Sunday, March 15, 2015

El árbol de la búsqueda. Completo y definitivo, por ahora.


El árbol de la búsqueda. Completo y definitivo, por ahora.

 

I-Témpanos de hielo recorren mí

Cuerpo buscando

Calambres fríos y gélidos avanzan

En mis huesos buscando

Preguntas eternas vuelven y vuelven

Y vuelven respuestas, buscando

Y grito con el ultimo estertor de

Mis pulmones mancillados de sangre

Maldigo tu raza condenada eternamente

A la basura del Hades

Abrazando, al tiempo, las espinas de

Titanio del Árbol del Sacrificio

Me empalo en ramas metálicas del

Árbol de la Desolación.

Busco un atisbo del dolor que me

Arrebatasteis en la noche.

Me hieren las ramas, me penetran,

Se hunden en mi cuerpo vacío.

Me levantan atravesado a la

Copa del Árbol de la Noche

 

2-Me iza más allá de las estrellas

Como una ofrenda a Orfeo

Que, viendo mis pies de barro

Y mi pecho vacío,

Me rechaza en una mueca pobre,

Desesperada.

Pobre Orfeo solo y aterido.

Me iza más allá de las dimensiones

Del tiempo y del espacio

Donde ávidos fantasmas ansían

Regresar a la materia, polvo, agua, barro.

Me expando cuasi infinito en mí

Pequeñez absurda

Infinito, un Dios Doliente

Y como huevo primigenio

Ínfimo, fútil, inanimado, inútil.

 

3-El Dios primigenio rió y se ofrendó

al negro Dios de la Expiación.

(D`aagon se alzo con su isla

subterránea del Pacifico,

R`yahle huyo a dimensiones

quánticas avergonzado y doliente.

Las cruces de Calvarion cayeron

sobre heridas espaldas mojadas.

Alcoran tembló, vibró y se partió

quedando cien mil partículas.

K`abala enmudeció en la tormenta

del último día de la alianza)

Y al final todo fue ofrendado:

carne, sangre, sudor, vísceras, sesos,

la primera menstruación de la virgen,

el primer semen caído del hombre,

al Dios del Árbol de las Espinas.

 

4-No! No te daremos nuestro dolor.

No te daremos ni el gusto de nuestras

Dudas en el sacrificio de nuestros hijos,

Ni nuestra fe en las batallas

Contra tus enemigos,

Ni nuestra conmiseración con las

Plagas infectas enviadas.

No, No, No. Nunca te daremos

Ni el dolor de nuestras mujeres pariendo,

Ni el de los brazos doloridos

Forjando espadas del acero bendito.

 

5-Se ven blancos reflejos en la noche,

Aúllan lejanos lobos encadenados

Al hambre de una luna escondida.

Repta la serpiente moteada en busca

De un amor, abrazo y beso mortal.

Un búho misterioso augura desdichas

De extraños amante en ciernes.

Rápido, se aman dos arañas bajo

El terciopelo gris y muere el macho

Devorado, cumplida ya su historia.

En su cubil feroces fieras tiemblan

Lengüetean tristes a sus cachorros,

Tratando de darles una historia

En la que no creen al tiempo que,

Avergonzados, se orinan llenos de miedo.

 

6-Bocas de lampreas besan y atrapan

Trozos de roja carne viva,

Acompañándote como una segunda piel

En la travesía de rió arriba,

Nutriéndose de ti, de tu sangre

Purulenta y de tu vida;

Soñando que son hombres que avanzan

Por los caminos de los Dioses

Enfrentándose al Creador del Árbol

De la Expiación y venciendo,

Negando el poder de la exigencia

Del sacrificio solicitado,

Rechazando la sumisión a Dioses

Todopoderosos. Diciendo a Dios: no y no.

 

7-Fulgores lejanos en el inmenso cielo

Que se presiente

Más allá de ese manto de negrura

Que nos invade.

Brillos blancos, fríos como la nieve

De lejanas montañas,

Como chispazos de electricidad

Estática en la tela de tu falda.

No te toco por miedo a perderme en

Esa negritud inmensa, profunda,

En ese brillo inmenso de tus ojos

Cegando, acecho de fiera en celo,

En ese fulgor rápido de garras

Que abren y desgarran.

Buscando ardientes el calor

De la sangre palpitante,

Ese rojo poderoso de fuerza

Vital, áurea y vida silente,

Terminando en un aullido firme,

Victorioso, tras el rápido bocado,

De hambre, a un corazón humano.

 

8-No te siento, estoy vacío y perdido

En mi cuerpo doliente. Muy atrás

Quedó el dolor firme de músculos

Y huesos tras presas heridas y buscadas

Entre negros helechos gigantescos,

O la burla inmisericorde de fuerzas

Fugitivas en bosques de baobad,

U oraciones de esperanzas al Dios

Gris Unigénito del Árbol del Dolor,

O ese enterrar -antinatural- al hijo

Que no pudiste proteger del frió.

 

9- Con el tiempo en la mano le busco.

Ansío encontrar dentro mí una gota

para ofrendarle en el dolor, de vida

surgida en ese Árbol de la Búsqueda

arraigado en la Humanidad del Dolor.

Y me hace caer desde los círculos

Exteriores de fuego. Dejo todo

En un instante completo de vacío

Y pesadumbre. Caigo, caigo, hacia

Ese centro negro y estéril.

