Saturday, October 14, 2017

La histoira de mis abuelos.


Prometí, un día, contar la historia mágica de mis abuelos, por parte de madre. Aquí va.



Mi abuelo se llamaba Federico, estaba emparentado de forma directa con los Marqueses de XXXXX de XXX de quienes, decía el, era el primogénito y heredero. Si queréis un semblante de él, el de un típico gentleman ingles, educado, culto, serio con una pizca de humor. Sabia de todo, un hombre culto, con respuestas para todo y un ingles perfecto. Mi abuela se llamaba Maruja y era todo lo contrario, una mujer de pueblo, más bien grandota, basta, lozana, un desconocimiento de todo pero una buena ama de casa, sobresalían unas manazas inmensas con las que amasaba el pan. Maruja adoraba a su marido, lo llevaba en palmitas, lo atendía con un mimo casi enfermizo y él se dejaba hacer.



A mi abuelo Federico lo tengo asociado con su enorme y valiosa biblioteca en su despacho de mesa de caoba tallada a mano que era su posesión mas preciada, tenia varias ediciones maravillosas del Quijote, un joya ilustrada de La Divina Comedia, unos libros bajo llave de los clásicos rusos (picantes)y una colección completa de Sakhespeare, al que adoraba. Allí empezó mi afición por la lectura.



A mi abuela en cambio la tengo asociada a las broncas con mi madre por culpa mía cuando fuchicaba en los libros o me sentaba en la butaca de cuero del abuelo y la cocina, cocinaba a todas horas, siempre cocinando y, cuando no, limpiando con el plumero, con la escoba, fregando las escaleras viejas y tenebrosas. De negro riguroso, sin saber bien porque, y una moral mas dura y recia que el integrista evangélico mas recalcitrante.



Fue, mucho mas adelante, pero que mucho después, cuando ya vivía con nosotros que conocí, sin quererlo, la historia.



Es una historia de folletín. La buena moza que sirve en casa de los Marqueses, joven, guapa, robusta, de pueblo pero con un algo especial. El hijo mayor de los marqueses que se encapricha con ella y la naturaleza hace el resto…queda embarazada. El escándalo es mayúsculo y se trata de tapar como se puede, que no era fácil en aquellos tiempos. En esto, Federico, enferma, se pone a morir. Pasan por su cabecera todos los médicos de la ciudad y lo dan por muerto. Llega, es la última esperanza, el cura párroco, el que marca el final de todo.



Cuando este buen hombre llega al palacete, Federico, no hay esperanza de que sobreviva una noche mas,  esta ya a las puertas de la muerte, ya es solo cosas de horas su defunción. La esperanza en la extremaunción es lo que queda. El curiña lo confiesa y conoce, entonces, la historia de la criadita embarazada y pocas historias mas; lo bendice, le da la extremaunción y le pide, en su ultimo momento, que deje bien colocada a la chica y a su hijo casándose con ella. El poco puede decir. Al final convencido, es casado en pocos minutos en su propia cama ante su padre, su madre y sus hermanos, todos llorando. A Maruja, ya casada, me la imagino feliz, muy feliz y, al tiempo, dolorida por la muerte de su hombre y, en aquellos momentos, su marido.



Pero feliz porque su hijo no seria un putativo, uno para la inclusa, y la veo,  por otro lado, avergonzada ante la mirada severa de toda la familia.

Maruja paso toda la noche con el en la alcoba, velándolo, esperando la muerte de su ya esposo para convertirse en viuda pero, los designios de Dios son indescifrables y su bondad infinita, o quizás solo fue una broma cósmica, un chiste; el caso es que a la mañana siguiente Federico, empieza a recuperarse poco a poco y termina sanando.



Todos felices, el curita hablando de milagros. Y Federico sana y se ve sano y casado con la criada y con un hijo por venir y desheredado por el padre ante la situación. Su hermano menor será el heredero del Marquesado.



Hermosa historia Verdad?

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