El pasado viernes fue día de caza por las librerías del
barrio. Buena caza y buenas piezas cobradas. La suerte es así, te pasas semanas sin encontrar nada
y, de pronto, sin comerlo ni beberlo. ¡Zas!, encuentras cosas interesante y a precios más interesantes todavía…y ¡tuve que
elegir!, dejar otras ediciones para otros días pues de llevarme lo que me apetecía
dejaba la tienda en baldas. Demasiado.
Sigo
esperando la edición de “Blaze” de Stephen King, tiene que estar al caer.
Los primeros
son lo de menos. Solo por seis euros me lleve “Premios Nebula 1”, para Javi que
ya se compro el 2 pero no encontraba este, se llevo una buena alegría. Con el
“Los viajes de Tuf” de George R. R. Martin, una reedición de este libro que ya
no se encontraba ni en los basureros (es del 86) y aunque esta como una novela
es en realidad un recopilación de relatos sobre ese personaje (A Ed le encanta
este escritor que para mí ni fu ni fa).
Después por
solo 10 euros tres libros a cual mejor, para mí los tres, por supuesto. Uno
antiguo de José Manuel de Prada que visto lo que me gusto el ultimo que
escribió: “El séptimo velo” y recordando “La tempestad” pues me apetecía mucho
seguir leyéndole alguna cosa más; descatalogado y medio perdido: “La vida
invisible”, que, además, me parece que algún premio consiguió. Por otro lado
“Contrato con Dios” de Gómez-Jurado, un libro bastante novedoso y de buenas
referencias, sobre todo en una edición de lujo con bellas ilustraciones, una
pequeña joya y que espero mucho de él. Y para terminar un libro que ya me
habían recomendado algún amigo pero como libro extraño y diferente: “Heridas
abiertas de Gillian Flynn”, una escritora novel que tiene en su haber los
piropos del monstruo del terror que es King, lo que me echaba un poco para
atrás pero ante el precio me decidí (Una mezcla de dramón, intriga y terror).
Ya contare.
Ya contare,
yo feliz. Acabada esa irreverente y deliciosa e inteligente novelita que es “El
asombroso viaje de Pomponio Flato” de Eduardo Mendoza, uno de mis referentes de
la novela española de este tiempo. Aun recuerdo como me reí con su “Sin
noticias de Gurb” , “El misterio de la
cripta embrujada”, “El laberinto de las aceitunas”, “La aventura del tocador de
señoras” o “El último trayecto de Horacio Dos” (Tuve que leerlas a escondidas
pues daba una impresión de loco o insano a carcajada limpia con un libro en la
mano). Un escritor genial, corrosivo, perspicaz e inteligente, muy inteligente,
nunca me deja impasible pero nada recomendable para leer en el metro o en el
autobús. Ya empecé “La apelación” de Grisham, no es mi gran escritor pero están
bien, se leen de forma agradable y, de vez en cuando, da alguna buena sorpresa.
Y me
comprare sin falta “La decima sinfonía”, decidido ya.
Y volver a
mi proyecto inacabado.
Y mi
“Primavera” de Botticelli, está ya a la mitad, lo que me queda aun, más de un
año todavía. Está quedando preciosa.
Habrá que
preparar las tarjetas de crédito, no hay otra forma de llegar sino, para la
compra de los libros de los niños, el material escolar, la ropa de
otoño/invierno. Todo aumenta de precio menos los salarios, como decía me parece
que Perich: “El dinero viene y se va, se va, se va, se va,……” O como mi padre,
en su sabiduría popular: “Hay dinero macho y hembra. El de los demás es hembra porque cría. El mío es macho, no cría, solo
desaparece”. Porque en época de crisis los millonarios son mucho más
millonarios y los pobres somos mucho más pobres. Cuestión racial, imagino o
genética, puede ser.
Lo correcto
del punto de vista político. Así damos dinero a Marruecos, acogemos a los
marroquíes, etc.…y el rey de ese país uno de los diez hombres más ricos del
planeta. Sera aquello de: “Cogen el dinero de los pobres de los países ricos
para dárselo a los ricos de los países pobres”.
Y mi pesar
continúa. Me siento mal viendo a estos jóvenes con “La farola” y no poder
ayudarlos. Antes siempre les daba algo, unos céntimos, algo es algo, menos es
nada. Pero, ahora, es que lo tengo a la puerta de mi casa, otro en la esquina,
dos más en la plaza de la Iglesia parroquial, otros dos en la plaza del barrio,
uno en la puerta del súper, otro en la puerta de la frutería, y otro en la
panadería…. ¡cómo ayudar a tantos con
tan poco!....si al final nosotros seremos lo que pidamos a no sé quien, a
alguien. Y no hablemos de los vendedores de videos piratas…o de los bolsos y
carteras de marca…
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