Tuesday, October 31, 2017

Calle Alonso Cano, seis de la tarde.


Calle Alonso Cano, seis de la tarde.  Es casi noche. Las luces de la calle y de los comercios encendidos. Los coches pasan poco a poco, con pereza, mientras sus dueños se impacientan por el atasco, el rojo del semáforo, los peatones cortando el paso.
Hay poca gente transitando a pie, hace mucho frió.
Nuestro involuntario protagonista es un hombre normal, nada especial que le distinga del resto del mundo salvo su actitud un tanto misteriosa. Se acerca medio disimulando a un coche y deja caer, con cierto disimulo, dos trocitos de papel rojo. Piensa que nadie la ha visto, parece avergonzado por lo que ha hecho.
Se envara al escuchar la vos de una señora mayor despotricando en alto, casi en un grito. Al principio, el no sabe de qué habla, no escucha bien pero, conforme se acerca oye claramente que se dirige a él y lo que acaba de hacer.
"....este civismo, como si no hubiera papeleras, los imbéciles tirando los papeles al suelo, una vergüenza, lo que había que ver, así va el mundo por sinvergüenzas como los que tiran los papeles.....".
Nuestro amigo calla avergonzado, disimula, mira a la otra acera, esconde su rostro en el cuello del gabán.
".....y después dirán que nada, que lo barran los basureros, mierda a la calle, mierda por todos lados, muy modernos, si, pero la porquería al suelo....los imbéciles tirando papelitos al suelo, que lo vean sus hijos, si es un mierda todo.....".
La señora pasa chillando a la altura del hombre que aguanta, aguanta, incluso, la respiración. Mueve la cabeza con desgana, dudando.
"....y luego hablaran de democracia, una mierda sí señor, esto es lo que hacen estos estúpidos, papeles...no a la papelera, no, al suelo...y mearan en el suelo a la vista de todos, una mierda, digo...."
Ya no aguanta más y fuerte, con voz fuerte: "...Y las hija de puta despotricando solas por la calles.....y las hijas de puta despotricando solas por la calles..."
La señora apura el paso, mira de lado y al ver que nadie la sigue, que el otro, el enemigo, sigue parado:"y los cabrones soltando puyazos..."
"Si señora, puyazos a las hija de puta de las calles de Madrid..."
Y allí los dejamos, a uno, rojo como la grana, en la calle Alonso Cano, parado inmóvil y la otra con paso apresurado, hacia Dios sabe dónde, despotricando de sabe Dios qué....

¿No os recuerda esto algo más?

Sunday, October 29, 2017

Entre vahos y frescos olores


Entre vahos y frescos olores

va caminando lenta la aurora,

al paso, serpenteantes sombras

siempre acompañan sus amores



despierto el sol, ya renacido,

en llama del gesto el gallo:

levantad de amor vencidos

la mañana ha llegado.



negro pasa al amarillo,

queda todavía un buen rato,

y no quedarse dormido,



la tentación de tus brazos,

en el calor de tu cuerpo,

Hay Dios.... ¡ hay Dios que mal trago!.

Thursday, October 26, 2017

Un trámite sencillo.


Un trámite sencillo.

Le encargaron un sencillo trámite administrativo en el ayuntamiento de VXXX, nada realmente importante pero necesario. Solo era conseguir un justificante de haber pagado el IBI del año anterior, el original no se encontraba y por más que pusieron a la casa patas arriba no fueron capaces de encontrarlo.

Se levanto temprano, desayuno rápido y cogiendo el autobús al centro de la ciudad, bajò tranquila y con la duda de siempre, el donde, el cómo, el con quien…

El edificio estaba abierto y ya lleno de gente que o estaba sentada en los bancos de madera o se paseaba nerviosa entre las altas columnas; eso sí, casi todos llevaban bien visibles carteras con documentos como la de los grandes ejecutivos americanos menos las mujeres de pueblo que lucían la típica carpeta de cartón azul, la de toda la vida, como la que ella llevaba.

Se paro allí dentro unos segundos, orientándose, pensando que hacer. Vio la gran cola de información y con una sonrisa esperanzada se fue hacia allí. Se puso detrás de un joven trajeado y con corbata, no se aproximo demasiado por aquello de la distancia adecuada. El tiempo se le hizo eterno aun cuando solo estuvo en dicha fila una escasa hora. La funcionaria, al otro lado de la mesa ni contesto al saludo.

