Sonoro
escándalo a medianoche.
Despiertas.
Sientes. Oyes. Presientes.
Se abren
ventanas oscuras y siniestros ojos vigilan.
Correrías de
ratas en los tejados.
Salta el
corazón en una pirueta sin red.
Las manos
tiemblan sin pausa, sin temor, perdidas.
Miradas
buscando una luna extraviada.
Estertores
convulsos del hombre de barro y limo,
escalando
frenético los muros de la cordura.
La niebla
devora ansiosa muros y pasillos.
Tu puerta se
refleja en una serie infinita...
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