuarto de kilo. Además está la necesidad de ir por el cuándo se acaban tus existencias...moler también la cantidad justa del día, nada más, el resto en un tarro de cristal opaco y cerrado herméticamente que hoy, en estos tipo de recipientes, hay autenticas maravillas.

No hay, para mí, nada mejor que el olor del café recién molido y eso que últimamente el dolor de las manos es tremendo. "Artritis reumatoide", me dijo el médico, el especialista que de eso debe de saber un montón; con ese nombre me puso un panorama desolador, dolor y más dolor, deformación y mas deformación hasta que las manos no puedan más y no pueda ni agarrar una taza...

Cuando salgo a la calle me pongo unos guantes especiales. Para que no se noten esos bultos en los mismos,  ni como los dedos están torcidos y retorcidos, como viejas ramas de un árbol centenario...una pena, cosa de familia, me parece que mi madre ya andaba, antes de su fallecimiento, con lo mismo, los genes. Siempre se hereda lo peor...

"Me viene a la cabeza la anécdota de que El rey Gustavo III de Suecia estaba convencido de que el café era un veneno. Y para demostrar su toxicidad condenó a un asesino a tomar café todos los días hasta que muriese y a otro delincuente le indultó con la condición de que bebiese té a diario. El experimento, que fue seguido por una comisión médica, resultó un fracaso: los primeros en morir fueron los médicos, después el rey, muchos años más tarde el condenado a beber té y por último el bebedor de café."

La vida es una delicia con un buen café por delante...

Saturday, March 17, 2018

Novisimas fotografias...



Restos desvaídos en el papel

satinado por el tiempo, duermen

una nueva vida, casi eterna,

rayo fugaz entre dos silabas.



Un segundo, un trozo de papel,

un flash deteniendo el tiempo, duermen

en el cementerio del estante,

son ya polvo, instantáneas diversas.



Atrapados en el papel

y durmiendo eternamente

y eternamente esperando,

como Lázaro, una frase

despiadada: "levántate y anda”.



Cara de tonto en el papel,

se le marcan nuevas arrugas,

duerme y espera un rayo de luz

para dejar caer sus lágrimas.



Atrapados en el papel

y durmiendo eternamente

y eternamente esperando

como Lázaro, una frase

mágica: "levántate y anda"

que nos haga despertar.

Thursday, March 15, 2018

Un café con leche (IV).


Un café con leche (IV).



Lo logró.



La próstata le respetaba, según su urólogo de toda la vida.



La piedra del riñón, después de la litotricia, eliminada y expulsada.



La ex mujer le daba el divorcio en buenas condiciones después de una relación extra conyugal que él tenía bien documentada, fotos incluidas.



¿Qué más quería?



Era libre, libre. Por primera vez en muchos años era libre y feliz. Se sentía feliz.



La casa toda para el, su casa llena de esas pequeñas cosas que le satisfacían y le demostraban el éxito de su vida y de su trabajo.



Su trabajo viento en popa, su socio arruinado. La causa, él y sus buenos o turbios manejos, según se viese.



La verdad es que se contentaba con poco. De la casa al trabajo, del trabajo al gimnasio, del gimnasio a  casa, a veces bien acompañado. Comida en el restaurante, el menú del día. La cena algo ligero que el mismo se preparaba. Por la noche, cuando estaba sin compañía, una buena película de cine clásico, un buen vino Pedro Ximénez y, al lado, un buen libro o no tan bueno. Las recomendaciones a veces se equivocaban también.



La niña con la mujer, mejor así, menos problemas;  la echaría de menos, era encantadora pero un incordio. Mejor así.



Era un triunfador a sus 55 años, casi en la cúspide.



Entro en la cafetería, se sentó en el asiento de la barra y pidió un café con leche, corto de café y la leche templada. Dio una vuelta entorno en el asiento, como un niño pequeño.

El café estaba cremoso y humeaba ligeramente, el olor se metió por su nariz. Lo olio plácidamente, mejor que tomarlo era olerlo, aspirar esa ternura de monte y humedad y calor que impregnaba las semillas. Era lo mejor tras joder bien jodida a la puta de su mujer.



Lo sorbió lentamente. Alguien encendió la televisión. Un locutor hablaba de algo así como almendras amargas, veneno, comercio justo, venganza…



Cayo al suelo mirando como otros caían con el, un dolor agudo le taladro el cerebro y otro sordo se le instalo en la boca del estomago…



“No puede ser, soy un triunfador, no me puede pasar a mi…” fueron sus últimos pensamientos mientras se derrumbaba como una marioneta a la que han cortado los hilos.


Tuesday, March 13, 2018

Nuevas fotografias...


Mira, ya reflejada en el papel,

nuestras grises imágenes duermen

en una dimensión conocida.




Captados, un segundo, en el papel

nuestros espíritus en paz duermen

atrapados por la fuerza en la luz.




A lo lejos, dibujado en el papel

el valiente orgullo duerme atrapado

en la sima subatómica del                   

ultimo y vital instante de vida.




