Mara y la
suerte.
Unos nacen
con estrella otros con problemas. Es nuestro sino, la ley de probabilidades que
juega con y contra nosotros.
Así a Mara,
el MP4 se le ha ido la señal de los auriculares. Hemos ido a cambiarlo y,
¡suerte!, le han dado otro mejor por menos precio. Una maravilla de la
tecnología moderna y una bella estética. Le encanto y….a las dos horas
funcionando se le ha bloqueado. Vuelta al a tienda, no hay otro igual, a
esperar o tique regalo para esperar o comprar otra cosa. Se ha puesto triste.
Le ofrecieron, yo pagaría la diferencia,
otros dos pero no le gustaron uno por el color y el otro porque era... ¿Raro?
En fin sin MP4 y con dinero para gastar ¿Qué miedo!
Así, también,
el juego para PC, los sims2, se instala pero cuando no quieres jugar da un
error extraño. Contactado el servicio técnico pues que es incompatible nuestra
tarjeta grafica o no sé bien qué. Ponerlo bien para el juego 50 euros
adicionales. ¿Se acabar esto algún día? Mara quiere que lo reparemos
rápidamente, quiere jugar ya, como sea. Desesperada. Dos apararetejos
eléctricos, los dos problemas de una u otra forma. Los libros, en cambio nunca
dan problemas y son generosos con el lector. Mejor un buen libro que un juego
de ordenador, fue el consejo tardío y fuera de sitio de un dependiente del
Corte Ingles, al que no hice caso, por supuesto.
El resto,
las cosas no electrónicas, perfectas. Las cosas de Mara al cambio. Una para la
tercera, dicen que en esa va la vencida; en la otra, pues apoquinar que es
gerundio.
A su
hermano, en cambio, todo miel sobre hojuelas. Todo a la primera y las cosas a
pesar del maltrato que les inflige, y es mucho, de verdad, le duran y duran u duran.
La
electrónica no es la mío, se entiende, lo entiendo pero el azar si me liga en
sus sino y desvaríos. Hay personas que atraen cosas, de forma positiva o
negativa. Del mismo modo que hay gente que hace daño o bien con su mirada. O
con la imposición de manos. Hay miles de casos, alguno he vivido en primera
persona. Y si hay gente que atrae las tormentas, las hay que las repelen. Mara
es adicta al cambio en objetos eléctricos, lo seguirá toda la vida, es su sino
y destino. Las cosas le costaran un poco más que a los demás pero puede
disfrutar de la vida y triunfara si se lo propone. Dios propone el hombre
dispone.
Pero estas
cosas la carga o demo, disfrazado de modernidad, nos mete en un mundo más virtual que real y
en una lucha por poseer cuanto más. Al final todo queda en la tierra, dejaremos
todo para que se pudra y no como los viejos Faraones que se enterraban con los
regalos más preciados y, alguno, con los sirvientes más queridos. ¡Qué putada!
Que seas bueno en tu trabajo y, por eso mismo, por el aprecio de tu señor, te
lleve con él a la sepultura en vida, para que le sigas sirviendo más allá de la
muerte. Un buen corte de mangas merecía ese tipo, Caronte y toda la ralea.
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