Tuesday, April 30, 2013

Grandes mujeres: Rigoberta Menchú.


Grandes mujeres: Rigoberta Menchú.

 

Líder indigenista guatemalteca (Chimel, San Miguel de Uspantán, 1959). Esta mujer maya-quiché constituye el símbolo de resistencia de todos los grupos indígenas de Guatemala.

 

Hija de una campesino, fue testigo del asesinato de su hermano de 16 años, víctima de los terratenientes  que querían despojar a los indígenas de sus terrenos. Este crimen, junto con la actuación social de su padre, Vicente Menchu, y de numerosos vecinos del barrio, constituyeron el primer motivo de concienciación social por parte de Rigoberta.

 

En 1980 su padre murió carbonizado en la Embajada de España en Guatemala durante el asalto policial lanzado contra esta sede diplomática. Es entonces cuando Rigoberta se compromete de lleno en la lucha, denuncia y reivindicación de los derechos humanos de la población y en especial de los pueblos indígenas, decisión que le costó numerosas amenazas y persecuciones, y finalmente el exilio en 1981.

 

En 1982 se convirtió en la primera indígena en participar en la formación del Grupo de Trabajo sobre Poblaciones Indígenas en la ONU, y, en 1983, publico su libro autobiográfico "Me llamo Rigoberta Menchú y así nació mi conciencia".

 

En 1992 le fue concedido el premio Nóbel de la Paz por su trabajo en favor de la justicia social y la reconciliación entre los diferentes grupos étnicos de Guatemala. Tiene pensado presentarse en las próximas elecciones de Guatemala.

 

Saturday, April 27, 2013

Mara y sus primeras llaves.


Mara y sus primeras llaves.
 
Una broma es una broma, unas llaves no son una broma.
 
Termine por dar una cierta independencia a Mara (algo así como un voto de confianza a una niña de once años) y, después de mucha murga por parte de ella, le hice una copia de las llaves de casa, le puse una pequeña correa para que pudiera colgárselas del cuello y se las entregue. La primera reacción fue, como siempre, explosiva: gritos, saltos, abrazos, besos, risas, promesas.....pero, después de un rato, con las llaves en el cuello, empezaron las eternas cuestiones llenas de suspicacia y temores.
 
-Pero, mami: ¿tú estarás, como siempre, aquí, en casa cuando llegue del cole?
 
-Sí. Estaré aquí como siempre estoy. ¿Adonde voy a ir?
 
-¿No iras a dejarme en casa sola aprovechando que ahora que tengo las llaves?
 
-No, pero, oye Mara, vamos a ver: ¿no me llevas pidiendo las llaves mas de un año, día si, día también?
 
-Sí pero...
 
Se dio media vuelta con un mohín en sus labios y no volvió a decir nada sobre el tema. Mas tarde, veo, con cierta sorpresa, las llaves sobre la cómoda del recibidor.
 
-Mara, ¿son esas tus llaves?
 
-Sí, déjalas ahí. Ya las cogeré mas tarde, no te preocupes no se pierden. Me contesto desde su habitación con la puerta medio entornada.
 
Una mala impresión me vino en ese momento, algo me decía que las cosas no iban a ir nada bien.
 
Al día siguiente, ya de regreso del colegio, Mara llamo al timbre, como todos los días. Le abrí viendo que las llaves seguían donde el día anterior.
 
-Hola cielito, un beso, ¿Porque no llevaste las llaves? ¿Te las olvidaste?
 
-Si, bueno. Me las olvide, mañana a ver si me acuerdo.
 
-Quedamos en que las llevarías y harías un buen uso de ellas.
 
-¡Bueno!, mañana, no es importante, no te preocupes.
 
Antes de preparar la cena, ya al atardecer, vino la guinda a la historia, suceso que tenia que haberme puesto sobre aviso, pero no fue así:
 
-Mara, por favor, ve al súper y tráeme un kilo de harina y una docena de huevos. Llévate las llaves que voy a aprovechar para darme una ducha mientras tanto.
 
-Vale mami.
 
Se fue y cuando ya iba al cuarto de baño las veo donde las había dejado el día anterior, seguían encima de la cómoda del recibidor. Las llaves estaban donde siempre.
 
¿Que esta pasando?-me dije, ya sin la idea de meterme en la ducha antes de que volviera del recado.
 
Y volvió Mara llamando a la puerta que tuve que abrir:
 
-Mara ¿no te dije que llevaras las llaves? No he podido ducharme.
 
-Mañana, mami, no me apetecía, no te preocupes.
 
Y así fue pasando un mes tras otro hasta ayer, una emergencia.
 
-Mara, cielito, tengo que ir a visitar a una amiga que está muy enferma, así que coge las llaves y, cuando vuelvas del colegio, si no estoy aquí, prepárate la merienda. ¿De acuerdo? además, lleva el móvil para poder estar en contacto.
 
-¡Sí! No te preocupes mami. El caso......es que no encuentro mis llaves. Mami, ¿sabes tú donde están
 
-Están donde siempre, encima de la cómoda del recibidor, donde las pusiste el primer día. No se han movido de ahí en varios meses.
 
