Friday, August 30, 2013

La caja...


Necesidades, sueños, deseos.

Pelearon por la caja mágica que concedía tus deseos.

Atravesaron selvas llenas de peligros. Cruzaron ríos bajo puentes de lianas peligrosos. Corrieron escapando de avalanchas de rocas y polvo, el temible simún del desierto. Huyeron de las horribles hormigas rojas, por poco. Se salvaron de las pirañas famélicas….llegaron a su final.

Una cueva excavada en la roca. En su centro un ara de pizarra negra. Sobre ella, en el centro, alumbrada por siete cirios blancos encendidos con una luz trémula que formaba sombras amenazantes.

De esas sombras se alzo un hombre con una túnica roja. Alto, mas de dos metros; terrible, con la mirada de la sabiduría en sus ojos tristes. Les saludo con un inclinación de la cabeza y, sin preguntarles porque estaban allí, les pidió que dijeran para que querían la caja.

La doctora le dijo que era para devolverla a sus dueños, los viejos y pobres allende de la montañas.

El ayudante que necesitaba conseguir un puesto de profesor en la universidad tranquilo y sin sobresaltos.

El traidor, sacando de su bolsillo un revolver, dijo que la necesitaba para conseguir el dinero que no tenia, que había dilapidado en juegos y extrañas juergas, para conseguir poder y riqueza.

El santón le dijo que no hacía falta eso, señalando la pistola. Cogió la caja y se la entrego diciendo que era el que la merecía.

El traidor la cogió con miedo y esperanza y pidió su sueño. Nada paso. El silencio era una losa en la cueva. Considero todo una estafa, la arrojo al suelo y se fue.

El santón la recogió y se la entrego a la doctora. Le dijo que la devolviese a su dueños, allí haría bien, más que aquí. Y le dijo concedía aquello que era bueno para el poseedor y, en el otro caso, lo bueno era no dar nada; lo mejor para el hombre atormentado era no poseer nada.

Y así la caja mágica regreso a su lugar. Allí esta. No la busquéis pues podéis encontraros con que lo mejor para vosotros no es vuestro íntimo sueño, sino que es….

Tuesday, August 27, 2013

Me equivoque de puerta.


Me equivoque de puerta. Llamé y me lleve la gran bronca de mi vida.

Ahora, no se donde llamar. Estoy perdido en el rellano de una vieja escalera.

Confuso, dudo del piso, del número de la puerta, de tu nombre.

No se si estoy en la casa correcta o, también, la he confundido.

Tantas veces que vine aquí, para dormir en tus brazos...

Estoy desorientado entre sombras que se mueven con los últimos rayos del sol.

Mi cabeza no da para más. Los escalones están curvados en su centro de tanta pisada.

Hay ternura en ellos, como en la barandilla rozada, gastada, ajada de uso.

Llamé a la puerta equivocada, del piso equivocado, del edificio equivocado.

Tengo frió. No se adonde ir. Casi no se donde estoy. Te recuerdo, te hecho de menos.

Estoy parado en el rellano de una escalera de madera entre dos pisos, tercero y cuarto.

Como mi yo, dividido entre el recuerdo y el olvido. Llegan las sombras.

A veces, vecinos pasan a mi lado y me miran con desconfianza.

Se preguntan que hará aquí este tío, que no conocemos de nada.

Dudaran en si llamar a la policía, pensando en mis malas intenciones.

En la noche, me tumbo en una esquina y me duermo soñando...


Y sueño que llamo a tu puerta y no me equivoco,

Que me abres tu casa como si abrieras tu corazón

Y pueda dormir, por fin, en paz en tu regazo para siempre.

Saturday, August 24, 2013

Grandes mujeres: Anna Vasilichia Aslan.


Anna Vasilichia Aslan.

 

Cardióloga y geriatra rumana (Braila, 1897- Bucarest, 1988). Estudio en la facultad de Medicina de Bucarest. Durante la primera guerra mundial cuido enfermos del frente como ayudante del cirujano Thomas Ionescu.