Visionadas en el papel

nuestras viejas fotos duermen,

detenidas del tiempo y luz

en las montañas del alma.




Arrunados en el papel

con la palabra congelada

en los labios que para siempre,

en un segundo eterno, duerme.

Sunday, March 11, 2018

Un café con leche (III).


Un café con leche (III).



Allí sentado, absorto, auto compadeciéndose, estaba bien y tranquilo, hasta se diría que feliz. Un rictus de media sonrisa se había quedado en sus labios.



El local era amplio, de tonos rojos y mesas desperdigadas. Una barra de madera barnizada se estiraba por el fondo y, detrás de ella, un hombretón de brazos tatuados atendía con cierta indolencia a la clientela. Dos jóvenes camareras se movían entres las mesas atendiendo peticiones y guiños y esquivando pellizcos.



No recordaba si había pedido algo y, si lo había hecho, que podía haber comandado.



Se sentía confuso, perdido. Felizmente confuso, felizmente perdido.



Su reloj de pulsera estaba parado como el del bar en la pared, como su conciencia.



No sabia como pasaba el tiempo, no entendía como estaba allí y que hacia allí.

Del mediodía a la tarde y, de esta, a  la noche. Oscurecía. No le traían nada.



Levanto el brazo tratando de hacerse notar a la chica pelirroja, la que le caía mejor, pero, esta, paso a su lado como si tal cosa, ignorándolo totalmente.



La tenue luz de la bombillas hacia huir a las sombras hacia las esquinas.



En la esquina de la ventana una afanosa araña construía su tela en un prodigio de matemáticas y orden cósmico.



Y él estaba allí, pegado a la tela de araña, con el cuerpo de mosca y veía como la negra se acerca babeando y los aguijones de la boca se abrían y se cerraba… ¿Cuándo vendrá mi café con leche? Pensaba.


Friday, March 09, 2018

Fotografias.


FOTOGRAFIAS:



1-Detenidos, sobre papel,

En un semigesto, duermen,

Colores, palabras, sueños,

Alocados pensamientos.....



2-Atrapada dentro del papel

inmortal alma duerme y sueña;

mientras el doble autómata

nos reemplaza en el tálamo.



3-Coloreados en el papel,

siempre atrapados duermen

en aquel ultimo gesto

que ya no les pertenece.



4-Inmovilizadas en el papel

nuestras imágenes duermen, sueñan,

arrebatando trozos del tiempo

de nuestra historia colectiva.



5-Congelados, tristes, en el papel

nuestros rostros están sorprendidos

del recuerdo del último flash.        


Wednesday, March 07, 2018

Un café con leche (II).


Un café con leche (II).



Pidió, con la boca pequeña, un café con leche, corto de café y la leche templada. Estaba sentado de espaldas a la barra mirando el aparcamiento vacío y una arboleda al fondo. Un pequeño lagarto tomaba el sol en el alfeizar de la ventana.



El cielo era un esplendoroso azul intenso, totalmente despejado. El contraste era más acusado ante la tenue luz interna del café. Unas bombillas sucias y de poca potencia disimulaban las sombras pero acentuaban la vejez y suciedad de la cafetería. De la maquina de música sonaba continuamente “Sacrifice”, una y otra vez.



No supo bien cuando le pusieron el café. De pronto lo tenía delante, humeando levemente como bailando al compás de la canción. Se le quitaron las ganas de tomarlo. Abrió el sobre del azúcar y lo vertió sobre el café. Revolvió con la cucharilla después de limpiar esta con la servilleta de papel.



“Sacrifice” sonaba como en un ritual de sangre roja, la del ocaso del sol ocultándose detrás de los árboles.



Bebió a sorbos el café, poco a poco, degustando la cafeína por la garganta y ese sabor dulce y amargo en el paladar.



Las sombras lanzaban dedos alargados en su búsqueda, reptando por el asfalto del parking, arañando las piedras y alcanzando la ventana.



Pensó en pedir otro café. Miro la mesa y la vio con la taza llena de nuevo,  y humeando como danzarinas orientales en la danza del vientre. Adoraba la danza aunque el no supiera bailar, nunca lo había intentado, para maricas de colegio.



Rehízo el rito del café, el azúcar, el revólver…lo saco de la parte trasera del pantalón, se lo metió en la boca y apretó el gatillo.



La detonación sonó como el final de la canción, todo se hizo más oscuro. Rosas de sangre florecían por los espejos…




Monday, March 05, 2018

Me desperto la lluvia...


Me despertó la lluvia
de madrugada
entre las sabanas de mi cama
soñando
que tú estabas en otra alcoba
oyendo el repicar
de las mismas gotas de agua





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Tu dijiste “Elena”


Ella dijo “Zarifa”


Yo pensé mienten


Será Ali o Mohamed.



==



Señales dejo escritas

El mar en la orilla.

Mensajes de aviso

De abandono.