-Pues aquí no están. Me respondió.
 
-¿Cómo no van a estar ahí? Llevan ahí más de dos meses.
 
-Míralo tu mami. No están. De verdad.
 
-Ve y mira en tu cuarto, por casualidad. Yo mirare en el salón.
 
-En mi cuarto no las veo. Me tengo que ir a clase. Adiós.
 
Me dio el beso de rigor y con la mochila al hombro, se fue, dejándome en la búsqueda de las llaves perdidas. Reconozco que soy una maniática del orden y las llaves me dan mucho miedo; solo en pensar  que se hubieran perdido me ponía frenético y ya pensaba en cambiar la cerradura de la casa como lo más urgente. Así que no pude salir y me pase todo el día buscando las dichosas llaves de Mara. Todo un día buscando unas malditas llaves por el salón, los dormitorios, el cuarto de baño, la cocina. Revolví toda la casa por unas malditas llaves de mierda.
 
Así estaba de cabreada, muy cabreada, cuando regreso Mara del colé. Le abrí la puerta, me beso y se fue directa a prepararse la merienda.
 
-Mara cielito, por favor, ¿seguro que no cogiste las llaves? Llevo todo el día buscándolas, he revuelto la casa, mirado en todos los cajones, en las cajas, en las maletas, hasta he buscado en la nevera, detrás de la cocina. Si no las encuentro tendré que llamar a un cerrajero y cambiar las cerraduras de la puerta. ¡Vaya Cristo!
 
-Seguro que yo no las cogí, mami. Ya sabes que las tenía ahí, donde siempre.
 
-Ya lo sé y eso es la que extraña.
 
La mirada de Mara, entre bocado y bocado, se escapaba rápida a su oso de peluche azul que estaba sobre su cama, en el dormitorio y, rápidamente volvía a mirar al suelo o más bien a la puntera de sus zapatillas. Yo seguía volviendo patas arriba la casa, por tercera o cuarta vez.
 
Una última mirada suya me hizo decidirme. Cogí el peluche, lo agite, lo estrujé y nada. Una sombra extraña paso por sus ojos, fue una milésima de segundo, un destello de preocupación, de miedo, de esperanza, todo concentrado en mis manos con su peluche azul. Con la desesperación que tenía en ese momento estruje brutalmente el  muñeco arrancándole, sin querer, la cabeza cuando note dentro algo duro. Busque con cuidado y vi un pequeño descosido en el lugar que correspondería con el culo del mismo, por debajo del pequeño rabo. Metí un dedo y saque.............. ¡Las llaves!........Si las miradas mataran, Mara habría muerto en ese momento, tal fue la intensidad de la furia  y rabia que me embargó.
 
Pero no dije nada, solo fui a mi habitación, cerré la puerta, y llore con las llaves en la mano.

Wednesday, April 24, 2013

Atajo.


Atajo.

Te has quedado en la cama más tiempo del debido, esos diez minutos después de sonar el despertador que te das como un regalo, se pasaron de pronto de forma mágica en más de media hora. Vas a llegar tarde a la reunión, esa de la que dependerá tanto tu futuro dentro de la empresa y la consideración de tu trabajo.

Te levantas corriendo, asustado. Ni te duchas. Un afeitado rápido, una pasada del cepillo por los dientes, la ropa del día anterior, no desayunas y te lanzas al garaje donde el coche está mal aparcado y otro le impide la salida correcta. No importa, no puedes perder tiempo, entras en el, dejas tu cartera en el asiento del copiloto y arrancas. Sabes que puede hacerlo, escaso sitio, hay que maniobrar pero no puedes perder más tiempo, el tiempo es oro y, en este caso, platino o plutonio radiactivo.

Das marcha atrás, un poco adelante y girando a la derecha. Marcha atrás para la izquierda. Marcha normal por la derecha y ya ves que puedes salir. Eres un genio. Sales no sin llevarte media columna y, con ella, todo el lateral derecho.  No importa, ya estas saliendo y hay que ganar el tiempo perdido.

El coche mal aparcado no te deja ver bien y, claro, casi chocas con otro coche que ya salia. El corazón parece que se desboca del susto, tiene que respirar, oyes a tu corazón como el expreso de las ocho y media de la noche. Respiras hondo, el conductor del otro coche después de tocarte el claxon te ha enseñado el dedo. Que le den. Imbécil. El coche esta calado, lo arrancas de otra vez, empiezas a sudar.

Decides tomar un atajo en vez de coger la M-30, piensas que ganaras más tiempo.

Bajas por la Castellana y te metes por Serrano. No te acordabas de  que las obras habían empezado y te ves en un atasco de mil demonios.  No  aguantas más y coges la primera calle a mano izquierda, mas obras pero aquí solo hay un carril, estas atrapado, imbécil, que eres un imbécil.