 

Fue la primera mujer cardióloga  rumana y la primera profesora de la Clínica Medica del país. Mas tarde se dedicaría a la geriatría con el famoso Parhin, juntos investigaron el efecto de diversos medicamentos en geriatría, entre ellos el famoso Gerovital H3 y la procaína.

 

En el año 1952 creo el Instituto de Geriatría de Bucarest, del que fue directora hasta su muerte.

 

En el 1970 comenzó a emplear Aslavital, un medicamento tanto profiláctico como curativo.

 

También fue miembro de la Academia Rumana, de la Academia de Ciencias de Nueva York y de sociedades gerontológicas de varios países. Con ella se culmino aquellas vacaciones de rejuvenecimiento para personas de una cierta edad en las clínicas rumanas, que fue todo un negocio.

Wednesday, August 21, 2013

Mara y el bizcocho.


Mara y el bizcocho.

 

(Sobrevivimos a esta aventura y, tal como paso, os la cuento. Vivos y coleando, contentos de seguir bien y sanos, lo cual es un milagro… ¿o no?)

 

Llegue tarde a casa. Una visita de ultima hora, compromiso personal del director, me hizo perder algo así como una hora.

 

En casa, por una vez, todo estaba anormalmente tranquilo. Pep aun no había llegado y Mara y su hermano estaban terminando los deberes.

 

Al llegar se levantaron y me dieron los dos besos de rigor como de costumbre, con una sonrisa picara en la cara.

 

Me quite el impermeable, había llovido a cantaros en pleno mes de mayo y, encima, la temperatura había bajado hasta los diez grados. Me senté un segundo y me aparecen los dos con un bizcocho que estaba diciendo cómeme y una jarra de zumo de naranja con fresas, la merienda ideal para mi.

 

-¿Y esto?

 

-Pues lo hicimos entre los dos, pruébalo esta muy bueno. Me dice Mara.

 

Cogí una buena ración de bizcocho y le hinque el diente. Estaba un poco cuajado, no había subido la masa  porque seguro que no le habían puesto levadura, pero no importaba, esta buenísimo. Me bebí, a continuación, un gran vaso de zumo y volví a concentrarme en el bizcocho. Tenía mucha hambre, devore el gran trozo en tres o cuatro bocados pensando que ya haría una cena ligerita mas tarde.

 

-Pues cogimos la receta del libro viejo de la abuela- me explico Mara- así que con la harina, cuatro huevos…todo bien batido y al horno a 250º grados veinte minutos.

 

-Pues os ha salido muy bueno. Tendréis que repetirlo más a menudo. Muy bueno. ¿Había de todo?

 

-Pues sí.

 

-¿Y la harina?, juraría que la tenia en la lista de la compra semanal pues o quedaba muy poca o no había

 

-¡Si había mucha!

 

-¿Dónde?- exclame preocupada.

 

-Debajo del estante de las cosas, en un paquete de papel gris. Yo la encontré- me dijo el menor, asustándome.

 

-¿Me la enseñáis? Por favor.

Y me la enseñaron. Una paquete de papel medio lleno…. ¡de yeso!, el que necesitaba Pep para un apaño en la pared del dormitorio y que, en un descuido imperdonable, yo había dejado en la cocina en vez de guardarlo con las herramientas.

 

-Mara, esto es yeso. ¿De verdad lo habéis hecho con esto?

 

-Pues si mama, incluso hemos comido nosotros lo que falta.

 

Me asuste, ¿qué podía hacer aquello en nuestros estómagos? ¿Habría que hacer un lavado de estomago? ¿Ir a urgencias?

 

Pase la noche asustada, vigilando a los niños que dormían como benditos y yo que no sentía ninguna molestia, nada de nada.

 

A la mañana, sin comentar nada mas, los mande al colegio y yo me fui al trabajo. Antes tire el trocito que habían dejado para su padre.

 

Sunday, August 18, 2013

¿Me permites contarte una anécdota?


¿Me permites contarte una anécdota?

Parque de atracciones, cola para subir en una que te suben primero a cien metros de altura  y te dejan caer tal cual.

