Sunday, June 30, 2013

La dimension desconocida... de mi cocina...


Después de muchos sustos y avatares hemos decidido resolver el problema de una vez por todas, hemos llamado a los exorcistas de la cocina. Dos hombretones encantadores y simpáticos, dos hora y, esperemos, problema resuelto.

Todo empezó ya hace un par de meses, ya os he contado del suicidio de los vasos y platos, de la huida inter dimensional de cucharas y tenedores y cuchillos, de ruidos extraños y suciedades que aparecen sin más justo después de terminar de limpiar esa misma zona…todo muy de miedo y de extraño fenómenos parasicológicos. Intentamos comentárselo a Iker Jimenez pero cuando se entero de que era “una” cocina se echo a temblar y dijo que nanay, el de cocinas nada de nada

Tengo mi teoría por la forma en que se unen las paredes, sobre todo la esquina de la lavadora y la televisión, plana ¡eh! Que también hay que presumir un poco. Si, esa esquina que forma como una zona totalmente diferenciada del resto, como un añadido, en el que parece que la luz es diferente, como más lenta y los sonidos son amortiguados o vibrantes en exceso. Yo creo que es un portal a otros  mundo y claro los demos se cuelan por el portal y se ponen en lo primero que encuentran. Así la lavadora. ¡Sí! Poseída, demencialmente posesa y peligrosa para todos. Mi marido piensa en otra cosa, algo así como una descarga eléctrica a causa de una tormenta, el es mas de ciencia ficción y se ve que le gusta mucho eso de Frankenstein y Karloff y demás.

Divago mucho, perdonar, pero el estado de nervios de estos últimos tiempos ha sido demasiado y claro me paso. Os cuento, hace ya algún tiempo preparando la comida y la lavadora en cuestión con sus cinco kilos de ropa de color todo cambio, el sonido se hizo profundo como en el final de un pozo, el tiempo se ralentizaba; me desplace a marcha lenta, como flotando para coger unas especies y ¡zas! La lavadora de pronto sin otro aviso empezó a gemir y trepidar y dando saltos me ataco con una cierta violencia y ferocidad. El primer golpe me lo dio en la pierna y me tiro al suelo, desde  allí observe alucinada como avanzaba a saltos y se abalanzaba sobre mí abriendo y cerrando violentamente sus fauces/puerta de colada. Menos mal que no perdí la sangre fría, (me encanta Posesión infernal, las de Freddy, las de Carpenter y eso de alguna ayuda tienen que ser en estos casos) y conseguí a duras penas pulsar el botón de on/off. Se paró de golpe justo ya encima de mí a punto de aplastarme bajo su peso.

Pensé, con calma, a pesar de lo que había vivido y el ataque, que había sido algo causal, un accidente, vamos, nada de otro mundo, un desequilibrio de la carga en el centrifugado, etc... Me equivocaba. A los dos días me volvió a atacar, esta vez a traición, estando yo de espaldas y planchando. Lo que me salvo fue esa especie de golpeteo que tiene que hacer al no tener patas con lo que me di la vuelta, deje la plancha a un lado y poniéndome de lado me acerque con precaución y al botón. Se paró de golpe. Al cabo de unos minutos la puse en marcha, vigilando de reojo y ya nada paso ese día.

La tercera pudo ser grave pues no estaba yo; los de casa estaban avisados pero los críos son críos y claro. Les ataco a ellos en el desayuno del domingo cuando estaba haciéndoles las camas. Javi cayó, Mara grito con su voz que hace romper cristales. Menos mal que  llegue a tiempo de pararla y que no pasase a mayores.

A partir de ahí ha sido un sin vivir. Estaba convencida de la maldad de la lavadora. Para que me creáis las fotos de la misma salen borrosas, como con interferencias. Esta poseída por una maldad que no es de este mundo; un ser inmundo y rebelde que se ha colado y que quiere hacer daño, menos mal que se metió en eso, una lavadora que sino….Ya no la dejo en marcha sin que este yo y nos ayuda a que sin electricidad ni fu pero cuando está en funcionamiento pues de todo. Estamos en el salón y de pronto oyes como cambia de sonido, empieza a golpear todo y cómo quiere salir de estampida, claro que lo evitamos y un pequeño galope por el pasillo y a darle al botón de paro. Pero notábamos que cada vez le costaba más pararse, ya empezaba a no obedecer a la fuerzas de la electricidad, de la potencia mecánica iba aprendiendo.

