En ese tiempo, con Rosalia en la cabecera de mi cama, tenia a Becquer en la mesilla de noche. Dos poetas para un tiempo, un aprendizaje, una epoca. No os importara que os hable un poco de este poeta, Becquer, y lo que represento para mi.

En Becquer encontre a dos poetas: El Becquer de la RIMAS y el Becquer de las LEYENDAS que, al final, son las que marcarian mis gustos literarios particulares.
Un poco de historia. Gustavo Adolfo Becquer nacio en Sevilla en 1836. Su padre Dn. Jose Dominguez Becquer era un afamado pintor costumbrista(lo mismo que hara su hermano Valeriano con quien le uniria una profunda relacion familiar hasta su muerte). Murio pronto en 1941 y perdio a su madre con 11 años.
Intenta dar el salto a la corte y en 1854 llega a madrid, donde se instala en una pobre pension y tiene que hecer de todo para subsistir: biografias rapidas de politicos, traducciones, amanuense en oficinas, dibujos, zarzuelas....etc.
La estetica de su obra nace aqui, con la formacion clasica recibida en Sevilla encuentra un nuevo ambiente del que saldran las Rimas. En 1858 cae enfermo y, sus amigos, encuentran la primera de sus leyendas: El caudillo de las manos rojas.
S casa en 1861 con Casta Esteban y Navarro, para extrañeza de todos pues se le suponia coladito por otra chica. La había conocido en la consulta de su padre, a la que Bécquer acudía para tratarse de una enfermedad venérea contraída en sus años bohemios.
Años dichosos y felices, en los que desarrolla plenamente sus rimas y leyendas, al tiempo que se aburguesa y se acomoda en la sociedad madrileña.
En 1864 se retira al monasterio de Veruela, enfermo y debil. Alli escribira esas deliciosas "Cartas desde mi celda".
En 1868 empieza su decive, se separa de su infiel esposa, pierde su puesto de trabajo, y su valedor pierde fuerza e influencia. Tiene que esconderse, con su hermano Valeriano, en Toledo con sus hijos.
Volvieron en 1870, a un hotelito en las Ventas donde, despues, muere Valeriano y, poco mas tarde, muere el poeta («Si es posible, publicad mis versos. Tengo el presentimiento de que muerto seré más y mejor conocido que vivo»), con aquella lapidaria frase: " «Todo mortal».". En Sevilla habia eclipse total del sol.