"Cuando
se cierra un ventana, se abre una puerta."
Casualidades,
azar, el karma ¿quién sabe? La vida es una toma inconsciente de decisiones que
nos llevan a un resultado u otro. No somos conscientes de lo que pasa a nuestro
alrededor ni de las pequeñas consecuencias unas veces favorables y otras, un
tanto negativas, que se producen en el tiempo...
Todo empezó
por unos pendiente que quiso Mara como uno de los muchos regalos de Reyes. Nada
del otro mundo, al menos para mis gustos. Pendientes que vio conmigo haciendo la
compra de la semana, por una vez que viene y a pedir. Unos pendientes de plata,
con colgante lleno de piedrecitas brillantes de mil colores, cuarenta y cinco
euros del ala. No es por el precio sino porque ya le teníamos los regalos de
este año, un regalo más de este calibre y mi presupuestos a la mierda. Le
encantaron, se le encendieron los ojos, casi se pone a dar saltitos en la
calle dando palmadas como cuando era pequeñita...
Bueno, haciendo
trizas mi corazón, ya ella en casa, me fui a por los dichosos pendiente. No
estaban en el escaparate. Los acababan de vender. Me tire de los pelos, me
quisieron ofrecer otros...la chica me dijo que probara en otra tienda, no muy
lejos de allí, media hora andando, entre Cuatro Caminos y Estrecho. Para allí
me fui pensando en que estaba haciendo la tonta, pero mi consciente me decía a seguir tía.
Cansada y
cabreada conmigo misma entré en la tienda y pregunte por los pendientes
dichosos. Nada, estaban agotados, los tuvieron pero...mi gozo en un pozo y para
eso mas de media hora de caminata y tener que volver a casa con los pies reventados...
Por la noche
me acorde de que si quería hacer los roscones de Reyes (los hago yo y me salen riquísimos,
nada de esos prefabricados de pastelería, los míos los mejores y sin ningún
atisbo de vergüenza lo digo, con la receta de la bisabuela mejorada un poco por mi
abuela) me faltaba "el agua de azahar" y unas almendres crudas y
fileteadas. Pues nada, a vestirse y a Mercadona, la ultima que abrieron, muy
cerca de la plaza de Quevedo; allí me fui con mucha desgana y muchísima pereza,
allí compre lo que me faltaba y para casa con la idea de hacer dichos roscones
el sábado. Saliendo y caminando me pare súbitamente, mire un escaparate a mi
izquierda de una muy pequeñita tienda de objetos de regalos y relojes, con una sección
de bisutería y otra de plata. Allí estaban los "benditos" pendientes...quince euros...no
me lo podía creer. Bueno, no me creía la suerte de encontrarlos así por las
buenas y también por el precio de los mismos. No me lo pensé mas. Entré y los
compré, cajita molona, paquete de regalo molón...¡quince euritos!...
Alegre, es
que soy más que tonta, como una tonta con el regalo me marche casi dando
saltitos; y digo "casi" porque mi rodilla no me permite esos excesos...
No comments:
Post a Comment