Mara y la decoración de casa.
(Me quedó esta historia traspapelada en el baúl de las
pequeñas tonterías. Rescatada, me he puesto a escribirla y reírme con ella
conforme la recordaba, si bien, en su momento, no me hizo ninguna gracia. Fue
poco antes de esta última navidad, en la época de los exámenes de la primera
evaluación)
Se quedó estudiando matemáticas y sociales. De la primera
tenia que repasar un montón de cosas de la lección de exponentes. De sociales la próxima
semana le tocaba un examen de control.
Allí la deje encerrada y con los libros abiertos sobre la
mesa y un montón de buenas intenciones. Yo salí a las tres y media y volví a
las nueve de la noche. La salude con un beso y me puse a hacer la cena: bocata
vegetal y un filete de pescado a la plancha.
Cenamos en la cocina. Mara estaba de muy buen humor y yo, viéndola
feliz, también, y pensando en que la tarde había sido productiva. Hablamos de
las fiestas, de la merienda, de las postales de navidad, de unos compañeros de
clase, de un mensaje gracioso que le habían mandado y de que siempre pescado.
Recogí la mesa y me voy al salón a ver un poco la tele en su
compañía. Y me encuentro con..... ¡las ventanas pintadas con temas navideños,
el árbol de navidad de todos los años puesto con sus adornos y luces, el papa Noel
de luz colocado en la pared y encendido, el pequeño nacimiento montado en un rincón,
sobre su puerta una corona de flores, su ventana profusamente decorada y las
felicitaciones ya cerradas con remite y dirección puestas!. Ella, henchida de satisfacción
por todo el trabajo realizado en mi ausencia...pero de los estudios nada de
nada...
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