Decides volver a la castellana y eso significa giro a la derecha,  otro giro a la derecha y después bajando meterte en esa arteria. Primer giro a la derecha, esta vallado, prohibido, una gigantesca grúa está subiendo no se sabe que a un edificio, parece que la operación va a durar. La siguiente no te vale es a izquierdas, a volver por donde habías venido. La siguiente también es en dirección contraria, no lo entiendes, te ves en medio de una maldición de los dioses o un relato de Kafka.

¡Eureka!, giras a la derecha, avanzas bien y la calle bastante libre. Te para un guardia y te manda de de vuelta, un desgraciado accidente, dos muertos, lo sientes. Te mesas los cabellos y despotricas contra todo el mundo. El agente se mosquea, le dices que no es nada contra de él, solo problemas de tiempo.

Avanzas por el camino que te obliga el agente, mas para arriba, más arriba, giras una vez, dos veces, parece que la calle se abre a tu paso. Oyes en la lejanía sirenas, muchas sirenas. No lo entiendes. Te paran en el semáforo ante de la Castellana. Se pone delante de ti un agente municipal. No te dejan avanzar. Ves pasar delante de ti a toda leche un montón de motos de la policía con las luces encendidas y los claxon atronando, (te vas arrancando los pocos pelos que te quedan, adiós peinado de peluquería y tratamientos costosos anti caída) detrás los coches de la seguridad, más detrás, unos coches diplomáticos por las banderitas que lucen (tu miras el reloj y te comes la pocas uñas que tienes, pobre manicura), detrás (la fila es interminable y aunque van va a mucha velocidad el tiempo está detenido para ti) más coches escolta y detrás, por fin, las ultima motos abriendo el trafico.

Se metes en la arteria acordándote del Gallardón y todos sus antecesores. Avanzas parando en semáforo si, semáforo no. Cibeles, Neptuno, M-30, no sabes por qué estás aquí pero continuas dirección norte.

Llegas, ves la hora y  no lo entiendes. Más de hora y media de retraso, sucio, sudado, sin  uñas, sin pelo, el traje arrugado, la corbata rota, la camisa desgarrada y llena de sangre allí donde te has arañado. No quieres entras, dudas una y otra vez. Ves la entrada prometida.

Coges el teléfono y llamas, la ultima idea brillante que tienes. Te lo coge la borde de la secretaria del Director. Le dices de un problema a ella que se queda sin palabras. Te contesta si no leíste el correo de anoche en el que se anulaba la reunión, si, te lo había mandado, que no te preocupases. Se nota que le suenas traro, te pregunta si estás bien. Le contestas como puedes y cómo puedes regresas a casa….y es que: Por definición, un atajo es el camino más largo entre dos puntos.

Monday, April 22, 2013

Hoy, es un día gris de lluvia...


Hoy, es un día gris de lluvia

tenue, apenas unas gotas;

los cabellos se me rizan,

las plantas se despliegan

hermosas, abriendo sus hojas

 verdes; la tierra se va anegando,

haciendo un mapa de arrugas

en su camino de vejez

inmensa. La gente esta huida

bajo cristales de plata.

La gente esta escondida

bajo paraguas negros,

bajo sucios toldos tristes

de las paradas de bus,

debajo de soportales

inmensos, como las bocas

de entrada de arcaicas grutas.

Solo yo espero bajo la lluvia,

Berenice, inútilmente, tu regreso

Friday, April 19, 2013

Grandes mujeres: Concepción Arenal.


Concepción Arenal.

 

Socióloga y ensayista española (El Ferrol, 1820-Vigo, 1893).

 

Debido a que las mujeres no podían acceder a la enseñanza universitaria, asistió como oyente a clases de derecho disfrazada de hombre.

 

Su obra tiene como fundamento la reforma social, centrándose particularmente en el sistema penitenciario, los derechos de la mujer y la condición de los obreros.

 

Durante la guerra carlista colaboro con la Cruz Roja al frente de un hospital en Miranda de Ebro. Fundó una asociación para la construcción de casa para los obreros.

 

Fue miembro de de la Asociación Howard de Londres para la reforma de las prisiones. Sus tratados sobre temas penitenciarios le valieron reconocimiento y autoridad dentro y fuera del ámbito español.

 

Entre los cargos públicos que desempeñó están el de visitadora general de prisiones de mujeres, el de inspectora de casas de corrección de mujeres, y el de secretaria general de la Cruz Roja de Madrid.

 

Arenal, considerada una de las madres del feminismo español y referencia obligada dentro de las corrientes teóricas feministas, publicó, entre otros: El visitador del pobre, La beneficencia, La filantropía y la caridad, La mujer del porvenir y La condición social de la mujer en España.
 
Sus Grandes frases:
 
"Abrid escuelas y se cerrarán cárceles".
 
"El amor es para el niño lo que el sol para las flores; no le basta el pan: necesita caricias para ser bueno y fuerte"
 
"Hay tanta justicia en la caridad y tanta caridad en la justicia que no parece loca la esperanza de que llegue el día en que se confundan".
 
" Odia el delito y compadece al delincuente".
 
 

Monday, April 15, 2013

Mara y la aventura del oeste Americano.


Mara y la aventura del oeste Americano.