Así que nos decidimos, antes hicimos más de una consultamos pero nadie nos hizo caso; la decisión fue dura para nuestros bolsillos pero, siguiendo los consejos de Don Emilio, el párroco de aquí cerca, contactamos a  los exorcistas de “elcortinglis”. Han hecho bien su trabajo, se nota que saben lo que hacen. Le quitaron la entrada de agua y la salida, desconectaron la electricidad, fuchicaron en cables y trebejes y cabeceando como con pena la ataron y ya bien amordazada  se la llevaron al depósito de endemoniadas. Hay muchas mas así, nos dijeron.  No hará más daño y nosotros tranquilos por una temporada al menos  pues nos instalaron otra que ya tenían preparada y especial con sistema “A-20%”  para evitar que se repita este caso, es algo así como que ya esta exorcizada y, encima, de bajo consumo y ecológica, un pastón, vamos….

Thursday, June 27, 2013

El loco del chandal...


Es una alfombra persa verde, llena de miles de flores blancas,

Tachonada de amapolas moradas, filigranas de escondidos senderos

Casi perdidos y abandonados. Mil rumbos como la estrella de los vientos.

Hay charcas en pequeñas hondonadas con los juncos

Como aviso de los grandes mosquitos que las pueblan.

Grandes grupos rocosos afloran por doquier y, en la lejanía, altos montes,

Reino de los buitres, halcones  y  Águilas Imperiales.

 

Le gusta correr por los campos abiertos y lejanos.

Sentir  y ver, velocidad, ausencias, soledades sin estar solo.

 Sigue un sendero entre hierbas agostadas por cientos de pisadas.

El sol en lo alto no genera sombras, a plomo, pesa y quema.

No hay sombras, solo hierbas, rocas, flores…sudor

Que se evapora aun antes de tocar suelo.

Y el loco del chándal y deportivas, corriendo va por los valles.

Sus pisadas son ecos de lejanos cazadores.

Ritmos nuevos en un terreno muy viejo, ancestral.

A  su paso, en su vibración rítmica de tambores,

En  la piel de un planeta tan viejo como joven y pujante,

Las flores se levantan y se alzan al cielo y vuelan.

Son cientos de flores, ¡no!, miles de flores volando

A su paso. Una nube blanca que no deja ver, oscurece el cielo.

Es fantasía, es magia, es alucinante… ¡increíble! Da miedo.

Le da miedo. Se para sobrecogido, encogido en sí mismo.

 

 

 

Aquel enjambre de flores sobre él tapando el  cielo,

Rodeándolo, ansiando su cuerpo joven,

Envuelto como una segunda ropa de flores.

Cientos de flores, no, miles se posaron

Sobre su hombros, sus brazos, su cabeza.

 Es un momento único. Se para el tiempo y Gea.

Son únicas. Son mariposas en los valles de Teruel.

Y gira feliz dando vueltas. Y las mariposas

Blancas con ocelos negros, negrísimos,

 Como sabiéndolo, lo rodean, y juegan.

Y el loco ríe de alegría sintiendo cosquillas,

Sintiendo el peso enorme y bello de la naturaleza.

 Saltan y vuelan, zigzaguean  y se posan y vuelan,

Y vuelven a posarse sobre él. Liban los jugos de su ropa

Atraídas irresistiblemente por el salado del sudor.

Chupan en un íntimo beso los poros de su cara.

Es el del chándal, la bestia, y las bellas enamoradas.

Alcorisa le espera. Andorra queda  lejana a su espalda.

Alcañiz muy lejana duerme en el empedrado de sus calles.

Albalate......

 

Monday, June 24, 2013

Grandes mujeres: Hapshepsut. La gran reina de Egipto.


Hapshepsut. La gran reina de Egipto.

