He vuelta la vista atrás para recordar todos los comentarios que desato la película “Mar adentro” con un Amenabar pletórico (que gran director de cine puede ser este chico), a raíz de toda esta absurda polémica sobre ese sanguinario asesino que es Dejuana Chaos. Todos los comentarios, casi por unanimidad, de director, actores y asociaciones pro muerte digna, era sobre que se legislaría sobre el tema, la muerte voluntaria y digna; ellos “estamos con la postura de Sampedro, porque la vida era suya” frase literal de Amenabar.
Pues bien, estamos de nuevo en el principio. Un asesino irredento, confeso y lleno de culpabilidad, que quiere morir para no soportar mas su mala conciencia, quiere escapar, vía dejar de comer, de los fantasmas de la culpabilidad que le aterran día y noche. Pero aquí, al revés, las mismas voces pro-eutanasia se levantan para que no se muera, para que no le ayuden al buen morir, para que siga sufriendo en vida el remordimiento de todo lo que ha hecho.
¿No seria mas humano dejarlo morir consigo mismo?
¿No seria mejor, para todos, que se muriera tal como ha elegido?
¿Dónde las voces pro-muerte voluntaria y digna?
¿Dónde esta que Sampedro, si, y este pobre hombre, no?
O estamos en otro aspecto del fariseísmo de esta hipócrita parte de la sociedad mal coloreada de izquierdas, que ventean sobre el aura que mas les conviene.
Si este señor, voluntariamente, quiere morirse, que se muera en paz: “su vida es suya”.
Punto.
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