 

¡Vaya cabreo que tengo con Mara! Tuve que quedarme ayer con ella hasta las doce de la noche escribiendo un relato del Oeste (no menos de 500 palabras) pues el que ella había escrito era como para darle una paliza. Lo rompí y lo tire a la basura. Hice que volviera a reescribirlo pero, esta vez, en condiciones, lo que le llevo sus buenas tres horas y no los diez minutos de la primera redacción. Ahora que se ha ido a la escuela, he ido recogiendo los trozos rotos del original, riéndome sola los he pegado con cinta adhesiva y os lo enseño:

 

Titulo: Tiroteo en Cañón Gaudo.

 

El sheriff Lang avanzo hacia el bar donde estaba la banda de los Dalton, que acababan de roban el banco del pueblo vecino de Chester. Entro decidido, con las pistolas preparadas, para detenerlos. La banda de los Dalton era famosa por su maldad y por la rapidez en sacar sus armas contra quien fuese, así como en beberse muy rápido...el dinero de los robos.

 

El sheriff entro y les conmino a deponer las armas, rendirse y seguirle a la comisaría. Los cuatro Dalton se negaron y se parapetaron detrás de la barra del bar al tiempo que sacaban sus armas y comenzaban a disparar a diestro y siniestro contra el sheriff. Este poco tiempo tuvo para parapetarse detrás del piano del bar.

 

Los Dalton disparaban uno a uno: bang, bang, bang, bang, bang, bang, bang, bang, bang, bang, bang, bang, bang, bang, bang, bang, bang, bang, bang, bang, bang, bang, bang, bang,bang, bang, bang, bang,bang, bang, bang, bang,bang, bang, bang, bang,bang, bang, bang, bang.

 

El sheriff poco podía hacer contra los cuatro y disparaba en los huecos que le dejaban y nunca por el mismo sitio: bang, bang, bang, bang, bang, bang, bang, bang, bang, bang, bang, bang, bang, bang, bang, bang, bang, bang, bang, bang, bang, bang, bang, bang, bang, bang, bang, bang.

 

Los Dalton empezaron a avanzar hacia el sherif al tiempo que disparaban: bang, bang, bang, bang, bang, bang, bang, bang, bang, bang, bang, bang, bang, bang, bang, bang, bang, bang, bang, bang, bang, bang, bang, bang, bang, bang, bang, bang, bang, bang, bang, bang, bang, bang, bang, bang.


Lang se veia en un grave peligro pero lo unico que podia hacer es seguir disparando, tratando de evitar que lo rodeasen: bang, bang, bang, bang, bang, bang, bang, bang, bang, bang, bang, bang, bang, bang, bang, bang, bang, bang, bang, bang, bang, bang, bang, bang, bang, bang, bang, bang, bang, bang, bang, bang.

 

Los Dalton casi estaba ya encima del, eso si disparando siempre: bang, bang, bang, bang, bang, bang, bang, bang, bang, bang, bang, bang, bang, bang, bang, bang, bang, bang, bang, bang, bang, bang, bang, bang, bang, bang, bang, bang, bang, bang, bang, bang, bang, bang, bang, bang.


Lang dsiparaba desesperado:bang, bang, bang, bang, bang, bang, bang, bang, bang, bang, bang, bang, bang, bang, bang, bang, bang, bang, bang, bang, bang, bang, bang, bang, bang, bang, bang, bang, bang, bang, bang, bang, bang, bang, bang, bang, bang, bang, bang, bang, bang, bang, bang, bang, bang, bang, bang, bang, bang, bang, bang, bang, bang, bang, bang, bang.

 

Los Dalton empezaban a sonreir pues sabian que lo tenian en sus manos, ya vencido: bang, bang, bang, bang, bang, bang, bang, bang, bang, bang, bang, bang, bang, bang, bang, bang, bang, bang, bang, bang, bang, bang, bang, bang, bang, bang, bang, bang, bang, bang, bang, bang, bang, bang, bang, bang, bang, bang, bang, bang, bang, bang, bang, bang, bang, bang, bang, bang, bang, bang, bang, bang, bang, bang, bang, bang, bang, bang, bang, bang.

 

Lang desesperado penso en prender fuego al bar pero no tenia conque asi que siguio disparando esperando acertar a algiuno de los Dalton, no se iria solo: bang, bang, bang, bang, bang, bang, bang, bang, bang, bang, bang, bang, bang, bang, bang, bang, bang, bang, bang, bang, bang, bang, bang, bang, bang, bang, bang, bang, bang, bang, bang, bang, bang, bang, bang, bang, bang, bang, bang, bang, bang, bang, bang, bang, bang, bang, bang, bang, bang, bang, bang, bang, bang, bang, bang, bang, bang, bang, bang, bang.

 

En resumen, como ha llegado a las 500 palabras, Lang los metió en la cárcel y aviso al doctor para que les curase las heridas.

 

FIN.

 

Fdo.: Mara XXXXXXXXX

 

¡¡¡Me entienden!!!

Saturday, April 13, 2013

De sorpresa en sorpresa.


De sorpresa en sorpresa.