 

Mil seiscientos años antes que Cleopatra, reinó en Egipto Hapshepsut (1490-1468 a. de c.), una mujer extraordinaria no solo por su inteligencia y su belleza sino por ser la mujer que gobernó con plenos derechos en un mundo dominado por los hombres como Faraón. Hábil en la administración, audaz en la guerra, y, sobre todo, entregada a su tierra y a su pueblo, La Dama del Hilo, supo defenderse de los celos y la insidia de sus enemigos y mantener el poder del imperio en el apogeo de su gloria.

Hija de Tutmes (Tutmosís) I y de la reina Ahmose.

 

Se tuvo que casar con su hermanastro, Tutmés (Tutmosís) II, cuyo reinado fue muy corto (1493-1490 a. de c.) muriendo prematuramente.

 

Correinó con su sobrino, aun niño, Turmés (Tutmosís) III, durante siete años, durante los cuales lo relego a tareas menores y se proclamó como Faraón. Pasó a masculinizar su apariencia y su nombre, tal como aparece en múltiples relieves, con su nombre Maatkare, y actúa como Jefe de Estado. Supo rodearse de grandes servidores como Hapuseneb, gran sacerdote de Amon, y Senenmut, considerado como amante de la reina y padre putativo de la hija Nefereru y arquitecto real del Deir el-Bahari.

 

Bajo su mandato se completaron los templos de Ermant y Karnak, donde hizo construir cuatro obeliscos y una sala de la barca sagrada rodeada de capillas anejas. Hizo levantar en Nubia un templo a Horus con columnas cercanas al estilo dórico.

 

Bajo su mandato se hicieron expediciones comerciales, grandes campañas militares que permitieron controlar la tercera catarata y llegar a la sexta. Estas últimas expediciones fueron comandadas por Tutmés III que no se levanto en armas contra su tía.

 

Deir el-Bahari, casi frontal a Karnak, es el gran templo funerario de La dama del Nilo. Santuario en parte tallado en la roca, en parte estructura libre y en forma de terrazas, es un edificio impresionante. Su construcción duro quince años.

 

Se cree que murió de forma natural sobre el 1458 a. de c.

 

A su muerte Tutmés III, hizo desmantelar varias obras realizadas por Hatshepsut y durante el reinado de Ramses II se procedió a borrar su memoria.

 

Su tumba, cuando Carter entro en ella entre el 1903 y 1904, la encontró violada, el sarcófago abierto y con la tapa en el suelo (actualmente en el museo de El Cairo). Una cosa curiosa es que encontraron dentro el sarcófago de su padre, Tutmés I.

Friday, June 21, 2013

Mara y su evaluación.


Mara y su evaluación.

 

Vino llorando del colegio. Estaba medio destrozada, llorando de ese modo entrecortado, llevándose los dos puños al pecho, que me partía el corazón. La deje desahogarse, que llorase todo lo que quisiera, le haría bien y me contaría lo que le pasaba con mejor estado de animo. (La verdad es que yo estaba asustada, muy asustada, pero no debía dejar que ella notase mis sentimientos, eso sería muy peligroso).

 

Así que la deje en el salón llorando y me fui a la cocina a prepararle la merienda: leche caliente, bocadillo de queso y un par de pequeños bollos de leche.

 

Volví al salón con todo en la bandeja y se la deje encima de la mesita.

 

"Deberías merendar, Mara, sino se te hará muy tarde"-le dije tratando de aparentar una calma que realmente no tenia. Tenia que actuar así, Mara me manejaba de forma emotiva, haciéndome daño muchas veces. Todo eran pequeñas tonterías de vagancia, de no estudiar con concentración, de pensar más en ropa, cine, salidas con las amigas, que en lo que estaba haciendo o que tenía que hacer en aquel momento que era estudiar.

 

Dejó de llorar por un momento. "Es que...me vas...a pegar..."

 

"¿Porque te voy a pegar? No se que quieres decir." Le conteste.

 

"Es...que...me han...dado las...notas de...la evaluación... y son muy malas"

 

"Porque no empiezas por enseñármelas, seria lo mas lógico. Después, hablamos"

 

"Bueno...mira...tienes que firmar aquí..."

 

¡Qué notas! Mis peores previsiones, mis peores pesadillas estaban allí. De once asignaturas, siete suspensos, los mas con uno y dos. Las aprobadas: gimnasia, tecnología, religión y plástica. El resto suspensos. ¡Si hasta había suspendido música!

