Friday, November 10, 2006

Poe, el maestro.

La influencia de Poe en la literatura moderna, a pesar de los intentos actuales de minimizarla por algunos con la excusa de ser americano, fue mas que decisiva. Fue el creador del actual relato corto, el creador del actual relato de detectives o policiaco, el influenciador de tres figuras claves de la literatura:
-Baudelaire.
-Julio Verne.
-H.P. Lovecraft.

Para ilustrar dicha influencia destacar la novela de Poe:"Las aventuras de Arthur Gordon Pynn", publicada en 1837. Un viaje iniciatico de exploración a la Antártida, donde la realidad se va diluyendo poco a poco, o al menos eso es lo que parece para Gordon Pynn y los demás miembros de la expedición. Novela extraordinaria y extraña, donde la realidfad y la fantasia se mezclan de tal forma que nunca sabemos cuando es una u otra realidad.
En "La Esfinge De Los Hielos", de Julio Verne, publicada en 1898. En ella, Verne, retoma la historia narrada por Arthur Gordon Pynn en el libro de Poe que parece ser cierta cuando el capitán Len Guy encuentra algunas pistas que le son útiles en la búsqueda de su hermano, el capitán William Guy, perdido en el Jane, ultimo barco en el que estuvo Pynn, así que decide embarcarse, con la tripulación del Halbrane, en una nueva expedición de rescate a la Antártida.
Para acabar, Lovecraft, autor de culto, con su forma de escribir totalmente atípica, plagando sus libros de seres extraños y monstruos horribles. Un escritor de ensayos cortos cuyas obras suelen estar enmarcadas en los Estados Unidos salvo una, a la que nos referiremos: "En Las Montañas De La Locura", en este libro publicado en 1931 la acción vuelve a la Antártida, donde se descubre una nueva raza de seres humanos que provocan admiración y terror al mismo tiempo. Siendo, no mas, que una continuacion de los dos anteriores libros con el sello caracteristico de Lovecraft. En todo caso, la deuda de Lovecraft con dicha novela es evidente, al punto de mencionarla en más de una ocasión y recoger, con todas las implicancias negativas posibles, la transcripción del sonido " Tekeli-li ", en un contexto por demás inquietante.

Las obras de Verne y Lovecraf son inferiores al clima magico y de tragico destino griego de Pym, representando a la humanidad en medio de una tormenta cosmica, fuera de su capacidad de comprension pero siempre en busca de una algo mas; mito del prometeo humano siempre en viaje a lo desconocido. Al tiempo, el mar, como señal femenina destructora unas veces, madre otras, siempre peligrosa e impredecible. Aqui aconsejaros que leais el ensayo de Lovecraft: "El horror sobrenatural en la literatura" y el ensayo de Verne sobre Poe( completo en: http://jv.gilead.org.il/perez/Textos/EPoe/EPoe.htm). Vereis, palpareis como respiraban ambos escritores al amparo del escritor americano.


Verne el maestro de los Viajes Extraordinarios y el Monstruo de Lovecraft, abriendo nuevos rumbos a la literatura.
Por otro lado su introduccion en Europa viene de la mano de una extraordinaria traduccion de Baudelaire, que siguio con Mallarme y se cristalizo en Valery. En esta linea esta la gran influencia en la literatura Francesa y Europea.
Ya hemos visto la gran admiracion por Poe de Rosalia y Becquer, sin obviar a Shaw, Galdos, Borges, etc.

Y, otra linea, esta la generacion de un nuevo tipo de literatura. La literatura de detectives que Poe crea con sus reglas precisas inaugurando un nuevo estilo y genero. Sera el maestro de Conan Doyle y su Holmes, Agata Christie con Miss Marpñe o Poirot, sir Nayland Smith de Sax Rohmer, Harry Dickson de Jean Ray, Solar Pons de August Derleth, Jules de Grandin de Seabury Quinn, G.K. Chesterton A. Lupin de M. Leblanc, Rouletabille de G. Leroux, padre Brown de Chesterton, etc...

La otra linea, no menos importante, es la aparicion,con Poe como maestro indiscutible, del relato corto, del cuento corto que nuestro amigo Brown llevo a cotas inimaginable.

Y, por ultimo, el Poe poeta....os dejo El cuervo, mi poema preferido junto con Annabel Lee, y del que unos poco lucidos pseudoecologistas se han querido adueñaer de su inmortal "Nevermore" .

el cuervo

Cierta noche aciaga, cuando, con la mente cansada,
meditaba sobre varios libracos de sabiduría ancestral
y asentía, adormecido, de pronto se oyó un rasguido,
como si alguien muy suavemente llamara a mi portal.
"Es un visitante -me dije-, que está llamando al portal;
sólo eso y nada más."

¡Ah, recuerdo tan claramente aquel desolado diciembre!
Cada chispa resplandeciente dejaba un rastro espectral.
Yo esperaba ansioso el alba, pues no había hallado calma
en mis libros, ni consuelo a la perdida abismal
de aquella a quien los ángeles Leonor podrán llamar
y aquí nadie nombrará.