En la calle, me asomaba a la ventana de mi apartamento ante la buena tarde que quedaba, los cuatro rascacielos destacaban al fondo como saetas energéticas hacia el universo desconocido. Me fije en un coche medio escondido detrás de un árbol, en la zona del parque que muchas parejitas usan para tener un poco de intimidad, muy escasa por cierto por las alturas de los piso vecinos que circunda el mismo; coche por lo demás bien conocido por ser de uno de los vecinos del bloque. Un mercedes gris plata, sin adornos, bastante baqueteado y que no pega ni con cola en esta zona.

En el asiento del conductor un hombre no muy mayor, pasando de la treintena, mal encarado, físicamente poca cosa, el del quinto B, con mala fama, de borracho, pendenciero, traficante en pequeña escala y con denuncias, de ladrón y además, o eso se decía, de maltrato. La mujer cansada de recibir por todos lados se había ido con los dos niños tratando de salvarlos del tipejo hacia ya varios meses.

En el del acompañante una chica bonita pero extremadamente joven. Sé que tenía quince años en ese momento porque también la conozco pero desde la distancia. Vosotros, amigos lectores, le podríais poner trece o dieciséis que tanto daría. La mano derecha del conductor se aproximaba peligrosamente por detrás de los hombros y su cabeza se inclinaba hacia ella hablándole y con una sonrisa de caimán de las películas de Disney, mientras con la otra mano  gesticulaba exagerada y artificialmente.

Nada del otro mundo, la eterna historia de siempre.  La niña que quiere jugar a ser mujer antes de tiempo y el sinvergüenza al lado.

Iba a entrar y cerrar la ventana cuando me sorprendió la llegada del padre de la niña, porque en fin, es la aventura de una niña que juega a ser mayor, a reafirmarse y enfrentarse a todos, sobre todo a sí misma. Un hombretón mayor, canoso, de barriga cervecera, tan cargado de hombros que parecía tenia chepa, se le veía cansado y triste, fatigado. Otro vecino en busca de la cría de sus ojos que tantos disgustos le iba dando, hay tantas historias tristes en este barrio, tantas repeticiones de lo mismo. Se puso delante del coche y llamo fuerte a la Sindi, así se llama la chica, sí señor, Sindi. Le hizo gestos para que saliera del coche y se fuera con él. El conductor, ante aquello, puso la mano en la rodilla de la cría y le dijo algo bajito. Abrió la puerta con parsimonia y sin prisas, muy lentamente, salió del coche pero como parapetándose en la misma.

“Váyase a casa abuelo, la chica se queda conmigo, quiere quedarse conmigo. Ya ira más tarde a casa y téngale la cena caliente seguro que tendrá hambre”, le soltó como si nada, con una chulería que rallaba en lo más sangrante.

El otro bajo la cabeza, inspiro profundamente y volvió a llamar a Sindi, que a casa, que la cena estaba en la mesa…con las palabras avanzaba un par de pasos de forma temerosa, como con miedo.

El chulo ante la situación pasó por delante de la puerta del coche y con gesto rápido, muy de película de serie negra americana, saco de la parte trasera de la ropa una pistola que dirigió hacia el hombretón.

“Ni lo intentes viejo, piérdete de una puta vez, lárgate y déjanos,  no le pasara nada malo, ya sabes, cosas de la vida y del crecimientos, de las hormonas revueltas y todas esa cosas”, mientras lo decía le miraba directamente a la cara. Al cabo de un par de segundo se volvió con media sonrisita a Sindi y con un gesto de la otra mano, la tranquilizaba y le insistía en que se quedase donde estaba.

El viejo se notaba, lo veía desde mi altura como una reina en su castillo a prueba de asedios y batallas, amedrentado ante el arma. Mi alma en un puño, lo confieso. Reculó medio temblando, giró y se iba a marchar por donde había venido cuando debió de pensárselo mejor o, tal vez, es suposición mía, ya estaba demasiado cansado de todo y de tantos problemas, desencantado con una vida que se las prometía muy felices y que solo era un engañabobos, como él, como tantos como él. Pienso que en ese momento deseo la muerte como una liberación, descansar, dormir para siempre sin preocupaciones, sin problemas, sin discusiones, sin tener que buscar a su niña, sin tener que oír insultos e imprecaciones por dineros que faltaban, sin sustos por algo de las joyas de la mujer que faltasen y que al final había terminado en la casa de “compro oro”. Se paro mirando el suelo, encogido de hombros, medio temblando (a lo peor la que estaba temblando era yo desde mi ventana).

Se volvió.