 

Me senté aturdida, con un sentimiento de pérdida e inutilidad. Me sentí vieja, muy vieja, muy triste. Un fracaso total.

 

Algo debió olerse, Mara, que no le gusto; esperaba otra reacción mía y estaba preparada para afrontar una bronca descomunal, incluso unos buenos azotes. Pero no pensaba en ese decaimiento de mi ánimo.

 

"¿no dices nada?, ¿No me echas una bronca? Yo prefiero que me riñas. ¿No vas a decir nada?".

 

"Estarás orgullosa de estos resultado, ¿No?..." le dije simplemente con voz queda.

 

"No, son muy malos, pero me esforzare en el próximo trimestre, te lo juro...”

 

"Mara, no jures que esta mal. No se debe jurar. Y esto es un fracaso en toda la regla, un fracaso de las dos. No voy a decir nada. Eso si, olvídate de salir, olvídate de fiestas, de cine, de regalos. Tienes que recuperarlas, es tu cometido".

 

Le firme el parte de la notas y me fui al servicio. Allí, quien lloró, de verdad, fui yo.

Wednesday, June 12, 2013

ESCAPARATE II.


ESCAPARATE II

(Os dejo esta segunda versión de "escaparate" que, en principio, iba a ser la original; después quedó como una segunda versión. Espero que os guste.
La primera versión esta en este blog, en la sección de relatos, solo un poco más abajo.)


Se detuvo sorprendido ante el escaparate del Corte Ingles de la calle Princesa. Al principio no entendía porque se había parado, la calle era la misma de siempre. Días y meses pasando por ella camino de la universidad; el comercio, el de siempre. A Carlos nada le distinguía del resto de la gente que circulaba indolente por la acera, salvo sus ojos de un color negro profundo llenos de tristeza. Se detuvo a mirar el escaparate. Se avergonzó de sí mismo, casi al segundo, al constatar que era de ropa interior de señoras; había tres maniquíes casi desnudas diferenciadas en el color de la ropa traslucida que vestían y unas pelucas ridículas en sus colores llamativos: rojo, amarillo y verde. La del medio, pelo rojo, llevaba además de la braguita y sujetador de encaje blanco una bata transparente, hasta media pierna, que se le abría por delante dejando contemplar el falso ombligo; destacaba además, pensó él, en aquellos ojos enormes y azules, llenos de una insinuación mórbida y sensual. Ojos de perra, se dijo para sus adentros.

Se avergonzó de sus pensamientos, ¡eran unos putos maniquíes!

Hasta le pareció que al maniquí le brillaban los ojos cada vez que él dirigía su mirada hacia su rostro. ¡Y qué rostro! Una cara blanca, pura, de alabastro, perfecta, sin impurezas, sin arrugas...un rostro que no envejecería nunca, unos ojos que no se apagarían, unos labios que no secarían. Sin embargo al mirar directamente todo volvía a la normalidad de un escaparate de comercio.

Se sintió, allí parado, ante un escaparate DE MANIQUIES CON ROPA INTERIOR FEMENINA.
Se fue medio avergonzado, llamándose idiota y subnormal y pensando en si lo hubieran visto sus amigos o compañeros de clase.

Conforme se iba, su mente volvía a ver al maniquí de pelo rojo, su ropa blanca , su rostro casi perfecto, el guiño de sus ojos un poco pícaro, un poco avieso; tentado estuvo varias veces de retornar a verla .......pero entendía que era gilipollesco que se encaprichara con una maniquí, y además una maniquí del corte ingles. ¡Era una simple muñeca por Dios!

En la cena estuvo distraído, ausente, por lo que todas las bromas cayeron encima del, sus hermanos, aprovechando el bajón anímico también se metieron con él. En otra ocasión reaccionaria, se pelearía, gritaría, se ENFADARIA PERO, ESA NOCHE, NO; esa noche paso de todo, menos del recuerdo de la maniquí del escaparate.

