¡Si!, confieso que he vivido,
Vivido y amado y
sufrido.
Lo sé, también me han amado,
Tengo amigos a los
que amo;
También, ellos, me quieren.
Tengo amigos a los que odio;
También, ellos, me quieren.
De niño, plante un
castaño,
Festivo en el “Día del árbol”.
No sé si seguirá vivo,
Muchas tormentas y agostos.
De joven, catorce años,
Amé a la niña adorada,
Dulce, de cabellos rubios.
Carretera de por medio.
No sé qué será de ella
¿Será otro juguete roto?
Hay muchos por las
esquinas
De la calle, en los bares
Del barrio, en camas rotas
Y en discotecas inmundas.
Ame y me amaron, eso creo.
Tuve dos hijos del amor.
Uno ya vive su vida
y su trabajo
Otro asienta su futuro
Construyendo su mundo
También tuve una hija, mi locura,
Nacida de una amor loco
De esos cuarenta años más locos.
Viví aventuras, sufrí dolores,
Viaje por países lejanos.
También trabaje por dos perras.
Construí mi casa, la
que puedo llamar así,
También escribí, no un libro,
Tres están en el universo de internet,
Otros bajo el cajón de mi despacho,
Otros como hojas regaladas a amigos,
Familiares, conocidos, enemigos.
Hay que dejar puertas abiertas siempre.
No sé si seré un hombre bueno,
Medio Ángel, Medio Demonio,
Nadie discute mí buena intención.
Me dicen, a la cara, sonriendo
Que soy una persona
buena.
Quieren decir que soy tonto.
Eso pondrá la lapida, espero,
Que guarde mis cenizas.
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