Paz a los hombre de buena voluntad.
(Lo tenía escrito ya hace unos meses, lo que está pasando, una vez mas,
ya van demasiadas, entre Israel y sobre todo la facción terrorista Hamas, en la que los
perdedores son siempre los palestinos de buena voluntad, me lo hace trágicamente
profético a la vista de las declaraciones por ambos lados….sin mayores
comentarios por mi parte.)
Nadie negara que una de los grandes tesoros sea la Paz.
Muchos pueblos la ansían como agua de Mayo o nieves de Junio. Es un tesoro, un
logro inmenso, un triunfo de la civilización.
Para conseguir la Paz hay que esforzarse y mucho. Debemos
luchar todos por la Paz, en un esfuerzo diario, hora tras horas, noche en vela
tras día. Esfuerzo importante en la vía publica, en el trabajo, en la propia
casa. Educación para la paz.
Es el futuro nuestro y de nuestros hijos, de la sociedad en
la que vivimos y de la gente que queremos. Hay que pelear por la Paz haciendo
los sacrificios necesarios que ese camino nos imponga.
Es duro, ya lo sé. Es complicado y difícil, también lo sé.
La Paz se merece ese esfuerzo extra, ese interés especial, esa dedicación de
cuerpo y alma. Paz a todos los hombres de buena voluntad. Paz sobre la tierra
que nos acoge y nos cobija. Paz bajo las estrellan que, titilando, nos muestran
el camino. ¿No enseño una estrella el camino de Belén?...
Contra el violento, contra el mal tratador, contra el
usurpador, contra el tirano, contra el enemigo de la justicia, contra los
villanos del improperio y el insulto y las sandeces, contra el opresor, el
violador de la rimas, el ladrón de las inocencias, el pirómano de los
sentimientos, el terrorista de la sociedad en calma y dormida….Aunque, al final
nos traten como al pobre Caín, el salvador del hombre en sus primeros tiempos
frente al manipulador aberrante de Abel. Debemos aceptar el supremo sacrificio
aunque, al final, nos marginen y nos critiquen y nos juzguen. Siempre mártires por
la paz y el bienestar común.
Y si hay que pelear, pelearemos. Si hay que golpear,
golpearemos. Si tenemos que partir un par de cráneos o hundir unas cuantas
costillas, pues los partimos o las hendemos. El esfuerzo esta ahí y la
recompensa será grande y generosa: la Paz para los de buena voluntad. Los malos
al cementerio.
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