Me pongo a la cola con el crio que, gracioso él, quiere subir acompañado y, además,  como no da la edad pues... ¡yo, el valiente y osado y atrevido! ¿A que padre no le ha pasado alguna vez en su vida?

La cola avanza, veo como suben, como caen, las caras desencajadas, la respiración casi cortada, alguna matrona es ayudada a bajar por los jóvenes que se encargan de todo. Me voy poniendo malo, se me hincha el estomago, me entra esa fase de sudor frio (el típico acojone, el de siempre). Veo como comprueban los enganches de los que suben y me entra en la cabeza de que algo puede fallar, de que algo va a fallar. Me dan ganas de escapar pero, el crio, bendito Herodes, como presintiendo la traición, me coge de la mano todo alegre y me mira sonriendo y feliz.

No lo convenzo de ir a otra o ir a tomar un helado. Incluso le ofrezco diez euros para evitar tener que subir.

La cola avanza poco a poco, al ritmo de mis neuras y mi estomago que se pone como una pelota de futbol y me hace daño.

Llego,  me sientan, me ponen un arnés que me comprime el pecho. No sé como escaparme sin hacer el ridículo. La sujeción me mantiene aprisionado y no me deja ya escapar, estoy perdido, estoy a punto de gritar. Me aguanto como puedo al tiempo que un enorme eructo sale de mi boca y las ganas de vomitar de terror son casi inaguantables.

Prefiero mirar cómo me suben, pero no cierro los ojos que dicen que es peor. El acojone es brutal. La altura es mucho peor aun de lo que esperaba. Los cochinos operarios del parque me suben despacio, muy despacio, yo gritando para mi "que caiga ya, que caiga ya". La tierra se escapa a mis pies. Le recuerdo a Javi, medio sonriendo medio llorando el chiste de aquel que sube por primera vez al avión y le dice a  la azafata que era verdad que desde allí las personas se veían como hormigas; la azafata le contesta sonriendo: Son hormigas, señor, aun no hemos despegado….

Estamos arriba, y no nos sueltan, no, los condenados nos dejan allí unos segundos en los que casi me da algo....Javi saluda alegre y orgulloso a su madre y hermana que le devuelve el saludo. No aguanto más, estoy a punto de gritar de puro pánico, una nueva ola de ruidos de estomago vienen a mis labios con una toque acido asqueroso…Un ruido metálico llega a mis oídos de pronto…digo Dios mío, que caiga ya de una puta vez...que termine esto de una maldita vez…nos sueltan con un “CLANK” seco y duro, dos segundos y abajo,

No fue para tanto al final, pero...una sonrisa  de mentira se aflojo en mis labios viendo la alegría del niño. Me negué a repetir, claro está.

Un fuerte abrazo.

Thursday, August 15, 2013

Esta escuchando, sola, en el banco del parque...


Esta escuchando, sola, en el banco del parque,

El murmullo sonoro de los arboles;

El croar de las ranas en el estanque,

El piar frenético de los aviones en caza,

El  murmullo grisáceo de ese atardecer.

Mira cosas más allá de este mundo….

Esta atisbando las sombras rojizas del ocaso

Queriendo ver a las presas en la foresta

Viendo el crecimiento de las hierbas,

El cerrarse de las flores a la oscuridad….

Nota el aire de las neveras de las lejanas montañas

Sufre la frialdad de ventiscas, de nieve, hielos…

Un repelús le entra con el aire frio….

Huele a miedo y arcanos viejos, muy viejos….

Huele feromonas en el aire,

Al acido agreste de la violencia de la vida,

Dulzura de los frutos maduros, ya a punto.

Abre la boca

                   Y bebe en el silencio

                                                     Gustoso de  las sombras

Danzantes, son ángeles de alas blancas

Y corazones de fuego volcánico.

…………………………………Y muere por dentro…

Monday, August 12, 2013

Grandes mujeres: Catalina de Erauso


Catalina de Erauso

Catalina de Erauso, heroína y militar española, mas conocida por "La Monja alférez" (San Sebastián, 1592-Cuitlaxta, México, 1650).

