Tuesday, December 10, 2013

Rosquillas en el desayuno.


Rosquillas en el desayuno.
 
¡Ojo, mayores solo!

 
En la vida se ven cosas raras, a veces muy raras. Incluso gente que conoces de toda la vida, en un momento dado, te sorprenden con acciones o gestos inusuales, como si no fueran ellos.

 
Esta es una anécdota de un viaje de trabajo a Tunez, de un equipo formado por Saro, Damian, Jorge y el que escribe. Vivíamos en un chalecito en un bario residencial de Sidi Bouzi, con criada, guardián y todo. Por las mañanas al levantarnos nos tenían preparado el desayuno: café, galletas, creps morunos, unas grandes rosquillas fritas, pan, mantequilla y mermelada, etc.

 
Esta historia es en un día de verano. Me levanto como todos los días pensando que soy el primero; como todos los días desayuno y después me voy al baño, y termino yendo a la oficina, la que abro como todos los días.

 
Pero, al salir del baño, veo que Damian ya se ha levantado. Medio zombi se dirige a la cocina y coge una rosquilla, la mira con atención, termina tomándola con las dos manos y la baja. Veo su rostro, no ya tan dormido, reflejarse en el cristal de la ventana de la cocina. No veo la rosquilla por quedar tapada por el mueble aparador.

 
Avanzo y, curioso, con un leve sonrisa picara en mis labios, me ladeo para verle entero, de lado, pero entero. Su pene cuelga un tanto flácido por fuera del pantalón de pijama. Lo manipula con la mano derecha  al tiempo que lo introduce en el agujero de la rosquilla. Con las dos manos hace avanzar y retroceder a la misma manteniendo el pene en su interior, pene que, poco a poco, se va engordando en una erección total. Casi ya es mas grande que el propio agujero en que esta metido. Comienza ya a mover las caderas haciendo que sea el pene el que se mueva en la rosquilla. Abre la boca, enrojece. Coge una segunda rosquilla y, nervioso o ansioso, se la incrusta en la polla ya palpitante y a punto de soltarse. No le entra y terminar por romper la rosquilla, pero sigue dale que pego con la que tiene. Se muerde el labio superior al tiempo que eyacula y se le rompe la rosquilla que se mezcla en su mano con el semen y termina todo en el suelo de la cocina.

 
Cierra los ojos y respira hondo.

 
Yo me alejo y trato de olvidar lo que he visto, al tiempo, que pienso lo duro que es estar fuera de casa mucho tiempo.

 
Y pensando que, menos mal, yo ya había desayunado;  los de atrás….

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