Por la mañana, temprano, paso a propósito por el Corte Ingles de Princesa para ver de nuevo el escaparate. Allí seguía aquella belleza fría y distante detrás de un cristal, inaccesible para él. Deseo tocar aquel cuerpo, besar aquellos labios..........al tiempo se veía asimismo como un idiota o loco o monstruo. Se insultó y se fue a clase.

Todo el DIA paso triste y aburrido. Deseaba terminar todo para ir a ver a su amor. ¡Sí! su amor, estaba loco por el maniquí de ojos azules y pelo rojo, de bata traslucida y sin arrugas en los ojos.

Terminada la última práctica de química, ya cayendo el sol, corrió, como el loco en que se había convertido, hasta el escaparate de sus sueños. Allí estaba, y la maniquí lo recibió con un pequeño brillo de reconocimiento, como si la figura lo reconociese y le sorprendiese que volviera a verla. El sintió aquel brillo como algo mágico, algo que le decía que la figura vivía y vivía solo para él, quería que solo fuese para él, nada más que para él.

Entro en el edificio y se acerco al escaparate por la parte de adentro con cierto disimulo al tiempo que iba tocando bolsos y bolsos. Imposible. Estaba cerrada y solo se podía ver desde fuera. Era fácil de abrir, accesible, pero necesitaba de la soledad y la ausencia de mirones para reunirse con ella.

Cerca de las diez de la noche entro en el aseo y se encerró.  Espero más de dos horas cuando se hizo el silencio. Nadie quedaba.

Salió con miedo, el corazón desbocado, miles de pensamientos se agolpaban en su cabeza, le dolía el estomago de hambre.

Avanzo esquivando a la vigilancia y se aproximo al escaparate, entró y se acerco a su amada que, sorprendida, le guiño un ojo y le envió un beso a distancia. Se acerco y acaricio aquel rostro angelical.................
......................................................................................................................................................................................................................El escaparatista estaba asombrado del gran éxito del escaparate de ropa interior de Princesa. No se lo creía, había sido un diseño más bien convencional y de poco tiempo, además le habían impuesto muñecos y ropa lo que le había dejado poco margen a la improvisación y el Corte exigía presentaciones clásicas y poco dadas al lucimiento del artista; de algo había que comer. El propio director del centro comercial lo había llamado para felicitarle a primera hora de la mañana, aun no se había levantado de la cama. Era la primera felicitación de aquel tipo. Desayunó rápido, se vistió y fue paseando a Princesa. Cuando lo vio, en la lejanía, supo que algo iba mal, que, aquel, no era su escaparate. El no había hecho aquello. En el suelo, en un inmenso rojo granate sobre el que tres diosas de la belleza refulgían bajo los focos de las lámparas, estaba, en cuclillas, casi en posición fetal, un pequeño y patético maniquí mal vestido, de cuencas vacías y boca abierta que imploraba, con un gesto congelado, el amor de la diosa roja.................

Sunday, June 09, 2013

Se disfrazo de colegiala.


Se disfrazo de colegiala

y entro en colegios públicos,

o en otros concertados, no tan públicos;

o en elitistas privados, no tan públicos;

y escucho hablar de los Reyes Católicos,

de Colon, de Viriato, de Churruca.

Y oyó de los números naturales, no tan naturales,

de raíces cuadradas, de raíces cúbicas,

de exponentes y bases, de progresiones.

Y escucho de los exóticos ríos asiáticos,

Lena, Obi, Mekong, Ganges, Indo.

Y de los feroces animales africanos,

del "speakin english", "i love you".

Y dibujo mapas extraños de extraños países,

pintó figuras de hombres y mujeres aun más extrañas,

escribió versos con rima,

invento relatos escabrosos,

discutió sobre la subjetividad o no de un Dios

desconocido, antiguo, cruel y feroz.

Se junto con actores de "La dama duende",

jugando a imaginar que son actores  que actúan 

siendo personajes de un teatro.


Pero ella solo quería vivir, vivir,

y, sin entender nada, se escapo

a lomos del aire calido.

Thursday, June 06, 2013

Grandes mujeres: Oliva Sabuco de Nantes.


Oliva Sabuco de Nantes.

 

Filosofa y medica española (Alcaraz, Albacete, 1562- Madrid, 1622).

