Tuesday, November 26, 2013

Mara y las Bratz.


Mara y las Bratz.

 

Para mi suplicio tuve que tragarme “Bratz, la película” en un descanso en los estudios, una pausa misericordiosa, casi obligada antes de que ella o yo reventásemos. Así que al cine un viernes por la tarde, sesión de las cuatro y cuarto.

 

¡Pobres padres y su suplicio!

 

¡Qué mal habremos hecho para que nos castiguen tanto?

 

Pero ella salio eufórica de la película, le encantó, la chifló, la deslumbró……y todo lo acabado en ó. Salimos y, andando, le pregunto que quiere para merendar, total unos minutos mas o menos no eran importantes, cuando, ante su silencio, giro y no la encuentro a mi lado. ¡La perdí en la calle paseando!.

 

La primera reacción es llamarla a gritos. Y grite como una posesa, incluso me metí en medio de la calle llamándola por su nombre.

 

La segunda reacción fue correr a la esquina de la calle, a la otra esquina, atravesar, ver la ultima cafetería, la tienda modas, el chino.

 

La tercera fue acordarme de la policía, se hacia tarde. En esto que estoy llamando cuando me acuerdo del cine. Voy corriendo, con las sandalias de tacón en la mano….Allí la encuentro mirando embobada el cartel de la película y unas cuantas fotos de la misma.

 

Llego extenuada, sin aliento, sudando, con el corazón en un puño, toda despeinada y un brillo de desesperación en la mirada. Ella se vuelve, como si despertase de un sueño y me mira sonriendo, su sonrisa dulce y luminosa que se le acaba como por ensalmo cuando ve como estoy:

 

-“Mami, ¿Dónde estabas? ¿Cómo estas así? ¿Estas bien? ¿Te hacen daño las sandalias?

 

Me volví a mirar las fotos de la película, son preciosas. ¿Por qué me miras así?...”- me lo dice con verdadera preocupación, debo parecer una loca perdida.

 

La abrace con fuerza, casi llorando, queriendo comerla a besos o matarla a patadas.

 

“¡Que susto me has dado! ¿No venias conmigo? ¿Por qué te paraste sin decirme nada y me dejaste marchas como si nada? No vuelvas a hacer esto, Mara, o no respondo de mi y de tu integridad física”- le conteste mientras la furia iba escapando de mi mente y ni corazón se iba normalizando.

 

-“Lo siento, mami, la próxima vez te aviso mas fuerte pero pensé que me veías quedarme. Lo siento de verdad pero no hice nada malo”-me respondió suavemente.

 

Suspire hondo y le dije de ir a merendar.

 

Me cogió del brazo y me dijo que quería tortitas del Vips.

 

Allí nos fuimos, las dos, bien agarraditas, no fuera que la perdiese otra vez..     

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