“Buenos días, me podía decir cómo conseguir una copia del recibo pagado del Ibi del año pasado de la casa…”

“¿Ibi?...”

“Si, ya sabe, el impuesto de bienes inmuebles”

“¿Del año pasado?...”

“Si, es que esta pagado pero, al parecer, hemos extraviado el recibo y lo necesitamos para otra documentación”

La señora se iba poniendo colorada, frunciendo el ceño, apretando los labios hasta que casi no se veían y haciendo una fuerza extraña como si tuviera una flatulencia repentina.

“¿Ibi ya pagado del año pasado?...”

“Si, eso le he dicho”.

“¿Una copia del recibo del Ibi ya pagado del año pasado?”

“Si señora”

“Pues no lo sé. Para pedir el recibo de pagar pues sí. Para pagar, también. Para reclamar, por supuesto. Pero para pedir un duplicado de un recibo ya pagado pues no lo sé. ¡Es raro!.  Inténtelo en ese otro despacho, el que está enfrente, ese que pone Ibi. El siguiente.”

Con cara mustia, descolocada, se fue al otro despacho pero allí se encontró con que no había fila y si un expendedor de números. Encima de la cabeza de las mujeres que atendían un gran luminoso rojo luminoso iba poniendo números correlativos. Cogió uno y se dispuso  esperar. Ya había pasado más de una hora y estaba como al principio. Ni el donde, ni el cómo, no el con qué o quién.

Largos tres cuartos de hora cuando su número apareció en el luminoso, mesa tres. Apenas tardo dos segundo en tropezar con la persona anterior, tirar la silla, ponerla en su sitio y sentarse.

“Buenos días me han enviado de información para pedir un justificante de haber pagado el Ibi de nuestra casa del año pasado. Nos hace falta para unas tramitaciones en la X/Comunidad”

“¿Ya esta pagado y sin problemas?”

“Sí, claro. Es que hemos extraviado el recibo original”

“Pues aquí no es”

“Y ¿a dónde debo ir?”

“A INFORMACION, justo enfrente, en esa cola”

“PERDONE PERO ES QUE YA ESTUVE ALLI Y DE ALLI ME ENVIARON AQUÍ”

“Pues si allí no saben, yo no sé donde, no es mi cometido, ¡QUE SE LO DIGAN ALLI!”

“Por favor….”

“Bueno, aquí no es y no puedo ayudarlo, vaya a aquel despacho que pone Tesorería y allí seguro que le atienden y se lo resuelven, pruebe allí quizás lo consiga”

“Gracias”

Para allí se fue sintiéndose una inútil. Nueva maquinita repartidora de números, nuevo coger número, nueva espera  esperando que el luminoso, también rojo, marcase el suyo y el que espera desespera. Las horas pasando y aun no había hecho nada de nada, para nada.

Cuando le toco fue como si tuviera una china en los zapatos.

“Buenos días me ha enviado la chica del Ibi que a su vez me había dirigido allí la de información para pedir un justificante de haber pagado el Ibi de nuestra casa del año pasado. Nos hace falta para unas tramitaciones en la X/Comunidad.”

“Ibi pagado del año pasado, ¿un justificante?”

“Pues sí, eso necesito”

“Pues aquí no es, pregunte en Información”

“Perdone, en Información me han dicho que no saben y ya he pasado por dos  despachos y estoy un poco aturdida”.

“Ya le he dicho que aquí no es…bueno, mira en ir al despacho de reclamaciones, ese de la izquierda, quizás te puedan ayudar”.

“Gracias”.

Y allá se fue arrastrando los pies y el alma. Se encontró con la hora del café, la hora no oficial, eh, que luego quitan derechos y todo es un cachondeo. Cogió el número en la maquinita de siempre y a esperar. Esperar con la duda de saber si lo conseguiría o no, las cosas ya no le parecían tan claras y no sabía si era culpa de su manera de hacer la gestión, mal por supuesto, o porque le estaban tomando el pelo de forma miserable. Incluso llego a pensar en que estaba siendo objeto de una broma de la televisión, de esas de la cámara oculta que tanto le gustaba.

A su tiempo llegaron, se sentaron en sus respectivas mesas y la atendieron.