Donde los cuervos vuelan en círculos

Desde el inicio del tiempo. Escucho:

(Palabras que cubren como lapidas,

Entristecen con la desesperanza,

Me envuelven con el sudario maldito

De la negra seda putrefacta)

 

“NUNCA MAS”.........

 

“NUNCA MAS”.........

 

“NUNCA MAS”.........

 

10- Es la última hora de la noche.

Con el tañido leve del silencio

Inundando la dulzura de los cuerpos

Abandonados, avanzando en un mar

Lleno de ritmos, deseos y de brumas,

De falsos cariños no presentidos,

Vistete con la capa de las nieblas,

Silentes presencias con el licor

Azul y dorado de las ausencias.

Gris acero te envuelve, te acaricia,

Te mima. ! No huyas, no mires atrás!

No hay peligro mortal que te alcancen

Las furias, El Alcaudón esta ausente.

 

11-En aquellos lejanos tiempos

De la forja de escudos en

bronce, de brillantes espadas,

De humo dorado en el prado,

Revuelos de faldas y gritos

Agónicos de la última pelea

en el juego de los muchachos.

 

12-En aquellos tiempos lejanos,

Tristes, del acechante Alcaudón,

De su laberinto de grutas

bajo tumbas del cementerio,

lleno de las medias verdades

que cuentan los viejos, el hogar

hace bailar las sombras, hay

miedo, en las paredes. Tiemblan

de frío valerosos guerreros:

una oración por los ausentes.

 

13-En aquellos tiempos lejanos

escondidos en el recuerdo

mientras, se oye fuera, muy lejos,

Un gris plomizo de la lluvia

Otoñal. Suenan palmas, cantes:

La última alegría de muchachos.

 

14- Caes raudo en una tormenta de nieve.

Acelerones furiosos de velocidad te aturden

Succionando memorias ancestrales

Metidas en tu sangre,

Cuando el hombre huía del horror

Del sol en la mañana

Y mataba a su hermano en lucha

Por un harén de mujeres

 Y sacrificaba a hijos inocentes en nombre

De un Dios no tan inocente.

Cuando el hombre recibió de manos impías

El fuego sagrado

Robado en el reino del Olimpo por un

Compasivo Diablo

 Mataba a sus vecinos en lucha por

Un cargel de pieles,

Y sacrificaba esclavos comprados

A un Dios sangriento y feroz,

Inmolaba su existencia al Dios de la Noche,

El Dolor y Expiación,

El señor del Metal, la Muerte

Y las Siete plagas malditas,

 

15-Después que el hombre recibió

Las trompetas de la Destrucción,

Echando abajo trabajosas murallas

De piedra, hierba y barro,

Derribo montañas seculares

Del inicio del tiempo,

Abatió mágicas pirámides

Del Dios de la Luz,

Templos de los Mil Pasos cayeron

A sus sones,

Dólmenes primigenios cayeron por tierra,

Enterrados en barro,

Pinturas ancestrales se cuartearon

Y se destruyeron en si mismas,

 
16- Planetas se arrojaron desde sus orbitas

Sobre sus propios soles,

Y cortó cabezas, cortó manos, cortó pies

A no creyentes del Dios del Dolor,

Arranco hijos de los pechos de sus madres

Para moldear estirpes,

A la mayor y total gloria y esplendor

Al Dios verdadero de la Expiación,

Violo y sembró a incontables mujeres

De aspecto distinto.

 
17- El hormiguero engullo a sus huestes

Y se cerro en si mismo.

Saturnos miserables devorando a su progenie

Cayeron al pozo del olvido.

 
Recibió el Don de la pólvora y la energía

18-Creando al Gran Dios del Poder Mecánico

Y Energético. Convirtiendo en polvo

millones de seres discrepantes.

Convirtiendo en monstruos miles de hombres

Rasgados. Asolando sociedades

Con la hambruna inmensa. Matando, poco

A poco, en la mierda que todo inunda,

A nuestra primigenia paridora

Que inmóvil llora. Y recibió el dominio

Del tiempo y del espacio, y de la entropía.

Concentro todos los odios desterrados,

Todos los gritos de angustia y hambre

 

19-Toda la desesperanza de mujeres

Concentró todas las fuerzas negativas,

Todo el dolor de pérdida de seres queridos,

La soledad, inmensa, de una humanidad agotada,

Concentró todo en una esfera de cristal

como si fuera una gota de sangre dulce

Flotando, adormecida, en el líquido púrpura

De brillos relucientes como unos destellos del ocaso:

Y la ofrendo al Dios Primero, el único de su especie

Una lágrima, blanca, nieve pálida...

 

20-El Dios primigenio rió y se ofrendó

al negro Dios de la Expiación.

(D`aagon se alzo con su isla

subterránea del Pacifico,

R`yahle huyo a dimensiones

quánticas avergonzado y doliente.

Las cruces de Calvarion cayeron

sobre heridas espaldas mojadas.

Alcoran tembló, vibró y se partió

quedando cien mil partículas.

K`abala enmudeció en la tormenta

del último día de la alianza)

Y al final todo fue ofrendado:

carne, sangre, sudor, vísceras, sesos,

la primera menstruación de la virgen,

el primer semen caído del hombre,

al Dios del Árbol de las Espinas.

 

21-Me envuelvo con la triste maldición

De la negra senda abandonada

Por el hombre, me rebelo bronco

y obstinado con el canto amargo

del cuervo sobre Palas Atenea:

 

“NUNCA MAS”.........

 

“NUNCA MAS”.........

 

“NUNCA MAS”.........

 

"PARA SIEMPRE   NUNCA MAS"...

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