Berenguela
de Castilla
Berenguela
de Castilla (Segovia
, 1179 - Monasterio de las Huelgas, 8 de noviembre de 1246). Fue
Reina de Castilla en 1217 y reina consorte de León entre 1197 y 1204.
Enrique
falleció el 6 de junio de 1217 después de recibir una herida en la cabeza de
una teja que se desprendió accidentalmente cuando se encontraba jugando en el
palacio del obispo de Palencia. El conde Álvaro Núñez de Lara se llevó el
cadáver de Enrique al castillo de Tariego para ocultar su muerte, aunque la
noticia llegó a Berenguela. Esto hizo que el trono de Castilla pasara a
Berenguela, quien el 2 de julio abdico en favor de su hijo Fernando.
Pese a que
no quiso ser reina, Berenguela estuvo siempre al lado de su hijo, como
consejera, interviniendo en la política del reino, aunque de forma indirecta
pero eficaz.
Destacó su
mediación en 1218 cuando la familia de los Lara conspiró para que el padre de
Fernando III y rey de León, Alfonso IX, penetrara en Castilla para hacerse con
el trono de su hijo. Logró que padre e hijo firmaran el 26 de agosto de 1218 el
pacto de Toro que pondría fin a los enfrentamientos castellano-leoneses.
La intervención
más decisiva se produjo en 1230 cuando falleció Alfonso IX y designó como
herederas al trono a sus hijas Sancha y Dulce, frutos de su primer matrimonio
con Teresa de Portugal, en detrimento de los derechos de Fernando III.
Berenguela se reunió en Benavente con la madre de las infantas y consiguió la
firma del Concordia de Benavente, por el que éstas renunciaban al trono. De ese
modo se unieron para siempre León y Castilla en la persona de Fernando III el
Santo.
Intervino
también en el segundo matrimonio de Fernando III tras la muerte de Beatriz de
Suabia. La elegida fue una noble francesa, Juana de Danmartín, candidata de la
tía del rey y hermana de Berenguela, Blanca de Castilla, reina de Francia por
su matrimonio con Luis VIII de Francia.
Berenguela
ejerció como una auténtica reina mientras Fernando se encontraba en el
sur, en sus campañas de Reconquista de al-Ándalus. Gobernó Castilla y
León con la habilidad que siempre la caracterizó. Se entrevistó por última vez con su hijo en Pozuelo de
Calatrava en 1245.
Se la retrata como una mujer virtuosa por los cronistas de la época.
Fue protectora de monasterios y supervisó personalmente las obras de las
catedrales de Burgos y Toledo. Del mismo modo, también se preocupó de la
literatura, encargando al cronista Lucas de Tuy una crónica sobre los reyes de
Castilla y León. Reina y madre.
No comments:
Post a Comment