“Buenos días me ha enviado la chica de Tesorería, que a su vez me había enviado la del Ibi que a su vez me había dirigido allí la de información para pedir un justificante de haber pagado el Ibi de nuestra casa del año pasado. Nos hace falta para unas tramitaciones en la Comunidad. Por favor ayúdeme, ya no se qué hacer más”

“¿Justificante de haber pagado el Ibi del año pasado?”

“Si...”

“Pufff…aquí no es pero espera un segundo.”

Se fue, la dejo sentada. Las agujas del reloj se movían de forma desacostumbradamente despacio. Los minutos pasaban lentos, muy lentos. Se iba adormeciendo y el estomago ya le iba haciendo ruidos de hambre y sed.

Apareció la chica de nuevo con un vejete delgado, de rosto afilado y muy arrugado que se dirigió muy amable el a la chica:

“Quiere usted un justificante de haber pagado el Ibi del año pasado, ¿verdad?”

“Pues sí. A eso he venido.”

“¿Para algo especial?”

“Papeleo en la comunidad que nos lo exigen, ya sabe cosas de herencias”

“Bueno, está bien le hare una excepción y se lo haremos,  a ver dígame la dirección completa y el nombre de a quien esta….”

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…………………………………………..

Ya habían comido cuando llego a casa. Su madre le había dejado la comida en el horno para que no se le enfriase demasiado. Se marido la miro ceñudo diciéndole que por un ratito en el ayuntamiento toda la mañana de picos pardos o de cafeterías y cosas así, que madurase que no tenia edad para perder así toda una mañana hablando con unos y con otros….

Monday, October 23, 2017

Huidas.


Fieras en celo huyendo
del fuego purificador.
Las llamas se alzan al cielo
en busca de su salida,
detrás queda el negror
del grito agónico. Todo
pasa a ceniza renovada,
belleza triste del monte.
Las gentes con cubos de agua
muestran su desconcierto,
carreras sin sentido
y un grito en la garganta
olvidado por mucho tiempo
lucha por abrirse paso.
Es el tiempo del fuego.

¿Donde esconder un cadáver?
-Entre muchos cadáveres,
en el fondo marino,
en un cementerio,
en un campo de batalla,
en el edificio del congreso,
en el sótano de un teatro,
en el edificio municipal....

¿donde esconder un plato?
-
En una cocina junto
al resto de huesos calcinados
ya carcomidos por buitres
y extrañamente blanqueados
por el sol de la sabana.

Pero ¿donde me escondo yo?
siempre dentro de tu mirada,
atrapado en el papel insomne
de la maquina fotográfica,
en la cartera cerca de tu pecho,

Thursday, October 19, 2017

Evocacion.


Evoco, en momentos de tedio, el submundo de la ciudad en la que vegeto. Esa red intrincada de pasadizos para la canalización de agua;  las vías principales del metro y las secundarias para mantenimiento y extrañas seguridades que desconocemos; los túneles para las conducciones eléctricas; las catatumbas tan poco  en boga y tan de ciudad vieja que se encuentran en viejos mapas que se deshacen como polvo en las manos; los pasadizos secretos entre iglesia y conventos y fuerte militares y salidas a la extrarradio de la ciudad que, por caprichos de este crecimiento desmesurado, mueren en otros centros neurálgicos…

Y en  esos sitios me imagino las formas vivientes que se mueven, viven, crecen se reproducen y mueren. Muchas de esas formas jamás ven la luz del sol, o la atisban a través de decenas de metros de profundidad a través de barrotes de acero de los sumideros del agua de las lluvias, o la presiente en los pocos sitios que se acercan a la superficie, zona que evitan como maldita y peligrosa.

Un mundo en movimiento más vital de la que creemos que esta bajo nuestros pies, sin permiso nuestro para reclamar su cuota de derechos cuando lo consideren adecuado y cumplir con su status vital.

A menudo nuestra gente baja a esos túneles linterna en mano. Los seres del submundo se esconden, huyen de ellos, escapan del apestoso olor a loción de afeitado, de la lavanda fresca de la última ducha, de la colonia apestosa a flores moribundas, de la palidez rosácea de la piel, porque somos, para ellos, como esos ratoncitos sin pelaje recién nacidos. Nos odian, nos temen, nos huyen, les damos asco y miedo.

Y nosotros, seres de la luz, desconocemos su vida, su existencia. Preferimos no saber de su desarrollo y como van construyendo una sociedad que vive de nuestros deshechos. Una segunda sociedad bajo la tierra o, quizás, una tercera que es pisoteada por los parias de los sin hogar o los recolectores de las sobras de los supermercados.