Saturday, March 03, 2018

Un simple café con leche.


Un café con leche.



Tuvo un lapsus de varios segundos. Nunca pudo saber cuanto tiempo fue en realidad. Unos segundos, una eternidad, ¿Qué más daba?



Salió de su ensimismamiento preguntándose donde estaba. Tardo un poco en concentrar su vista en el café caliente y humeante, en la mesa y las sillas, el ventanal que daba, a su derecha, al aparcamiento y, mas allá, una rala arboleda, la barra del bar, la camarera rubia zigzagueando entre las mesas. Miro para abajo y contemplo con dudas su pantalón vaquero, viejo y desgastado, sus zapatos de siempre, negros y de cordones. La luz del sol que se iba atenuando le hizo recordar que era por la tarde. Había entrado a tomar el café con leche de todos los días, corto de café y la leche templada… ¡el medico!



Fue a la salida de la consulta del doctor Delgado, el urólogo, su urólogo. La noticia había sido buena, estaba bien, en la revisión anual, nada nuevo. Sin novedad, que era siempre la mejor noticia.



Un premio, un café a las seis de la tarde. Después le costaría conciliar el sueño, ya lo sabía pero la alegría que experimentaba bien lo valía. Quizás viese aquella película que le habían regalado por navidades,  el Don Quijote de Orson Wells, que el listillo de Franco la había mal montado y vendido como si fuera una obra maestra del maestro por excelencia. Como siempre, se lo hacia desde ya seis años, el doctor, como un pervertido contumaz, le metía el dedo en el culo para tocar su próstata; ya no se azoraba como antes aunque seguía disgustándole profundamente. Todo bien, un café a deshora.



Espera…eso había sido por la mañana, lo recordaba bien. La consulta a las diez, después volvió a casa. ¡Si! Volvió a casa. Entonces ¿Qué hacia en el café? ¿Qué había hecho durante el resto del día?



Su reloj le marcaba las siete de la tarde. Las sombras se alargaban estirándose sobre el asfalto negro del parking. Una música estridente sonaba lejana, cansina, odiosa.



El médico, el café, su casa, su mujer. ¿Si?



Su mujer estaba en la casa, en la planta primera, en el dormitorio, desnuda y brillante sobre la cama revuelta. Iba recordando cada gota de perlado sudor de su cuerpo, como brillaba irisada a la luz del sol. Sobre todo recordó la del pezón que trémula, bajó por el pecho cayendo sobre la almohada. Sintió amor por su vieja mujer, sintió deseo de nuevo y una emoción juvenil recordando cuando la conoció, cuando hicieron el amor…



La camarera se acerco a el y le pregunto si estaba bien. Farfullo mas bien que hablo, que si, que otro café.



Su mujer, hermosa como nunca, sobre la cama y el libre de pensamientos sobre la próstata y otras cosas.



Las sombras de los árboles y de los coches avanzaban como largos dedos hacia el, se estiraban en un deseo de alcanzarlo. Sintió una pequeña opresión en el pecho.

¿Qué podía hacer su mujer desnu….? ¡No!, no era esa la pregunta que le había venido a la cabeza. La pregunta era ¿Qué hacían esas gotas de sudor sobre el cuerpo de su mujer desnuda sobre la cama revuelta? La respuesta le dio miedo sin saber bien por que.



Dio un paso y entro en la alcoba. No cerró la puerta. El reloj despertador estaba en las diez de la mañana.



La puerta del baño, a su derecha, se abrió y salio, por ella, un joven musculoso e imberbe. Se quedó mirándolo atónito, su mente se quedo en lo de “sin un solo pelo”. El joven salio como perico por su casa, llevaba una toalla azul en la mano y se iba secando el pelo (Solo pensaba en como podía ser no tener un solo pelo por el cuerpo, era anormal.) se acerco y se sentó en el borde de la cama al tiempo que tocaba el hombro de la desnuda dormida y le decía: “Me parece que te han pillado”.



No espero y se fue. No hubo portazo, no hubo gritos ni histerismos. Solo salio pensando en los hombres imberbes o depilados y en la próstata que le estaba dando una tregua.



Y allí estaba, lamentándose en una café de mala muerte de Dios sabe donde.



Pagó y salió.



El tráiler con tubos de acero para un aerogenerador le paso por encima.



Salió de pronto, sin mirar, como si quisiera que la tierra o mi camión se lo tragara”-fue la declaración del camionero.






Thursday, March 01, 2018

Anoche oí la lluvia.

Anoche oí la lluvia

Tras los cristales

Habrá huellas de pies

Camino del cementerio.





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En la noche oí la lluvia.

En las calles desiertas,

Anegadas en agua,

Flotan pequeños ataúdes blancos.





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Anoche, en la cama,

Escuche la lluvia en el tejado.

Repiqueteaba cantarina

Como las campanas del sacrosanto.


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Anoche, a la lumbre,

Con la escudilla y la sopa,

Oyendo la lejana lluvia

Borrando los colores.