Viernes 15 de diciembre del 2006.
¡Que desastre de tarde!.
En el paseo de rigor, llegué a la PLaza de España; alli comenzo el pequeño cumulo de desgracias. Al cruzar el semaforo veo, mas que noto, como una mano toca mi bolso, hacia el lado de la cremallera(siempre uso bolso con cierre de cremallera, lo considero como mas seguro, una mania que me vino bien), me vuelvo y un chica rumana con un mapa en la mano me sonrie y me pregunta una bobada. Le digo que me deje en paz, que he visto como intentaba abrirme el bolso. Me contesta que no, un error, que ella no hizo nada. Al tiempo, veo a otras dos, como ella, que se ponen a su lado. Me voy y la dejo atras.
Primera parada el Corte Ingles de Callao. Segunda parada el Fnac. Tercera parada el Belen de la Comunidad, una preciosidad, ir a verlo. Para mi gusto es mas espectacular el del Ayuntamiento. La proxima visita el del Palacio Real.
Vuelvo por la Calle Mayor y a la altura del Museo de Bellas Artes, un taxi medio destrozado, un coche oficial medio destrozado y una chica, la pasajera del taxi, tirada en la calle esperando una ambulancia. Menos mal que la atendio, en la espera, la medico del ministerio que tiene el edificio alli mismo. Como las tragedias no van nunca solas, un miron quiso atravesar la calle corriendo y por una cuarta no se lo lleva por delante un ford. Bueno, sali rapidamente de alli cruzandome con la ambulancia que llegaba.
Entré en un super de Quevedo, delante mia, una señora ya mayor, se cae mareada y queda tendida en el suelo, al lado de los pescados, atendida por una chica del mismo super. Me pregunte que pasaba, era mejor meterse en casa y casi no salir. Asi que hice una compra rapida y al trullo.
¡Que dia!. No me gustan estas cosas, me dan yu-yu.
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