Friday, December 13, 2013

Mara, se acabaron los exámenes.


Mara, se acabaron los exámenes.

 
Ayer Mara, hizo ya los dos últimos exámenes, ¡Aleluya!

 
Música, chupado, en expresión clara y franca de ella. Después, la bronca por haber estudiado tanto pues el examen lo habría sacado aun  sin estudiar. (No discutí, la dejé hablar y desahogarse y punto).

 
Sociales, fue otra cosa, no está segura. Me contó vaguedades sin cuento pero sin concretar nada. Es decir creo que la va a suspender. ¡Si solo es esa!

 
Así que nos fuimos al cine por la tarde pero, antes, mientras preparaba la comida me encuentro con que se queda frita en el sofá, como muerta, tan así derrengada que tuve que ir para ver si respiraba. Respiraba muerta de cansancio, agotada como pocas veces la he visto. La deje tranquila con esa cara dulce que tiene cuando duerme. El rostro de Dios en una niña de ya trece años. Casi lloro de amor al verla así

 
Se despertó a las cinco de la tarde, tras sus buenas tres horas de sueño, a tiempo de comer y, después, por petición de ella, ir al cine. Fuimos y, por horario, escogimos, bueno, escogió, “Frozen. El reino del hielo”. ¡Qué buen film, que divertido, que rompedor!. lástima que a mi edad ya solo se pueda ir al cine con niños de la mano y no al aire de cada uno.

 
Y a comprar la cena y algunas cosas para el nuevo curso: bolígrafos, correctores, gomas de borrar, etc.…cosas que siempre hacen falta.

 
Por el camino de vuelta me expresó sus miedos a que la suspendan y repita curso, a pesar, siempre según ella, del esfuerzo que ha hecho.

 
Pero, como le dije, si has hecho un esfuerzo y fallas no hay por qué preocuparse; el problema es haber dejado las seis en el curso, son muchas y es complicado ponerse al día en mes y medio de seis asignaturas de todo un curso, un mundo; son demasiadas y, encima,  las fuertes, el grueso del curso, las de chapar.

 
Pero siguió con sus miedos. Así que ya un poco dura le dije que se olvidara, estaba en manos de sus profesoras, que, ella, ya no podía hacer nada; que se preocupase o no, no valía para nada, los exámenes ya estaban hechos, no podía cambiarlos. A esperar y punto. Y esperaba que hubiese aprendido la lección, eso era lo más importante para mí, por encima de repetir o no.

 
Como siempre, me dijo que sí, que había aprendido la lección, que el próximo curso seria todo distinto. Una nueva Mara, más adulta, más seria, más estudiosa.

La abrace muy fuerte y le di dos grandes besos.

¡Dios dirá!

 

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