“¡Que valiente tu con un arma en la mano ante, como bien dices, un viejo como yo! ¿Es esa tu fuerza? ¿Es esa tu valentía? ¿No tienes otra cosa?...¡¡Sindi!! Mira al cobarde de tu “novio” amenazando con una pistola a tu padre, a tu viejo padre. Solo se atreve escudándose en una pistola, no vale para nada sin ella, es basura, Sindi, tu madre te espera y yo ya sabes que también…vente, deja a ese y todo lo que representa que, al final, ya ves solo es cobardía, pura cobardía…no hay más que maldad y vacio en ese tipo, no vale la pena por unos segundo de libertad como piensas…”

Conforme hablaba iba  avanzando lentamente hacia el cañón de la pistola, los brazos abiertos de par en par como dos escuálida alas de un ángel perdido en la tierra, encadenado a los muros por una vieja cadena oxidada y deseando más que nada la muerte, la liberación. Avanzó poniéndose enfrente del chulo, la pistola le rozaba el lado derecho del pecho mientras seguía llamando a su hija metida en el coche y las palabras se le iban mezclando con las lagrimas que no podía detener, llanto de miedo o de dolor, o de esperanza:

“Sindi ven, Sindi ven con tu padre, Sindi ven…por favor hija, ven…”

El chulo, de verdad que no me acuerdo de su nombre por mucho que lo intente, la cabeza no da para mucho a estas edades, ahora se, que está huido de la policía por no sé que de una agresión, no sabía dónde meterse, la situación se le había ido de la manos y no entendía como aquel tipo viejo, un desecho ya de todo, no tuviera miedo, no hubiera salido por patas como tantos otros ante él y su pistola, y en su cabeza las disyuntivas de acción se iban acabando. La primera era pegarle un tiro que sería la muerte y la condena de él, por otro huir sería un desastre para su fama y su negocio y no digamos su último capricho, a la chica, Sindi, que ya la tenía en el bote, carnecita fresca y tierna como le gustaba presumir, y no iba a quedar nada bien.

En esto se le abrieron los ojos como platos cuando recibió el primer bofetón, instantáneo, brutal, seco y duro…”Dispara si es eso lo que quieres, dispara gilipollas”…atónito comprendió que el vejete le había pegado, le había abofeteado, delante de todo el barrio, delante de su nueva conquista, delante de la pistola que apuntaba al corazón. El dedo fue al gatillo y empezó a apretar con furia pero de forma contenida. Su mente se volvió roja de ira y en esas estaba cuando noto, más que sintió, el segundo bofetón, un poco más flojo y débil….

Lo mire como giraba brusco la cabeza hacia su izquierda, dos o tres segundos nada más. De forma automática, asomándome aun más, mire en su misma dirección. No vi nada. Escuche el lejano eco de las sirenas de la policía que se acercaba. Volvió el rostro hacia el hombretón que lo miraba desafiante, como con una careta de papel cartón y, de improviso le golpeo con la culata de la pistola. El viejo ni se inmuto. Grueso goterones de sangre empezaron a correrle por la mejilla.

“No vales la pena, viejo”, con esas palabras y un gesto como de desagrado y sin dejar de apuntarle se fue hacia el coche, paso por la puerta abierta del mismo cuando “el viejo” en un último acto se lanzo como un miura contra la misma cogiendo de lleno entre la puerta y la estructura del coche al chuleta en plena huida. El ruido de huesos y metal fue tremebundo, el grito fue terrible. Aun así se metió como pudo y, rápido, salió en estampida, a cien por hora sin mirar ni  a nada ni a nadie….el asiento del acompañante iba vacio….

Wednesday, April 10, 2013

Me desperté con el corazón encogido.


Me desperté con el corazón encogido.


Cargando Me desperté con el corazón encogido, con ganas de llorar y una tristeza absurda se metió en mi cabeza.

Un alarido frió y largo se oía en mi mente, con deseos de apuñalar la luna pálida.

Carámbanos de hielo azul perforando el cerebro. Dolor agudo en el pecho.

Me faltaba el aire oyendo hipnóticamente como subía y bajaba, ondulaba, crecía, se alargaba el gemido...

Boqueaba buscando el oxigeno que no entraba en mis pulmones paralizados.

Al fondo, en una cadencia casi salvaje, casi inaudible, acordes de guitarra española llevando el llanto, el grito, el alarido, la canción a los altos picos nevados de la sierra andaluza,

O acunando dulcemente el desgarro del alma o los vapores del anís o el despecho del desamor.

Era como estar en lo alto de una montaña rusa de emociones encontradas,

Con el alma atenazada en ese segundo en que la tierra nos reclama a toda velocidad.

Una mujer cantaba por seguidilla en la radio-despertador.

Una mujer hecha de hielo por el dolor de la música, hecha fuego por el sentimiento

Que, a borbotones, salía de su garganta y subía hacia el cielo redentor capturándome en volutas y espirales que huían de la noche estrellada...

Las ocho y media, con el ánimo destrozado al trabajo, un día más. ¡Pero que bien cantaba!

Monday, April 08, 2013

Grandes mujeres: Mary Robinson (Irlanda).


Mary Robinson, nació en 1944 en  Ballina (Irlanda).

 

Licenciada en derecho. Inició su carrera como abogada en Dublín y fue electa Presidenta de Irlanda en 1990 en un momento dado con un índice de popularidad de más del 90%. Durante sus siete años como Presidenta hizo hincapié especialmente en las necesidades de los países en desarrollo, asociando la historia de la gran hambruna irlandesa con los asuntos de nutrición, pobreza y de política de la actualidad y de esta manera creando un enlace entre los países desarrollados y aquéllos en desarrollo.