Evoco su comienzo de forma fugaz. Un bebe perdido, quizás arrojado por la manos de su propia madre al canal de la aguas. Tras él, otro y otro y otro. Supervivencia al límite, comiendo ratas e insectos varios e inmundos. Mutaciones monstruosas por las radiaciones de las basuras y los gases fruto de la fermentación de las aguas residuales. Reproducción endogámica por decenas de año y decenas de generaciones que se iban adaptando, cada vez mejor, a vivir con lo mínimo. Aprendieron la ganadería con la crianza de gruesas ratas como conejos; animales raros son la compañía, restos desvaídos de perros siniestros. Aprendieron la agricultura en vergeles de hongos verdosos, setas blanquecinas, plánctones inmundos.

Y, haciendo excursiones de rapiña por los más osados, graves ropajes que llevan en señeras fiestas. Miran por anticuados televisores lo que pasan por el mundo al que detestan y temen, al tiempo. Esperan, saben que caeremos, esperaran la caída para alzarse sobre la tierra y la reclamaran en su día. Rapiñan ropa y niños; son miles de niños perdidos al año que caen en sus manos que los moldean a sus formas, con su odio al sol y la luz; otra forma más de regenerarse y crecer. Los mas, sobreviven, los muertos se los comen…sabe que deben ser jóvenes y sin malicia, adaptables, abiertos de mente y capaces de coexistir con lo grotesco.

Pisamos sobre el techo de sus hogares.

Enterramos a los muertos sobre sus restaurantes de comida rápida.

Montamos kilómetros de tuberías para nuestras aguas fecales que son el riego fértil para ellos y su producción.

Llenamos el cielo de gases venenosos que envenenan la tierra y con la lluvia acida les da el vigor de la mutación, la fuerza vital del veneno (lo que no mata alimenta).

No lo olvidan, nos oyen. Algún día saben que solo la vida será en sus túneles perdidos y el hombre tal como lo conocemos será solo un mal sueño del planeta.


Monday, October 16, 2017

Todavia no despiertes...


Todavía no despiertes, niña,
la aurora no florece, espera,
todo esta negro y áspero, sueña
con blancos caminos desiertos
y viajantes de manos vacías.

Sombras rápidas vuelan, cruzan
desiertos frágiles de arena,
serpientes de humo gris gritan:
¡Espera! Aun no te levantes,
están poniendo las aceras,
hombres azules pintan el cielo
de azul, y hadas traslucidas
resucitan la primavera,
un aura leve vendrá llena
de olores de azahar; campanas,
en la lejana ermita, tocan
huida de animas benditas,
asereje del despertador
rosa de tu mesilla. ¡Arriba!.

Saturday, October 14, 2017

La histoira de mis abuelos.


Prometí, un día, contar la historia mágica de mis abuelos, por parte de madre. Aquí va.



Mi abuelo se llamaba Federico, estaba emparentado de forma directa con los Marqueses de XXXXX de XXX de quienes, decía el, era el primogénito y heredero. Si queréis un semblante de él, el de un típico gentleman ingles, educado, culto, serio con una pizca de humor. Sabia de todo, un hombre culto, con respuestas para todo y un ingles perfecto. Mi abuela se llamaba Maruja y era todo lo contrario, una mujer de pueblo, más bien grandota, basta, lozana, un desconocimiento de todo pero una buena ama de casa, sobresalían unas manazas inmensas con las que amasaba el pan. Maruja adoraba a su marido, lo llevaba en palmitas, lo atendía con un mimo casi enfermizo y él se dejaba hacer.



A mi abuelo Federico lo tengo asociado con su enorme y valiosa biblioteca en su despacho de mesa de caoba tallada a mano que era su posesión mas preciada, tenia varias ediciones maravillosas del Quijote, un joya ilustrada de La Divina Comedia, unos libros bajo llave de los clásicos rusos (picantes)y una colección completa de Sakhespeare, al que adoraba. Allí empezó mi afición por la lectura.



A mi abuela en cambio la tengo asociada a las broncas con mi madre por culpa mía cuando fuchicaba en los libros o me sentaba en la butaca de cuero del abuelo y la cocina, cocinaba a todas horas, siempre cocinando y, cuando no, limpiando con el plumero, con la escoba, fregando las escaleras viejas y tenebrosas. De negro riguroso, sin saber bien porque, y una moral mas dura y recia que el integrista evangélico mas recalcitrante.



