Están todos en el papel
con los ojos llorosos, huidos,
tristes.
El gesto captado, un segundo
apenas: ademán infame,
triste,
del pañuelo, lágrima y el adiós.
Los adioses en el papel
son engaños imaginados.
Nadie se ha ido, todavía el tren
no ha marchado, el humo voraz
congelado, el pañuelo blanco
detenido; el novio saluda
triste; la madre llora, es una
canción de cuna y sepultura,
lagrima detenida al tiempo,
devorada en las mejillas.
Nadie se ha ido. Todavia las ruedas
no han empezado a girar, todos
esperan una señal, aun
nuestro mundo esta detenido.
Marionetas en el papel
con el gesto único del adiós,
pero perdidos en el sentido
del que no se ha ido todavía.
La mano se alza en el papel
sin temor, al cielo, oscilando
como el alambre presentido
de marionetas de la calle.
Marionetas en el papel
en el gesto dulce del adiós,
pero no están ausentes, todos
son añorados, no se han ido.
No comments:
Post a Comment