Fue monja dominica, y disfrazada de hombre escapo del convento en 1603; navego por los mares hispanos, pero acabo sentando plaza de grumete para ir a Punta Araya y Panamá (América), y allí se alisto como soldado y lucho valientemente en numerosos combates. En el ejército llevo el nombre de Alonso Díaz y Ramírez de Guzmán.

Herida de gravedad confeso su verdadero sexo. Regreso a España en 1624, fue recibida por Felipe IV y paso a Roma, donde obtuvo audiencia con el papa Urbano VIII; el rey la nombro alférez, por sus meritos militares, y volvió nuevamente a América, donde murió al llevar una carga y desaparecer del bote que la llevaba para desembarcar en Veracruz, donde iba con una misión militar. Se dijo que se había ahogado o que se había suicidado por el cumulo de aventuras que llevaba.

En el archivo de Indias se conserva un Memorial de los meritos y ejercicios del Alférez Erauso.

En 1625 se escribió un libro apócrifo llamado "Historia de la Monja Alférez" y que se publico en 1829.

Friday, August 09, 2013

Mara y su jersey azul.


Mara y su jersey azul.

 

Todos tenemos alguna cosa, sobre todo ropa, con la que nos encariñamos. Puede ser un pantalón, una blusa, un jersey, un abrigo. Algo que nos seduce como un viejo amigo, y que nos resistimos, a  pesar del tiempo, a tirar, que seria lo normal.

Así Mara con su jersey de angora azul.

 

Hemos tenido miles de discusiones sobre la conveniencia de ponérselo con otras prendas, discusiones sobre la necesidad de lavarlo, discusiones sobre la necesidad de jubilarlo y comprar otro nuevo.

 

Mara, erré que erré, por ella, se pondría ese jersey todos los días del año. No se lo quitaría ni para lavarlo. Lo combinaría con marrones y negros, con lo que sea…un desastre.

 

Pues bien, sin previo aviso, ya hace seis meses, el jersey desapareció.

 

BUFFF, como por arte de magia. Desapareció.

 

La culpa me la lleve yo, por supuesto. No me importa. Pero la prenda, por más que buscamos, no volvió a aparecer.

 

Mara de morros, y yo, lo confieso, feliz.

 

Le compre un nuevo jersey al que trato, desde el primer día, de forma disciplente, como si fuera nada, una bagatela, un incordio.

 

Y todo iba bien hasta el pasado miércoles, comienzo de un hermoso puente y comienzo de un pequeño viaje a la sierra. Hacemos las maletas y, en el fondo del armario aparece el dichoso y viejo y maloliente jersey de angora azul de Mara. ¡Como se puso Mara de contenta! Huelga decir que se lo puso de inmediato, ni que le quedaba pequeñísimo(después de dos estirones que la llevaron a los 1,65 que mide actualmente), ni que estaba sucio y tenia dos rotos…¡Nada! Se lo puso y no había forma de que se lo quitara. ¡Su dichoso jersey de angora!.

 

Ante la amenaza de no hacer el viaje se avino a quitárselo y ponerse el que iba a llevar y yo me avine a que lo metiera en la maleta y se lo llevara consigo, de viaje.

 

El viaje, frío y sobre todo nieve, la primera del año, nos llevo más de tres horas. Tres horas para hacer 160 kilómetros. Pero, lo importante, llegamos bien y contentos.

 

Entramos, cogimos las habitaciones, abrimos las maletas y…. ¡Horror y desgracia! ¡Maldición y amargura de vacaciones! El jersey que Mara había metido en su maleta, no estaba. De nuevo, la culpa recayó sobre mí.

 

-Mara, tú lo metiste en la maleta. Tú cerraste la maleta. Tú metiste la maleta en el coche y la has abierto aquí en la habitación. ¿Como crees que pude hacer desaparecer el dichoso jersey? Todo el rato hemos estado juntas…

 

-Pues estaba aquí y, ahora, no esta. La culpa es tuya, tú me hiciste que me lo quitara.

