María Eugenia Palafox Portocarrero y KirkPatrick, condesa
de Teba, más conocida como Eugenia de Montijo (Granada, 5 de mayo
de 1826 - Madrid, 11 de julio de 1920) fue emperatriz consorte como esposa de
Napoleón III.
El 12 de abril de 1849, en una recepción en el Palacio del Elíseo conoció a
Napoleón III, al futuro emperador, con quien se casó el 30 de enero de 1853.
El 16 de marzo de 1856, Eugenia dio a luz a su único hijo, Luis Napoleón,
que recibió el título de Príncipe Imperial. Gracias a su belleza y elegancia,
Eugenia contribuyó de forma destacada al encanto que desprendía el régimen
imperial. Su forma de vestir era alabada e imitada en toda Europa, la moda
neoclásica, estilo muy popular durante el reinado de Luis XVI. Fue la persona
con más condecoraciones de toda Francia, con 20 condecoraciones y títulos
nobiliarios.
Eugenia era una mujer educada e inteligente. Tomo parte activa en la
política del Segundo Imperio. Católica, se opuso a la política de su marido en
lo tocante a Italia. Desempeñó la regencia del imperio en tres ocasiones:
durante las campañas de Italia en 1859; durante una visita de su marido a
Argelia en 1865 y en los últimos momentos del Segundo Imperio, ya en 1870.
La emperatriz Eugenia secundó las desafortunadas intervenciones exteriores
del imperio: La derrotada Invasión francesa de México que costó la vida al
emperador Maximiliano I de México. La
guerra contra Prusia, que concluyó al año siguiente con la derrota de Sedán.
En 1869 la emperatriz Eugenia asistió a la inauguración del canal de Suez.
Apoyó las investigaciones de Louis Pasteur, que acabarían en la vacuna contra
la rabia.
Tras la caída del Segundo Imperio Francés, la familia se exilió a
Inglaterra. A la muerte del emperador en 1873, Eugenia se retiró a una villa en
Biarritz. Su único hijo pereció en Sudáfrica (1879) a manos de los zulúes.
Relacionada genealógicamente con la Casa de Alba, se alojó ocasionalmente
en el Palacio de Liria de Madrid, en su Quinta de Carabanchel y en el Palacio
de Dueñas de Sevilla. Algunas de sus pertenencias, como pinturas y muebles,
pasaron a manos de los Alba, como un retrato suyo pintado por Winterhalter y otro de Goya, La marquesa de Lazán. Durante
sus estancias en España, eran frecuentes sus visitas a la reina consorte
Victoria Eugenia de Battenberg, de quien era madrina de bautismo y muy amiga.
Su cuerpo fue trasladado en tren a París y fue enterrada en la cripta
imperial de la Abadía de Saint Michael en Farnborough (Inglaterra), al lado de
su esposo y de su hijo.
Se cuenta que el encuentro entre Eugenia y el futuro Napoleón III no fue
casual. Se conocieron gracias a la madre de ella, quien deseaba un buen
partido y se preocupó por exhibirla en los actos sociales para que
conociesen a los caballeros adecuados.
Eugenia, convertida ya en emperatriz, ordenó a algunos arquitectos y
jardineros de su corte la remodelación del castillo de Arteaga, un edificio de
sus ancestros en la provincia de Vizcaya (España) y también restauró el
castillo de Belmonte (Cuenca) propiedad de los marqueses de Villena. Bajo su
auspicio se cultivó en una finca de Baños de Rioja (La Rioja), de la cual era
propietaria, una viña que todavía existe con el nombre de La Emperatriz.
Gracias a ella se hizo muy popular el veraneo en Biarritz cuando en 1854
construyó el Palacio en la playa hoy día conocido como Hotel du Palais.
La elegancia legendaria de la Emperatriz influyó mucho en el mundo de la
moda. Llamado así por la Emperatriz, el sombrero Eugénie es un estilo de
sombrero de mujer inclinado y con la caída sobre un ojo; el borde se dobla
bruscamente a ambos lados en el estilo de un adorno de equitación, a menudo con
una larga pluma de avestruz. El sombrero fue popularizado por la estrella de
cine Greta Garbo y en la década de 1930 eran histéricamente populares.
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