Mara y sus notas finales.
Por fin puedo respirar y contaros las notas de Mara. El
desastre que se avecinaba se cumplió sin remedio, y eso que podía haber sido
peor. Ha sido una semana que cada vez que intentaba contároslo me entraba un
sofoco, unos sudores fríos y una especie de taquicardia que me hacia desistir,
pasando a otras cosas.
¿Qué como ha sido? Pues en primer lugar: seis
suspensos, solo aprobó las asignaturas de trabajar. De esos seis tres
que entran en lo normal con tres o cuatro de nota: matemáticas, sociales,
ingles. Dos desastres absolutos de uno
por no poner el cero que queda muy mal y deprime más: Naturales y Lengua. Y la sexta…”Música”, por fin conozco a
una persona que ha suspendido música; me he estrujado el cerebro tratando de
recordar alguien que hubiera suspendido música y no he encontrado a nadie. Pues
ya tengo la primera: Mara ha suspendido música… ¡por Dios! Si solo es tocar
tres canciones a la flauta y estudiar dos chorradas… ¡Si hasta la aprobé yo que
cuando cantaba el profesor se tapaba los oídos con las ceras del encerado!
¿Y que decir de la actitud? Hasta me las dio con un cierto
orgullo de que no hubieran sido las ocho del segundo trimestre, y haciendo gala
de su esfuerzo final para sacar el francés… ¡Hasta quería un regalo de final de
curso! Pequeño, pero regalo.
Y, como siempre, la promesa de mejorar y de que no va a
repetir. Que este curso ha sido una cosa rara, más bien mala, pero que ha
aprendido la lección, va a estudiar, va a esforzarse y piensa que sacando
cuatro pues…pasa con dos.
¿Qué cuatro? Pues piensa en sacar las mates, el ingles,
sociales, y música, con posibilidad de sacar, también lengua si la metemos en
una academia, puntualizando a continuación, por la mañana, solo por la mañana
porque las tardes de verano son para otra cosa.
Bueno, ya lo he contado. ¡He sido capaz de contarlo!, el tiempo atenúa todo y todo lo patina con un
poco de humor y esas hormonas de olvido que pululan por todas partes.
En este caso, los padres somos peores que los hijos,
sufrimos mas, quizás deberían reciclarnos.
Bueno, pues después de las notas y el disgusto, a comprar
los libros de trabajo para el verano. Otro pastón, los libros aconsejados una
maravilla, me han encantado, si los hace y no aprueba es que me cuelgo.
Y con los libros, un programa de trabajos semanal, con queja
incorporada de la interfecta.
Y con los libros y el programa, a mi, hacer esquemas de
naturales y sociales y lengua. ¡Ah! Y leerme dos libros de Isabel Allende para
hacer dos trabajos de lengua que es imposible en este tiempo que se los lea y
estudie todo el resto de asignaturas. Me tocan a mí y es una escritora que
salvo “La casa de los espíritus” no me gusta.
Ya esta…a septiembre y mas allá.