 

Entre 1997 y 2002 pasó a ser la segunda Alta Comisionada de la ONU para los Derechos Humanos (UNHCHR) y dio a esta función un perfil mundial, integrando las cuestiones de los derechos humanos en todas las actividades de las Naciones Unidas.

 

Una vez terminado su mandato como Alta Comisionada se dedicó a desarrollar un proyecto nuevo, la Iniciativa de Globalización Ética, que reúne a interesados clave en alianzas nuevas a fin de integrar a los esfuerzos por abordar los desafíos mundiales y las deficiencias en el cumplimiento de conceptos de derechos humanos, sensibilidad a los géneros y mayor responsabilidad.
 
 

Una mujer valerosa y comprometida en la lucha cívica contra todo tipo de discriminación

 

Premio Príncipe de Asturias de ciencias sociales 2006.

 

Saturday, April 06, 2013

Mara y el ingeniero mecánico.


Mara y el ingeniero mecánico.
 
Tenía Mara siete años cuando me acompañó a ver la obra que estaba realizando un amigo en la ampliación del puerto de Gijón, El Musel. Era un ingeniero atípico de pantalón sucio de obra, casco, guantes, siempre corriendo por todos los lados y demasiado buen carácter. Por otro lado impresionaba físicamente, un metro ochenta de estatura y unos 82 kilos de peso, moreno de obra y unos ojos verde-miel brillantes.
 
Mara, rápidamente, le cogió la aguja de marear y, hacia el final de la visita, empezó con sus preguntas a las que mi amigo iba contestando de forma clara y sencilla. Pero, como siempre hubo un final y ese fue:
 
-¡Oye! Entonces los obreros son los que ponen el cemento ¿NO? -Pregunto de golpe Mara con cierto retintín.
 
-Sí, claro. Respondió con una sonrisa en los labios, no sabía aun  lo que se le avecinaba.
 
-Y los eléctricos son los que pones esos cablecitos para la corriente. ¿NO?- Siguió Mara preguntando.
 
-Sí, claro.
 
-Y los mecánicos son esos de azul que aprietan los tornillos y están llenos de grasa ¿NO?
 
-Sí, claro.
 
-Entonces...si los obreros hacen el cemento, los eléctricos ponen los cables, los mecánicos aprietan los tornillos ¿Para que estáis vosotros, los ingenieros?
 
Mi pobre amigo se quedo cortado y rojo como la grana, sin respuesta aparente para una chiquilla de solo siete años.

 

Thursday, April 04, 2013

Al fondo de la residencia...


Al fondo de la residencia, en el jardincito trasero, se ve una pequeña tapia por la que asoman varios limoneros, llenos, llenitos de fruta que dorada y apetitosa, y un naranjo que parece viejo y triste, unas pocas naranjas medio secas aun quedan en lo más alto del mismo.

Enfrente, en el banco de madera, ya casi sin pintura, medio húmedo, se sienta Andrés con sus gafas de culo de botella, su gorra de pico, no se la quita ni en verano, y su grueso abrigo ya descolorido; ya con su ochenta años y sus miles de achaques solo le queda el dormir bien, cosa que hace, hacer de vientre como el dice y mirar ponerse el sol todos los días esperando poder verlo otra vez si le dejan las maluras y ese Dios al que reza cuando se acuerda.  Habla con su mujer Adelfa, tan mayor como él, encogidita como un pasa seca, toda llena de arrugas, con los ojos hundidos de tanto llorar y penar, su media sonrisa bonachona y su chal negro de siempre, el que le regalos como novios.

Andrés le habla con frases cortas, puñaladas traperas, casi sin resuello. Como habló toda la vida casi sin saberse expresar pero diciendo más de lo que le parecía; como si hubiera que sacarle las palabras con pinzas de  acero al rojo vivo.