Cada crujido de las cortinas purpúreas y cetrinas
me embargaba de dañinas dudas y mi sobresalto era tal
que, para calmar mi angustia repetí con voz mustia:
"No es sino un visitante que ha llegado a mi portal;
un tardío visitante esperando en mi portal.
Sólo eso y nada más".

Mas de pronto me animé y sin vacilación hablé:
"Caballero -dije-, o señora, me tendréis que disculpar
pues estaba adormecido cuando oí vuestro rasguido
y tan suave había sido vuestro golpe en mi portal
que dudé de haberlo oído...", y abrí de golpe el portal:
sólo sombras, nada más.

La noche miré de lleno, de temor y dudas pleno,
y soñé sueños que nadie osó soñar jamás;
pero en este silencio atroz, superior a toda voz,
sólo se oyó la palabra "Leonor", que yo me atreví a susurrar...
sí, susurré la palabra "Leonor" y un eco la volvió a nombrar.
Sólo eso y nada más.

Aunque mi alma ardía por dentro regresé a mis aposentos
pero pronto aquel rasguido se escuchó más pertinaz.
"Esta vez quien sea que llama ha llamado a mi ventana;
veré pues de qué se trata, que misterio habrá detrás.
Si mi corazón se aplaca lo podré desentrañar.
¡Es el viento y nada más!".

Mas cuando abrí la persiana se coló por la ventana,
agitando el plumaje, un cuervo muy solemne y ancestral.
Sin cumplido o miramiento, sin detenerse un momento,
con aire envarado y grave fue a posarse en mi portal,
en un pálido busto de Palas que hay encima del umbral;
fue, posóse y nada más.

Esta negra y torva ave tocó, con su aire grave,
en sonriente extrañeza mi gris solemnidad.
"Ese penacho rapado -le dije-, no te impide ser
osado, viejo cuervo desterrado de la negrura abisal;
¿cuál es tu tétrico nombre en el abismo infernal?"
Dijo el cuervo: "Nunca más".

Que una ave zarrapastrosa tuviera esa voz virtuosa
sorprendióme aunque el sentido fuera tan poco cabal,
pues acordaréis conmigo que pocos habrán tenido
ocasión de ver posado tal pájaro en su portal.
Ni ave ni bestia alguna en la estatua del portal
que se llamara "Nunca más".

Mas el cuervo, altivo, adusto, no pronunció desde el busto,
como si en ello le fuera el alma, ni una sílaba más.
No movió una sola pluma ni dijo palabra alguna
hasta que al fin musité: "Vi a otros amigos volar;
por la mañana él también, cual mis anhelos, volará".
Dijo entonces :"Nunca más".

Esta certera respuesta dejó mi alma traspuesta;
"Sin duda - dije-, repite lo que ha podido acopiar
del repertorio olvidado de algún amo desgraciado
que en su caída redujo sus canciones a un refrán:
"Nunca, nunca más".

Como el cuervo aún convertía en sonrisa mi porfía
planté una silla mullida frente al ave y el portal;
y hundido en el terciopelo me afané con recelo
en descubrir que quería la funesta ave ancestral
al repetir: "Nunca más".

Esto, sentado, pensaba, aunque sin decir palabra
al ave que ahora quemaba mi pecho con su mirar;
eso y más cosas pensaba, con la cabeza apoyada
sobre el cojín purpúreo que el candil hacía brillar.
¡Sobre aquel cojín purpúreo que ella gustaba de usar,
y ya no usará nunca más!.

Luego el aire se hizo denso, como si ardiera un incienso
mecido por serafines de leve andar musical.
"¡Miserable! -me dije-. ¡Tu Diós estos ángeles dirige
hacia ti con el filtro que a Leonor te hará olvidar!
¡Bebe, bebe el dulce filtro, y a Leonor olvidarás!".
Dijo el cuervo: "Nunca más".

"¡Profeta! -grité-, ser malvado, profeta eres, diablo alado!
¿Del Tentador enviado o acaso una tempestad
trajo tu torvo plumaje hasta este yermo paraje,
a esta morada espectral? ¡Mas te imploro, dime ya,
dime, te imploro, si existe algun bálsamo en Galaad!"
Dijo el cuervo: "Nunca más".

"¡Profeta! -grité-, ser malvado, profeta eres, diablo alado!
Por el Diós que veneramos, por el manto celestial,
dile a este desventurado si en el Edén lejano
a Leonor , ahora entre ángeles, un día podré abrazar".
Dijo el cuervo: "¡Nunca más!".

"¡Diablo alado, no hables más!", dije, dando un paso atrás;
¡Que la tromba te devuelva a la negrura abisal!
¡Ni rastro de tu plumaje en recuerdo de tu ultraje
quiero en mi portal! ¡Deja en paz mi soledad!
¡Quita el pico de mi pecho y tu sombra del portal!"
Dijo el cuervo: "Nunca más".

Y el impávido cuervo osado aun sigue, sigue posado,
en el pálido busto de Palas que hay encima del portal;
y su mirada aguileña es la de un demonio que sueña,
cuya sombra el candil en el suelo proyecta fantasmal;
y mi alma, de esa sombra que allí flota fantasmal,
no se alzará...¡nunca más!.


Bajamos la cabeza en señal de respeto al siempre Maestro.

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