Después de
muchos sustos y avatares hemos decidido resolver el problema de una vez por
todas, hemos llamado a los exorcistas de la cocina. Dos hombretones encantadores
y simpáticos, dos hora y, esperemos, problema resuelto.
Todo empezó
ya hace un par de meses, ya os he contado del suicidio de los vasos y platos,
de la huida inter dimensional de cucharas y tenedores y cuchillos, de ruidos
extraños y suciedades que aparecen sin más justo después de terminar de limpiar
esa misma zona…todo muy de miedo y de extraño fenómenos parasicológicos.
Intentamos comentárselo a Iker Jimenez pero cuando se entero de que era “una” cocina
se echo a temblar y dijo que nanay, el de cocinas nada de nada
Tengo mi
teoría por la forma en que se unen las paredes, sobre todo la esquina de la
lavadora y la televisión, plana ¡eh! Que también hay que presumir un poco. Si,
esa esquina que forma como una zona totalmente diferenciada del resto, como un
añadido, en el que parece que la luz es diferente, como más lenta y los sonidos
son amortiguados o vibrantes en exceso. Yo creo que es un portal a otros mundo y claro los demos se cuelan por el
portal y se ponen en lo primero que encuentran. Así la lavadora. ¡Sí! Poseída, demencialmente
posesa y peligrosa para todos. Mi marido piensa en otra cosa, algo así como una
descarga eléctrica a causa de una tormenta, el es mas de ciencia ficción y se
ve que le gusta mucho eso de Frankenstein y Karloff y demás.
Divago
mucho, perdonar, pero el estado de nervios de estos últimos tiempos ha sido
demasiado y claro me paso. Os cuento, hace ya algún tiempo preparando la comida
y la lavadora en cuestión con sus cinco kilos de ropa de color todo cambio, el
sonido se hizo profundo como en el final de un pozo, el tiempo se ralentizaba;
me desplace a marcha lenta, como flotando para coger unas especies y ¡zas! La
lavadora de pronto sin otro aviso empezó a gemir y trepidar y dando saltos me
ataco con una cierta violencia y ferocidad. El primer golpe me lo dio en la
pierna y me tiro al suelo, desde allí observe
alucinada como avanzaba a saltos y se abalanzaba sobre mí abriendo y cerrando
violentamente sus fauces/puerta de colada. Menos mal que no perdí la sangre
fría, (me encanta Posesión infernal, las de Freddy, las de Carpenter y eso de
alguna ayuda tienen que ser en estos casos) y conseguí a duras penas pulsar el
botón de on/off. Se paró de golpe justo ya encima de mí a punto de aplastarme
bajo su peso.
Pensé, con
calma, a pesar de lo que había vivido y el ataque, que había sido algo causal,
un accidente, vamos, nada de otro mundo, un desequilibrio de la carga en el
centrifugado, etc... Me equivocaba. A los dos días me volvió a atacar, esta vez
a traición, estando yo de espaldas y planchando. Lo que me salvo fue esa
especie de golpeteo que tiene que hacer al no tener patas con lo que me di la
vuelta, deje la plancha a un lado y poniéndome de lado me acerque con precaución
y al botón. Se paró de golpe. Al cabo de unos minutos la puse en marcha,
vigilando de reojo y ya nada paso ese día.
La tercera
pudo ser grave pues no estaba yo; los de casa estaban avisados pero los críos
son críos y claro. Les ataco a ellos en el desayuno del domingo cuando estaba
haciéndoles las camas. Javi cayó, Mara grito con su voz que hace romper
cristales. Menos mal que llegue a tiempo
de pararla y que no pasase a mayores.
A partir de
ahí ha sido un sin vivir. Estaba convencida de la maldad de la lavadora. Para
que me creáis las fotos de la misma salen borrosas, como con interferencias.
Esta poseída por una maldad que no es de este mundo; un ser inmundo y rebelde
que se ha colado y que quiere hacer daño, menos mal que se metió en eso, una
lavadora que sino….Ya no la dejo en marcha sin que este yo y nos ayuda a que
sin electricidad ni fu pero cuando está en funcionamiento pues de todo. Estamos
en el salón y de pronto oyes como cambia de sonido, empieza a golpear todo y cómo
quiere salir de estampida, claro que lo evitamos y un pequeño galope por el
pasillo y a darle al botón de paro. Pero notábamos que cada vez le costaba más
pararse, ya empezaba a no obedecer a la fuerzas de la electricidad, de la
potencia mecánica iba aprendiendo.
Así que nos
decidimos, antes hicimos más de una consultamos pero nadie nos hizo caso; la decisión
fue dura para nuestros bolsillos pero, siguiendo los consejos de Don Emilio, el
párroco de aquí cerca, contactamos a los
exorcistas de “elcortinglis”. Han hecho bien su trabajo, se nota que saben lo
que hacen. Le quitaron la entrada de agua y la salida, desconectaron la
electricidad, fuchicaron en cables y trebejes y cabeceando como con pena la
ataron y ya bien amordazada se la
llevaron al depósito de endemoniadas. Hay muchas mas así, nos dijeron. No hará más daño y nosotros tranquilos por una
temporada al menos pues nos instalaron
otra que ya tenían preparada y especial con sistema “A-20%” para evitar que se repita este caso, es algo
así como que ya esta exorcizada y, encima, de bajo consumo y ecológica, un
pastón, vamos….
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