Fue, mucho mas adelante, pero que mucho después, cuando ya vivía con nosotros que conocí, sin quererlo, la historia.



Es una historia de folletín. La buena moza que sirve en casa de los Marqueses, joven, guapa, robusta, de pueblo pero con un algo especial. El hijo mayor de los marqueses que se encapricha con ella y la naturaleza hace el resto…queda embarazada. El escándalo es mayúsculo y se trata de tapar como se puede, que no era fácil en aquellos tiempos. En esto, Federico, enferma, se pone a morir. Pasan por su cabecera todos los médicos de la ciudad y lo dan por muerto. Llega, es la última esperanza, el cura párroco, el que marca el final de todo.



Cuando este buen hombre llega al palacete, Federico, no hay esperanza de que sobreviva una noche mas,  esta ya a las puertas de la muerte, ya es solo cosas de horas su defunción. La esperanza en la extremaunción es lo que queda. El curiña lo confiesa y conoce, entonces, la historia de la criadita embarazada y pocas historias mas; lo bendice, le da la extremaunción y le pide, en su ultimo momento, que deje bien colocada a la chica y a su hijo casándose con ella. El poco puede decir. Al final convencido, es casado en pocos minutos en su propia cama ante su padre, su madre y sus hermanos, todos llorando. A Maruja, ya casada, me la imagino feliz, muy feliz y, al tiempo, dolorida por la muerte de su hombre y, en aquellos momentos, su marido.



Pero feliz porque su hijo no seria un putativo, uno para la inclusa, y la veo,  por otro lado, avergonzada ante la mirada severa de toda la familia.

Maruja paso toda la noche con el en la alcoba, velándolo, esperando la muerte de su ya esposo para convertirse en viuda pero, los designios de Dios son indescifrables y su bondad infinita, o quizás solo fue una broma cósmica, un chiste; el caso es que a la mañana siguiente Federico, empieza a recuperarse poco a poco y termina sanando.



Todos felices, el curita hablando de milagros. Y Federico sana y se ve sano y casado con la criada y con un hijo por venir y desheredado por el padre ante la situación. Su hermano menor será el heredero del Marquesado.



Hermosa historia Verdad?

Wednesday, October 11, 2017

Tumbas...


Camino entre las tumbas

olvidadas, llenas de
baterías descargadas.

Monday, October 09, 2017

Un incidente de perro, joven y viejo.


Un incidente de perro, joven y viejo.

Por la tarde en un calle amplia, bajo un cielo azul y nada frio; un descanso entre temporal y temporal. Es una buena hora para sacar a los perros, con sus dueños pululando por todos lados y haciendo sus necesidades.

La joven,  no tan joven, unos treinta años,  bien vestida, elegante sin dar el cante, sin pasarse. Su perro un joven cocker, distraído y juguetón, nervioso, no para. Va con una señora oronda y un poco mayor, sudamericana parece, que lleva de la correa un perro palleiro y tranquilo, muy tranquilos, pachorriento y viejo.

En el cruce de una calle son rebasados por un señor mayor, que camina bastante rápido, ligero y con prisa. El cocker se suelta y se lanza contra la pierna de este señor, la  que está más cerca de su boca. Le clava en el pantalón las uñas y le muerde. La joven se da cuenta y tira de la correa haciendo que el perro le suelte.

-¿Ha visto lo que me ha hecho su perro?-le increpa el señor tocando la pierna y comprobando los destrozos del pantalón y viendo que ha había herida en la carne de la pierna.

-Yo no he visto que le ha hecho usted- contesta sorprendentemente la joven dueña del pero ante la mirada atónita del hombre y de amiga que la acompaña. Se le que las palabras le ponen  airado, furioso, increíblemente ofendido.

-¿Que le hecho algo a su perroooooo? Esta usted loca- a esto alza la voz, se le van las neuras, se dirige directamente a la mujer que aguanta impertérrita mirando desde su altura que parece haber crecido varios centímetros- ¡yo a su puto pero! Hija de puta, cabrona, yo a su perro, sinvergüenza, gilipollas...

La joven no dice nada, a todo lo más le contesta ...” a usted”...se pone frenético, manotea enseñando el pantalón con las babas del perro y los rasguños de las uñas y los dientes..

