Friday, September 15, 2006

Estoy cabreada. La vice-vogue dice, despejando, de no se que, que es un problema de todos, que entre todos tenemos que resolverlo. ¿NO cobra a cargo del erario publico a final de mes? ¿El cobrar a final de mes no es un problema de todos o es un derecho de ella? ¿O esta ahí para que le paguemos los modelitos fashion de cada día y nada más?
Esta ahí sñra. DE LA VOGUE para resolver problemas, para solucionar la vida al resto de los españoles, es usted una funcionaria del estado, una vicepresidenta de España. Resuélvanos los problemas, no cree mas, no despeje, no meta la cabeza en el hoyo pensando que lo que sea ya pasara. Problema, solución, aplicación de la solución.
Tenemos unos políticos que son de lo peor que se ve por el mundo, casi para compararlos con los de los países tercermundistas. O sin casi.
Escapan de su trabajo para meterse en diatribas extrañas que no resuelven nada. Están mas para justificar lo que no hacen que trabajar para resolver los problemas que se nos presentan. Se nota además en como miran constantemente al pasado: ¡Están ustedes ahí, no el Aznar y cia.!
Entérese: ¡Gobiernan ustedes desde hace dos años y medio!
¡Aznar se ha ido!
¡Aznar no toma decisiones, las toman ustedes desde hace dos años y medio!
¡Gobiernen!
¡Trabajen por la "ciudadanía"!
Nosotros, los de a pie, no podemos tomar esas decisiones, por eso se las hemos delegado. ¡Gobiernen!
Pero cuidado, la soberanía es del pueblo. El dinero es del pueblo.......Sñr Rodriguessssssss no se puede hacer lo que esta usted haciendo, confundiendo, mezclando de forma ostentosa los medios del estado con sus intereses particulares como ese uso abusivo de aviones militares o del gobierno para ir de compras o ir a un concierto o prestar medios nuestros, que cuestan muy caros, de la ciudadanía española, a amigotes varios.

Huistes.
Ante el semaforo te fuiste.
Abandonaste mi mano,
alejandote, calle abajo,
entre el gentio que nos rodeaba.
Ni una palabra de despedida.
Ni un reproche agridulce,
ni un grito estentoreo,
ni una escena de pelea violenta,
ni un brillo de ira en tus ojos.

Soltaste mi mano y te fuistes
entre el humo de los coches,
a lomos de los pitidos de guardias
domando fieras de cuatro ruedas,
con el abrigo del silencio
que mas duele, el del corazon.

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