Tienes el alma, niña,
Del olor de las fresas
Recién lavadas en el agua
Fresca de las torrenteras.
Tienes los ojos, niña,
Del brillo de la cerezas,
Cogidas recién del árbol
Con el frescor del alba.
Tienes el amor, niña,
Como una granada inmensa
Que se abre a la vida
Con curiosidad plena.
Y mueves las manos, niña,
Abarcando toda esencia
De azules y rosas y rojos
¡Cuidado! Con las cuentas.
Y es que tienes el alma,
Niña, llena de pétalos
De flores, de pájaros,
Siempre primavera.
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