 

También conocida como Oliva Sabuco de Barrera, hija de Miguel Sabuco, que ejercía la profesión de boticario y fue elegido procurador síndico y nombrado letrado.

 

Se ha conseguido demostrar que fue la autora de la “Nueva filosofía de la naturaleza del hombre”, publicada en Madrid en 1587 y reimpresa en 1588, y de la cual se hicieron ediciones, recogidas algunas y otras expurgadas por la Inquisición.

 

Se ha dicho que esta obra fue escrita por su padre, pues no se quería reconocer la autoría femenina (Imposible de aceptar en aquellos tiempos que una mujer dominase tal cantidad de saber).

 

Las ideas expuestas en ella sobre medicina, higiene y filosofía demuestran una suma de conocimientos poco frecuente, especialmente la teoría sobre la manera de atajar las epidemias, las observaciones sobre la circulación de la sangre, la localización del alma en el cerebro, la distinta acción de la sangre y de la sustancia nerviosa y su original estudio de las pasiones, todo con total independencia de criterio y posición lógica.

Sunday, June 02, 2013

Mara de excursión a Segovia.


Mara de excursión a Segovia.

 

(Aunque en las historias del “Diario de Mara” intento ser lo mas fiel posible a los hechos pasados, en esta, me he permitido unas ciertas libertades. La primera es unir dos sucesos distintos, que no adelanto, y la segunda darle un cierto tratamiento literario que realmente no tuvo. Perdón por ello y espero que os guste.)

 

Toda la clase de Mara (1º de Eso) fue de excursión a Segovia la semana pasada. Fue una visita de un día, lo que fue queja general. ¡Un solo día!

 

La noche anterior al día del viaje Mara casi no durmió y, ese mañana, como todos sus compañeros, ya estaba tan cansada como nerviosa antes de empezar.

A pie del autobús, controlando todo, don Pedro, profesor de la clase de matemáticas y doña Rosa, jefa de estudios y tutora. Allí, antes de subir, contaron a todos los niños, uno a uno, les dieron una bolsa con bocadillos y bebida. Y a comenzar el viaje.

 

Risas, peleas, canciones durante todo un viaje de escasamente una hora.

 

Bajados del autobús, en la amplia explanada de aparcamiento, fueron directamente al acueducto romano, al lado del cual se hicieron un montón de fotos a cual tan original como, jugando con la perspectiva, sentados en el, abrazando a la virgen, empujándolo, etc.

 

Hubo unos breves comentarios de don Pedro explicando la historia del acueducto, su función, los años y trabajos de restauración y conservación, que ningún niño atendió:"El Acueducto tiene un total de 166 arcos, son de piedra granítica y están constituidos por sillares unidos sin ningún tipo de argamasa mediante un ingenioso equilibrio de fuerzas........................".

 

E iniciaron el paseo pasando por Candido, El duque,  la Casa de los Picos, la puerta de San Andrés, hasta llegar a la Plaza Mayor y a su lado la Catedral, la bien llamada "Dama de las catedrales", en el punto mas alto de la ciudad,  donde entraron con alguna que otra queja. En el interior se asombraron del retablo mayor, esculpido en mármol, jaspes y bronce conteniendo la confortante imagen gótica de Nuestra Señora de la Paz.

Pasaron al Museo Catedralicio, donde encontraron magníficas obras de arte: piezas de platería, tapices, documentos, ropa eclesial, etc.

 

Visitaron a continuación la IGLESIA DE LA TRINIDAD, SAN NICOLÁS y SAN ANDRÉS  en la plaza de la Merced, en un rincón delicioso y verde.

 

Bajando, mas tarde, por una callejuela, donde Mara se compro la reproducción del acueducto por 1,80 euros en una tienda de artículos típicos, llegaron al Alcázar donde admiraron el tremendo foso, subieron la torre (158 escalones contados uno a uno) y, saliendo, recuento y...... ¡Falta uno!

 

El caos y el delirio. En esto, se oyen gritos desde lo alto de las murallas del alcázar diciendo que se había perdido, que no sabia por donde bajar, que le ayudasen, ¡socorro!; Daniel, tal era su nombre, nervioso como nunca, gritando y buscando ayuda para bajar y reunirse con sus compañeros. ¡Como se puso don Pedro!

