(El pasado viernes,
fue el primer día de vacaciones de Mara, en espera de las notas que tendrá que
ir a recoger el martes 26. Por la tarde tenia fiesta de cumpleaños por lo que
estaba un poco nerviosa, iban a comer a un burger, después a la piscina de la urbanización
del homenajeado e, iban a terminar, en la fiesta del barrio, todo al lado de
casa. Así empezó ese día y estas vacaciones)
Tuve un vago presentimiento, una mala idea que no me
abandonaba en toda la mañana. La idea fija de Mara, sola, en casa, ya de
vacaciones, con los exámenes terminados me daba un punto negro y me preocupaba.
Choradas de una madre histérica, me decía a mi misma, pero esa duda, esa
inquietud no me abandonaba.
Cuando ya no pude más pedí permiso a mi jefa y salí rumbo a
casa. Durante el camino, no más de diez minutos algo, como un ratón histérico,
me roía el cerebro dándome unas fuertes puntadas de dolor.
Llego, entro y me encuentro a Mara con mi albornoz puesto y
toda alborotada, con movimientos de haberla cogido en una trastada, como
tratando de ocultar algo.
Me miro sorprendida, reacciono un poco tarde, se puso
colorada y con miedo me dio un beso.
Hola- le dije como si nada- ¿te vas a duchar?
Si, iba ahora mismo-me contesto alegre al tiempo que se rascaba el muslo izquierdo.
Pero si por la tarde tienes cumpleaños con piscina, no entiendo
lo de la ducha a esta
hora, más bien deberías ducharte después de la piscina-le
recordé.
¡Sí! Pero como tengo el pelo sucio, ya sabes, para la
fiesta-me contesta la cría, que tiene respuestas para todo y algo mas.
Me voy al cuarto de baño, de donde ella había salido y… ¡que
desastre! De entrada papeles por todos lados, las toallas sucias, los paquetes
de crema por el suelo, una cuchara encima del lavabo, una maquinilla de depilar
oxidada en el mueble…
¡Mara, ven aquí! ¿Qué es esto?- ya venia yo calentita y me
empecé a exasperar un poco y hablé un poco alto de mas.
Bueno… es que me estaba preparando… y viendo lo que tenias
aquí, por la fiesta
¿Sabes?...-me contesta con picardía.
Me fijo en que desde que había entrado su mano iba
continuamente a rascarse el muslo izquierdo de forma disimulada, pero fuerte.
Entre los botes veo el de una crema especial de depilar “para pieles sensibles”
que tenia que haber tirado ya hacia tiempo porque cuando la use me dio una
reacción alérgica de cuidado y temí lo peor.
Mara es una niña de doce años, rubita, sin pelo, con la piel
muy blanca y muy sensible a todo. Desde pequeña todo lo que usa de higiene es
hipoalérgica, para pieles extremadamente sensibles.
Mara, déjame ver esas piernas.-le dije ya con miedo.
¡Qué panorama!, todo el muslo al rojo vivo, con pequeños
granos saliéndole por todos lados. Le tenía que picar como mil abejas
enfurecidas. Respire hondo, conté hasta diez y…
A ver, explícame que has hecho, porque estas hecha una pena,
cielito.
Veras, mami. Cogí la crema de depilar esta tuya, me la
aplique. Después quise quitármela y como no encontré nada lo intente hacer con
esa cuchara y, como no funcionaba y me empezaba a picar mucho, utilicé la maquinilla
de cuchillas, que tampoco, así que, al final, me la quite con mucha agua. Me
pica mucho. Lo siento.- Casi empezaba a llorar, mientras seguía rascándose el
muslo.
Vamos a ver, Mara. Primero, te dije que no te valía la pena
depilar las piernas pues aun no tienes pelos en ellas. ¿No te depilé el
sobaco?...Tus amigas si lo necesitan, son peludas, pero tu no lo necesitas. Te
lo dije ayer y te lo digo hoy de nuevo. Segundo, esa crema es malísima, tenia
que haberla tirado pues a mi me fue mal y yo soy una persona mayor entonces a
ti te tiene que hacer mucho mas daño. Tercero, en estas cosas jamás se utiliza
cosas metálicas que hacen mas alergia y el efecto es contraproducente. Cuarto,
la maquinilla con la cera un horror. Quinto, la maquinilla oxidada como está
todavía mas horror, te puede cortar y hacer una infección. Tienes que hacerme
caso, de una vez por todas ¡hazme caso! En esto tengo experiencia, ya te iré
diciendo y aconsejando. ¿Cómo vas a quitar el picor?- Trate de explicarle
aunque sabia que era inútil, mejor arreglar el problema de los muslos...
Me lave muy bien con agua pero sigue picándome…
Fui a mi cómoda y saque un frasco de crema hidratante para
bebes y le puse una buena cantidad de pomada sobre el muslo. La cara de Mara
fue de felicidad, un suspiro salio de sus labios empezando a respirar de nuevo.
Así que le dije: Quítate el albornoz, ponte una camisola encima que no te
llegue a los muslos, para que no te quite la crema y cuando esta se seque échate
esta pomada de nuevo, tal como te he echado ahora. Veras que pronto se te cura
y el alivio del picor será inmediato. Por favor Mara, estas cosas soy yo quien
sabe, llevo haciendo muchos años, déjame a mi, te iré enseñando, no te
obsesiones, todas hemos pasado por esto pero, tu, tienes solo doce años. Por
favor, por una vez, hazme caso.
Si mama, es la última, te lo prometo. Que gustito con la
pomada. ¿Cómo es que has venido? Ha sido como un milagro
Un mal fario, un negro presentimiento: ¡Tu y mis neuras!...
Así fue el primer día de Mara sin colegio…así empieza este
asombroso verano…
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