-Es usted una imbécil, gilipollas, hija de puta, cabrona.....métase a su perro por el culo...imbécil

Se va, de pronto,  con grandes zancadas, y a quince metros e vuelve y vuelve a gritar: “Cabrona, antes de tener perro hay que saber tener la boca  y las bragas limpias, zorra, hija de puta...Seguro que en casa está con el perro suelto y sin bragas, sucia...”

Y así mascullando y tocando la pierna se pierde en la lejanía mientras la señora toda ofendida habla de forma despectiva con su compañera de paseo...


Thursday, October 05, 2017

¿Donde esconder un cadáver?


Fieras en celo huyendo
del fuego purificador.
Las llamas se alzan al cielo
en busca de su salida,
detrás queda el negror
del grito agónico. Todo
pasa a ceniza renovada,
belleza triste del monte.
Las gentes con cubos de agua
muestran su desconcierto,
carreras sin sentido
y un grito en la garganta
olvidado por mucho tiempo
lucha por abrirse paso.
Es el tiempo del fuego.
¿Donde esconder un cadáver?
-Entre muchos cadáveres.

Monday, October 02, 2017

Por la tarde.


Le darán la medalla de oro al trabajo, más de catorce horas diarias de jornada todos los días, los seis y, en ocasiones siete,  días de la semana.

Si no se la dan será una injusticia, se la merece. Activo, dejando y sacrificando a la familia por el trabajo; su mujer cabreada y abandonada, sus tres hijos casi unos desconocidos. Incluso el menor con complejo de falta de padre pues se ha perdido totalmente su infancia.

Se va  a primera hora tras un desayuno rápido y frugal, vuelve a las dos o dos y cuarto para comer con todos, una comida presurosa y rápida, sin degustar lo que come; siempre, eso sí, alaba la comida, los platos tan bien elaborados de la mujer que se esmera siempre por él ansiando con el retenerlo un poco más en casa.

Vuelve por la noche lleno de papeles y programas que se pone a rellenar en casa después de la cena. Mientras ella, con los ojos nublados,  mira la televisión,  el trabaja sin descanso en el ordenador y se envía cientos de correos para el día siguiente.

No para, ha adelgazado, esta macilento y gris, falto de fuerzas y de sol.

Los sábados trabaja un poco menos, pero todas las mañanas para el tajo, ocho horas como mínimo. Alguna tarde también. Incluso algún domingo con gran cabreo de la mujer paciente y santa. Son días, como él les dice, de ofertas presurosas, de plantas solares que van a revolucionar el mundo de la energía, o de clientes maleducados que no saben  o no quieren entender las circunstancias del mercado.

A pesar de todo su sueldo no es nada del otro mundo. No hay, en su nivel, horas extras, o prebendas especiales o gratificaciones por obra entregada. Nada de nada; un buen sueldo, si, que sirve para llegar a final de mes con los gastos escolares de los niños y pagar la hipoteca y comer bastante bien, poco más.

Un sacrificado, eso es él. Un sacrificado por la empresa. A veces, con la boca pequeña, parodia sobre la situación delante de los suyos: “Hay dos tipos que no pueden coger vacaciones, son imprescindibles. Uno son los imprescindibles. Los otros lo que tienen que estar allí para que nadie se de cuenta de que todo va bien sin ellos, que son prescindibles, que sobran, que no hacen nada”

Pero la realidad es otra muy distinta. Por las tardes, nadie lo sabe, no trabaja. Huye a refugiarse junto a su hija secreta y escondida.

Sus amigos no lo saben. Su familia, centrada y segura, no tienen ni idea.

Un amor loco, una pasión temporal, el resultado: una niña, su hija, la locura.

Teóricamente está trabajando pero no en su empresa, está con su hija. La merienda, los deberes, el paseo, la educación, las viejas historias familiares, la esperanza en el futuro reflejada en los ojos limpios e inocentes de una cría de cinco años, el volver a una juventud perdida  que le da los pocos años de la niña, el abrirse a un nuevo mundo y tiempo, descubrir la vida con los nuevo y grises ojos tan parecidos a los suyos, ¡se parece tanto a la abuela!….

Su mente loca y dividida en una neurosis que le parte el alma. Esta partido pero sabe que no puede fallarle a la niña, su niña, la inocente de todo y, casi siempre, recuerda a su  mujer allá en la casa con los ojos nublados. La niña de sus ojos. Y, con ella, vuelve a ser feliz, joven y atrevido, renovado de espíritu, un padre, un hombre.