Mara y sus
sinsentidos, preguntas con escasas respuestas.
Está un poco
bajita estos días del comienzo de la primavera, la pobre, se hace mil preguntas
y hay pocas respuestas porque cada uno debe de buscarlas en su interior. Las
soluciones a los problemas planteados siempre son diferentes para cada uno de
nosotros.
“Un hombre
ama una mujer.
Una mujer
ama a un hombre.
Moléculas y
átomos en movimiento.
Creación de
otro cuerpo.
Un bebe, un
niño apenas.
Alma de
hombre, alma de mujer.
Al niño:
¿Cómo se le forma el alma?
¿De dónde le
viene esa alma o espíritu?
¿Qué sentido
tiene la vida?....
Porque sino
todo es como una trampa en la que nos meten desde el primer día del nacimiento,
nos engañan…
Te engañas…te
engañan…
No me lo
digas porque la felicidad no existe, el bien tampoco, todo es una ilusión y la
felicidad también.”
Le explico
lo que el universo es para nosotros y que nosotros le damos nombre y forma; sin
nosotros el mundos seria un vacio, un nada, es nuestra consciencia que le da
forma y existencia; le hablo de la sonrisa de un niño, de energías que se unen,
en la muerte/cambio, a esa energía común que es la gran evolución del universo
en busca de la plenitud, pero ella sigue:
“Pero ¿qué
hacemos nosotros aquí, que esperan de nosotros? ¿Por qué nos han puesto en la
vida?
¿Qué hay mas
allá de la muerte?
¿Qué vine a
hacer aquí?”
Le hablo del
amor, de que un día, encontrara su media
naranja, la plenitud del amor, la creación de la vida, la familia como
continuación de la existencia…vida y libertad para ser nosotros mismos.
“Es dejar una huella en el mundo, Mara, dejar
una señal de que estuvimos aquí y algo, algo bien, hicimos.”
Y esta la
búsqueda de la felicidad. Todos tenemos derecho a ser felices solo que no lo logramos, unas veces por nuestros
egoísmos, otras por los egoísmos de los demás. Felicidad, amor, fruto. Pero
para eso hay que andar, caminar decidió el objetivo, comprometerse, pelear por
los sueños…
Le hablo que
no hay una sola respuesta, cada persona tiene su respuesta y pueden ser
diferentes y todas validas. Lo que vale para uno puede no valer para otra.
Le cuento el
detalle de cómo Adán y Eva en el Paraíso les ponen nombre a todos los animales
y cosas, como generan una identidad real con su designación. Todo tiene un
nombre de poder y energía, de fuerza y de presencia.
El problema
esta, me parece, en que esta pasando por una etapa de poca valoración de su
“yo” personal, ya os lo dije está un poco bajita de ánimo y de ilusiones…al
tiempo que, con los cambios y esas hormonas locas de los dieciséis años, no se
conoce bien, no se comprende.
Es la
clásica pregunta del que está desorientado, el que ha perdido un camino, el que
las cosas (¿Qué cosas serán?, habrá que averiguarlo con ciertas dosis de
paciencia y prudencia) no le salen como ella esperaba…
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