Allí mismo, en la plaza,  ya reunidos todos, con Daniel reincorporado tras la monumental bronca de don Pedro, abrieron la bolsa y a comer los bocatas y beber los brick de zumo que contenía.

 

Terminado el almuerzo y tras un rato de asueto, mas bien de peleas, juegos y risas, empezaron el regreso al autobús por el barrio de las Canonjías, lleno de estrechas y sombreadas calles y pendientes pronunciadas, pasaron por un hermoso mirador, más cansados que nunca, arrastrando los pies. Mara, especialmente cansada, se fue quedando un poco rezagada. Se sentía laxa, cansadísima, extenuada. Veía como sus compañeros se le adelantaban y los perdía de vista. Casi no se sentía andar. Oía, a lo muy lejos, la voz del profesor hablando del barrio judío de estrechas calles y sombra eterna. En una de esas calles vio un grupo de hombres extrañamente vestidos de negro con un  libro en la mano y cantando algo que no podía entender; la mayoría con coletas que le caían  por los hombros y, todos, con un aire ausente al mundo. Llenaban la callejuela e iban moviéndose acompasadamente al ritmo de la canción, oscilando levemente de atrás hacia adelante, una y otra vez, una y otra vez. Mara se metió entre ellos un poco sorprendida, como sintiendo una llamada. Era tanta la gente en las callejas que tenia problemas para avanzar, tratando inútilmente de no tocar a ninguna de aquellas personas. Según avanzaba cada vez había más y más  y más gente. Todos vestían de negro, todos con el libro, la canción y esa oscilación grave y rítmica, todos con un pequeño gorro en la coronilla y las coletas que se les posaban en los hombros. La canción la llevaba a buscar algo desconocido, con un poco del miedo que se le iba insinuando en el pecho. Cada vez le costaba mas avanzar, los hombres iban ocupando toda la calle y esta parecía no tener fin.

 

Al cabo de un rato de esquivarlos se encontró con una puerta velada por una gasa negra y una viejecita con miles de arrugas sentada bajo el dintel. Era pequeña y encogida como una pasa de agosto, e iba guiando la canción con su voz un poca mas alta que el resto de la gente de la calle. Sus cuencas estaban vacías. Olía a la flor del cerezo al comienzo del verano, olía a su abuela lejos en las tierras gallega, olía a queso.

Entendió, de pronto, que aquello era un entierro. Alguien había muerto, alguien de aquella casa, alguien de la familia de la vieja. Quiso abrazar a la vieja, consolarla, pero algo se lo impidió. Quiso sentir lastima y pena pero solo sintió un vació extraño en su pecho.

 

La vieja alzo su rostro hacia Mara, triste con sus cuencas vacías, sin dejar de cantar una historia lejana y perdida. La miro sin ver. La sonrió sin sonreír. Como si solo oliera una brisa conocida.

 

Levanto su menuda y arrugada mano derecha y levanto la gasa de la puerta; una invitación a pasar.

 

Mara pasó. Dentro reinaba la oscuridad. No había nadie. Era una estancia amplia, vacía de todo adorno con solo un ataúd blanco en el centro de la misma y siete velas blancas rodeándolo, alumbrándolo con una luz cambiante. Allí dentro no se oía nada.

Mara se acerco curiosa al féretro. Una niña yacía en su interior, vestida toda de blanco, una moneda de oro sobre cada ojo, unas camelias blancas, purísimas, en sus manos entrelazadas sobre su pecho, labios cerrados con una media sonrisa, su pelo suelto se desparramaba sobre una almohada llenando todo de un marrón rojizo brillante y, sobre el, una orquídea blanca bellísima.

 

Comprendió, de pronto, que esa niña era ella, que estaba en esa habitación, muerta, cuando sintió la mano de la vieja en su hombre y le decía:-Despierta Mara, ya hemos llegado a la escuela. ¡Vaya sueñecito que te has echado en el autobús!, ¡Hasta has roncado un poco!

 

Mara abrió los ojos, sorprendida, descolocada, viéndose rodeada de sus compañeros llenos de risa medio disimulada y a don Pedro al lado de ella y su mano en el hombro sacudiéndola.