Mara y las
ecuaciones de segundo grado.
Me tocaba dar
el capitulo, para mi muy especial, de las ecuaciones de segundo grado. Me
encanta esta lección como la siguiente que es la de los sistemas de ecuaciones
de primer grado. Como profesor de tercero de la ESO pues repase los conceptos y
formulas el día anterior y me avise una y otra vez que no me dejase llevar por mis ganas, que
debía controlar en todo momento la clase.
Entre en mi
clase sonriente, salude a todos. Tengo
nueve alumnos en clase de diversificación de matemáticas, son buenos chicos, un
tanto alérgicos a estudiar y, por desgracia, demasiado imaginativos. Les mande
abrir el libro por la pagina 102 y empecé. Me gire y empecé a rellenar la
pizarra no con la ecuación, comencé con el repaso de las raíces cuadras y su soluciones
posibles o inexistentes en el mundo de los números reales. Salte de ahí a la
ecuación general con sus fórmulas, sus variables, sus posibilidades. Termine
eufórico con un par de ejemplos, unas ecuaciones sencillas y de soluciones
rápidas y fáciles.
Me gire sonriente
y contento con la tiza en la mano derecha
y pregunte: “¿habéis enten…..?”
Me quede
así, con la mitad de la frase en la boca medio abierta, los ojos se salieron de
las orbitas y me quede “anonadado”, patidifuso, alucinado, alelado, atontado,
estupefacto, petrificado, …me cayeron las manos a lo largo del cuerpo al ver lo
que era mi clase, en lo que se había convertido en unos momentos:
Mara y
Guille, a la derecha, estaban haciendo
bolitas de papel con la que iban rellenando una bolsa de plástico y esta ya estaba llena en unas tres cuartas
partes.
Un poco más allá
la dulce Carol estaba maquillándose, con todos los artilugios y potingues encima de la mesa y en ese momento, sin verme,
estaba haciéndose algo en los ojos con la ayuda de un espejo de bolsillo.
A la
izquierda Alfonso y Leo jugando al parchís,
concentrados, ausentes, comiéndose fichas y contando…
Al fondo de
todo, a la izquierda, medio apartado de todos, como en el saque de un córner, Julio durmiendo cuan largo era sobre la mesa,
menos mal, pienso ahora, que no roncaba, sería peor…
Sandra y
Luis compartiendo unos auriculares y escuchando música, muy alta pues llegaban
las notas hasta mí y se movían, con los ojos cerrados, con las manos y el cuerpo, al ritmo de la sintonía en
unas contorsiones extrañas y comedidas pues estaban medio bloqueados por las propias
sillas…
La tiza se escurrió
de mis dedos y cayó sobre la tarima de madera y ese ligero ruido, un clac apenas perceptible, hizo que todos levantaran la
cabeza al unísono y pusieran la mirada
sobre mí y mi estupefacción. Medio se avergonzaron al verme así y ver lo que
realmente ellos estaban haciendo, bajaron la cabeza pero no escondieron nada de
lo que tenían entre las manos, como si se encogieran de hombros y me dijeran
que mas daba.
Luis, con su
sonrisa de siempre, soltó bien alto para que lo escuchase todo el mundo “Me
parece que la hemos cagado en serio esta vez”…la clase entera, incluso yo, nos
echamos a reír…
…………………….
……………………
Bueno, culpa
mía y de mis sueños y mis deseos. Ya lo sé. Mañana pues a seguir, eso sí de dos
en dos a la pizarra que tendrá en medio la ecuación general y la formula y a
resolver ecuaciones. No queda otra solución, algo tendrán que aprender.
(Está basada en un hecho real, muy real para
desgracia mía, contada de forma directa por una de las estudiantes, Mara, por supuesto)
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