Friday, December 05, 2014

Mara y Un cubo de basura….


Mara y Un cubo de basura….

 Cosa pequeñas, pequeños sentimientos que afloran cuando menos te los esperas. Decía mi madre que el buen perfume en frascos pequeños, como las mujeres, y que lo bueno, si breve, dos veces buenos.

Mara me llamo a gritos desde la cocina. Tenía, en los ojos, ese brillo especial de los momentos especiales, su brillo de algo prometedor, una nueva ocurrencia o una locura de adolescencia que me sacarían de quicio.

Me acerque con duda y un cierto temor, demorando el tiempo, alargando el intervalo del pasillo que se curvaba de forma elíptica hacia el futuro.  La vida con Mara es así, una sucesión de gags inolvidables y ocurrentes.

Llego a la puerta, ella estaba allí, con el pedal del cubo de basura, el de la bolsa negra, pisado, abierto, mirando arrobada el interior. Me quede extrañada, con el ceño fruncido y arrugado la nariz por un cierto tufillo que me llegaba.

Iba a hablarle cuando lo dijo en voz clara y alta: “Mira, parece un funeral con las flores y todo”.

Me  quede de una pieza acercándome a ver lo que veia. Si, lo parecía, en el fondo aquellas sartenes viejas y descascarilladas que había tirado por obsoletas  pues el baño se le estaban yendo del todo lo que me daba miedo por su mezcla con los alimentos y las había repuesto por otras nuevas. Al tiempo el ultimo ramo que me regalo Ed, cuatro capullos de rosa rojas preciosas en su día, ya mustias y secas, pues las tire a la basura, y quedaron encima de las sartenes. El efecto era realmente como si un entierro se tratara. El entierro de las sartenes. Un funeral para unas sartenes que cumplieron con su trabajo durante varios años.

Me eche a reír y Mara, se rio conmigo. “He dicho una tontería, ¿verdad?” me dijo con un gesto de sorpresa.

La abrace como acabo haciendo siempre y nos reímos como dos locas ante lo ridículo de la situación. Cuanto más ridículo nos parecía, mas nos reíamos. Cuanto más nos reíamos, mas nos abrazábamos. Cuanto más nos abrazábamos, mas reíamos.

Dos locas abrazadas y riendo y llorando a lagrima viva. Si, de pronto afloro como una fuente de sentimientos que se transformo en torrente por nuestras mejillas. Casi nos caemos.

La situación se rompió por la combinación de risa, abrazos, lloros, mareos…es decir, nos entro unas ganas locas de mear….hubo que salir corriendo, cada una a un servicio distinto, y menos mal que tenemos dos pequeños, pero son dos.

 

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