Tuesday, February 20, 2007

Martes 21 de febrero. De vuelta de un entierro.

De vuelta de dar un ultimo adiós, en un entierro, a un viejo familiar y buen amigo. Se murió mi cuñado, Manuel, se llamaba, después de pelear con el cáncer por más de siete meses. Un final anunciado y, no por ello, menos doloroso. Fue un hombre bueno, buen amigo, buen esposo y mejor padre. Deja dos hijas trabajando y viviendo, una esposa y un pequeño negocio que fue su vida, su sustento y el sustento de toda su familia. Y nos deja a todos los que le recordaremos con cariño…”Mientras alguien te recuerde, seguirás vivo”.

Y recordaremos sus relatos, medio fantasía, medio verdad. Siempre tenía una anécdota para el tema que fuese el que comentábamos, siempre tenia una historia para meter en la conversación que, normalmente, siempre dominaba. Tanto fuese de comida, de beber, de la guardia civil, del contrabando, de historias de meigas y santeros, de cine, de…siempre algo le habia pasado que venia a cuento de la charla.

En estos siete meses fue ejemplar, siempre supo el resultado pero, nadie mas que el y su mujer, mi hermana, sufrieron el proceso y sus penurias. Alejados de la compasión y de la conmiseración vivieron, aguantaron, sufrieron, penaron y, cuando ya nada quedaba por vivir, en esa sedacion milagrosa y final, se quedo dormido, abandonándonos.

Descanse en paz, el y todos los que nos van dejando en este camino de la entropía universal, en ese proceso final que iguala a todos, el mas democrático, quizás el único verdaderamente democrático. Ya el poeta Jorge Manrique lo decia triste y sereno:

Nuestras vidas son los rios

que van a dar en la mar

que es el morir;

allí van los señorios

derechos a se acabar

e consumir;

allí los rios caudales,

allí los otros medianos

e mas chicos,

allegados son iguales

los que viven por sus manos

e los ricos...

En la muerte todos iguales, todos cadaveres, polvo al polvo:

Que a papas y emperadores

y prelados,

asi los trata la muerte

como a los pobres pastores

de ganado.

Y es inevitable, de locos huir de ella:

Que querer hombre vivir

cuando Dios quiera que muera,

es locura.



La pena es el gran negocio que se ha montado entorno de este accidente, como deciamos hace tiempo "Si la mierda valiera algo, los pobre naceriamos sin culo". Aqui un poco al reves, "Vamos a morir, saquemos algo de ellos, de todos ellos". Gran negocio al que no le faltaran clientes, seguro.

Decia Woody Allen:

"No le temo a la muerte, solo que no me gustaria estar alli cuando suceda".


Descanse en paz.

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