Lunes de exámenes.
Pasado mañana, Mara, empieza sus exámenes. Dos para el
lunes, otros dos para el martes y los dos restantes para el miércoles.
La pobre esta como un flan y yo agotada. Hemos pasado quince
días de trabajo intensivo rematando lo realizado durante todo el verano; ella
conmigo cuatro horas diarias (naturales, sociales, música) y, después, por la
tarde en una academia otras tres horas con mates, lengua e ingles.
Ayer casi se me queda dormida con la teoría cinética
molecular de Dalton; despertó un poco con la depuración de las aguas y la
contaminación atmosférica del aire y sus posibles consecuencias. Ya sabéis ese
calentamiento global que lo mismo sirve para explicar que Bush es muy malo,
como para predecir calor y, después, las rachas de frío; teorías para todo y
todos, según convenga. Como esa lucha por los bio-carburantes de los grupos
ecologistas que, ahora, se rasgan las vestiduras, cuando ven que van teniendo
éxito pero a costa de más deforestación, más agricultura moderna e intensiva,
más eliminación de especies animales... ¡un desastre vamos! Y nosotros,
cuidado, nos viene, por lo mismo, la subida de los cereales debido a los
biocombustibles, es decir: subida del precio del pan (10%), con ello, la subida
generalizada de todos los productos básicos: harinas, pasta, huevos para seguir
con el resto. Y ojo, las subidas del orden de un diez por ciento, lo notaremos
en el bolsillo. Los pñoliticos sigue echando balones fuera como si no le
pagásemos para algo.
Y vuelvo con Mara. Estos quince días se los tomo con ganas,
sobre todo al principio. Poco a poco, se ha ido desinflando. Por ejemplo el
martes pasado, hizo bronca, en medio de la hora de música, por caramelos. Quería
caramelos de forma inmediata, que le fuera a buscar golosinas sino no
estudiaba. O este viernes con su preocupación vital sobre si la muerte de Diana
fue un accidente o fue un asesinato, si su marido le había puesto los cuernos o
no, sobre lo que pensaba la reina o el pueblo ingles; era tal su preocupación,
inmensa, que tuve que dar un golpe en la mesa para reconducir el tema a lo que
teníamos entre manos: ¡el compás!
Ya esta despertando, se preparara el desayuno muy despacito,
lo tomara más despacito, dirá que esta agotada que si puede quedarse a dormir
media hora mas y yo, le recordare que pasado mañana son los dos primeros
exámenes. Le entraran las prisas inútiles y la calmare y nos pondremos a
revisar un poco de naturales y de mates.
Ya contare.
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