Los niños vienen cada vez menos….Es una vergüenza….Al principio venían todos los fines de semana….Claro,  ya tienen su herencia, todo…Pero los echo de menos….Casi no recuerdo a los nietos…..Hoy hace un tiempo muy bueno….Tengo los pies fríos ¿y tú?.... ¿Necesitas algo?, te lo puedo traer…Hoy en la cena, como siempre, crema de zanahorias y pescado….Donde este un buen chorizo del pueblo o un poco de ese vino peleón y acido de la aldea….mira el sol como se enrojece y agiganta, hermoso a su manera…..alguna guerra lejana, algunos muertos como decía mi madre que en paz descanse…la mano derecha me duele un carajo…el médico me cambio el calmante, no sé qué pero me hizo bien…la Loreto se peleo con los Gómez por culpa del periódico…una vergüenza lo de estos que se creen los dueños de la residencia….ya se va hundiendo, pronto nos llamaran para el comedor….tengo hambre pero la crema de zanahorias que se la metan por…perdona, ya sé, no debo hablar mal….a Xavi se le murió el perro, me lo dijo por teléfono no sé cuando, por la noche, tu dormías….la tarde va dejando paso a la noche….¡qué bien se está aquí!....¿oyes a la Loli llamando? Que pesada la pobre, siempre preocupándose por si cogemos frio….que mas  da un poco de frio o no a nuestra edad….como con el azúcar, ¡que me dejen echar el azúcar que me de la gana!…..ser viejo es una lata….los niños no vienen a vernos….nos quedamos solos en el mundo, tu y yo….la que hemos pasado con ellos y abandonados al final….lo bueno es que están bien colocados y sus familias son buenas y aguantan…la mano derecha se me está poniendo imposible, menos mal que no tengo que hacer fuerza….ayer no fui al váter, espero que hoy si vaya sino tendré que pedir un laxante….¿De verdad no necesitas nada?....Nos llaman, ¿vamos?...si, mejor ver terminar como sol se va….¿Qué te quieres quedar un poco más?.....ya es de noche, todo esta oscurecido y el relente es muy cabrón….¿que me vaya yo solo?....sabes que no me gusta que no me cenes y menos dejarte así sola…si, ya se, todas las noches me haces lo mismo….voy, un beso…nos vemos arriba en la habitación…”

Andrés coge el bastón y se va cojeando al salón. Allí Petra lo coge del codo y lo acompaña a su mesa, donde cena con todos sus amigos de los últimos cinco años; la señora fresca y vivaracha de ya 93 años, la pareja de remilgados, el era ingeniero y la joven, solo 75 años de doña Laura.

“No ha querido venir a cenar, como siempre, es terca como una mula…lo siento”- dice en plan de excusa.

La charla es ligera, más bien escasa, poco hablan salvo para recordar a los familiares y las múltiples dolencias de cada cual.

Andrés esta más que pendiente del banco de afuera, a pesar de que no se ve en la noche oscura. No se preocupa tanto como antes pues sabe que  no la encontrara ni en la cama ni en la habitación pero mañana, al atardecer, como todos los días se sentara con su mujer para ver caer el sol, ese ocaso tan simbólico como sus propias vidas…

Tuesday, April 02, 2013

Me vestí de sol y me perdí por los campos.

Me vestí de sol y me perdí por los campos.

Amanecer y belleza,  me hice camelia, blanca y tornasolada, delicada como las hebras de las telas de araña con las gotas del rocío, pero poco duran con su sensibilidad exacerbada y los pétalos caían y me desnudaban...

Perdido y solo, pensando en tus palabras,  entré en la humildad de la margarita, su inocencia me hizo feliz y me vi mecido por la brisa húmeda y fresca  de la mañana, sentí su frescura entrar en mi y fui el viento del alba, navegue en el viento de las montañas.

Con mi alegría juvenil, el día prometía ser radiante y pleno, me imbuí de las mimosas amarillas que me contaron de sus amores secretos y casi olvidados. Y con ellos, atesorados en mi corazón de pétalos blancos me fui a repartir dones y besos.

Entre beso y beso el perfume me inundo, las gardenias blancas y perfumadas me envolvieron con su simpatía. Alegre,  atisbe el mundo de otro modo, un mundo de risas frescas, de flores aladas, de vida floreciente y nueva. Gardenias para decir: te quiero, mi vida...

Pero no tenia al amado cerca, no tenía a quien hablar y me fui volando, un rayo de sol, apenas, me pesaban los recuerdos lejanos y me hice geranio de balcón, de tu balcón una vez más. Te vi, el consuelo me lleno con toques de melancolía. Nada volvería a ser igual.

Nada podía ser  igual y repose en las rosas, me hice rosa roja como mi amor apasionado, sin miedo y sin espinas, esperando al amigo vestido de amarillo o fucsia. Viniste, me miraste y me volví blanca congelada en tu mirada de ciervo enamorado.

Enamorado el corazón se envolvió de pétalos de clavel, rojo como la sangre, para suspirar de día y de noche en un amor vivo y puro. Pero me agostaba, me enquistaba perdiendo el color y la fuerza y busque, te busque y...

Mi perfume de azahar te llego, lo vi en tu aspirar, pero no te conmovió. Tu pureza ahuyento el olor y  a mí con él.

Porque eres como la belleza femenina, me transforme en orquídea, lejana exótica y bella, puse todo mi ser y querencia a tus pies, fui dejación absoluta, pureza de amor y lujuria al tiempo.

Y me volví ortiga cuando te fuiste, cruel, sin sentidos, sin atisbar el abismo de mis raíces que se hundían buscando el tesoro de los elfos para regalarte. Marchaste y me dejaste con la irritación del despechado, la urticaria del infeliz que me toca y se rasca. Te castigue con mi lejanía como un niño pequeño con su berrinche.

Poco duró, recordé, sentí, viví, te añore y te vi en mis pensamientos. Ahuyente la maldad, la envidia, el desasosiego. En la pureza de mi corazón me tumbe cuan largo sobre las aguas, me deje llevar,  y me hice nenúfar.

En la noche, ya cansado, volví a tu casa en una nomeolvides, como mi deseo y en tu regazo me dormi....