 

-¡Vale!, hice que te lo quitaras pero quien se lo trajo y lo metió en la maleta, fuiste tu ¿estas bien segura de haberlo metido?

 

-¡SI!

 

Y así cuatro eternos días. Le dije de todo, que seguramente estaría encima de su cama, que se habría equivocado, que… ¡yo que se las cosas que le dije! Pero ella cabreada fastidiada y fastidiando a todos.

 

Ayer volvimos. Mara corrió a su habitación y…..nada. Rebuscamos por todos lados y no lo encontramos. Un extraño misterio.

 

El jersey azul esta perdido y Mara aun espera que vuelva junto a ella algún día del futuro cercano en esta historia cercana a los Expedientes X.

 

Tuesday, August 06, 2013

Ha dicho que quiere ser de los malos.


Ha dicho que quiere ser de los malos.

Me explico, os explico.

Tan solo tiene seis años y es un encanto de crio. Formal, estudioso, inteligente, educado, deportista, un niño que definiríamos como buenecito. Una delicia con pantalones cortos. También es tozudo como una mula, cuando dice que no pues imposible o casi; como con las gafas que no se las pone ni para presumir.

Todas las niñas del colegio quieren jugar con él, normal, un niño normalito, con alguien así que no le pega, ni les tira del pelo, ni las empujan, ni les hace trastadas. Un poco de agobio si debe sufrir el pobre.

Pues, de pronto, ha dicho que este año se va a portar mal, que ya no aguanta a las niñas tras él; que se portara como los malos para que lo dejen en paz, que así vivirá mejor y estará más tranquilo.

Nos ha dicho, muy serio el,  que va a pasarse al bando de los malos, que está seguro que se lo pasan mucho mejor, que sí, que tienen muchos castigos y siempre están con los deberes para aquí y para allá pero lo pasan mejor que él. Ellos al menos se divierten y no aguantan a nada ni a nadie… y como los Reyes Magos ya han pasado y dejado sus muchos y buenos regalos…pues ya puede portarse mal…. (esto último los dijo con esa sonrisa inocente y luminosa de los críos de siete años…)

Veremos.

Saturday, August 03, 2013

Se vistió de tiempo....


Se vistió de tiempo
y fue humo,
y fue nube,
y fue hoja,
y fue cáncer,
y fue fuego,
y fue agua,
y fue hijo...
y fue polvo llevado por el viento.


Se vistió de humo lento
como en una canción azul,
nubes grises le envolvieron,
caricias frescas de vals
en su acalorada vida.

Se vistió de nube, voló
en alas de sinfonías
de calaveras negras,
ya caducas, como la hojas
de los arboles, por vientos
otoñales, arrojadas
al barro de los caminos.

Se vistió con hojas verdes;
ellas hablan con sonidos
de risas infantiles, de
pisadas de payasos en
la sala cuarenta y tres,
el pabellón de cáncer.

Se vistió de cáncer con chillidos
agudos, de ratas encerradas
en el horno ardiente que las quemas
buscando la salida escondida
inútilmente, que, ellas, no encuentran.

Se vistió de fuego, en alas de aire
hondo, rugido de las entrañas
en el dolor del nacer y morir;
voz de mujer pariendo en la soledad
ultima, como el mar cuando muere
en los acantilados de Segorbe.

Se vistió de agua gris, perfumada
con aroma de lavanda, ronco
sonido del marino en el agua
en su último trance, buscando algún
recuerdo de sus hijos en tierra,
con una maldición en los labios,
sintiendo el hambre, ferocidad
eterna del eterno océano.

Se vistió de hijo prodigo,
huido alegre en el disfrute
de las posesiones del padre,
diciéndose inútilmente
que el tiempo, todo el tiempo,
siempre el tiempo, hay que aprovecharlo
mientras el cuerpo aguante.

Se vistió de tiempo
y fue humo,
y fue nube,
y fue hoja,
y fue cáncer,
y fue fuego,
y fue agua,
y fue hijo...
y fue polvo barrido por el viento.