Saber mi
lugar…
Con la
puerta abierta y el apartamento vacio, las pocas cosas en mi maleta de plástico
negro, y, a la espalda, mi guitarra…
Sentado
sobre la cama deshecha contemplo la negrura del pasillo…
Debería
rendirme ya de una vez, son tantas guerras en mi alma, tantas batallas cruentas
en mi corazón, tantos olvidos, tantos dolores…siempre es doloroso arrancar de
nuevo, empezar otro camino y otra habitación, otros brazos, otros olores…
Debería…o,
como siempre, con ese miedo cerval, continuar mi ruta hacia ninguna parte con
esas paradas esporádicas en tugurios de mala muerte; una cena por una sesión de
viejas canciones, una copa a veces
cuando me piden una canción, una noche de lujuria cuando alguien se
conmueve conmigo o solo doy lastima.
Quedar,
asentarme o seguir. Es la pregunta, es la duda en medio de una puerta abierta y
una maleta vieja en el suelo. Pierdo la
noción del tiempo, no se cual es mi lugar en este mundo, ni mi donde, ni
cuando, ni porque…
La guitarra
me pesa y me empuja a seguir la ruta…
El corazón
me duele y me dice que me quede en unos brazos cálidos y una mirada dulce y
sincera… la puerta me invita en silencio a salir y huir….
La cama
arrugada me habla de olores a canela y rosas, fragancia que me enloquecen y me
duermen como si volviera a un ser el niño pequeño…
La escalera
es una boca hambrienta que da miedo, como dragones inmensos llenos de apetito,
voraces….
El aire lleno
de humos huidizos de los escapes de los coches me ahuyenta y su ruido me aturde
como una mal canción….
Recuerdo los
pechos cálidos y suaves que me acogen….
Desearía
poder saber mi lugar…
La cama
deshecha y vacía, la puerta abierta, la maleta hecha, la guitarra en mi
espalda, las canciones en la cabeza…
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