Friday, December 11, 2015

Bajo la niebla…


Bajo la niebla…

En otoño, por la mañana temprano, la bruma de la ría invade los capos y la ciudad, la envuelve en un abrazo de oso con un olor peculiar, olor que recuerda a las algas, al pescado fresco, a la madera calafateada de los botes de pesca…te levantas, te vistes y al abrir la puerta es como si entraras en otro mundo, un universo lleno de dudas, de formas difuminadas, de preguntas que solo se contestan con un avanzar casi de ciego.

Me gusta mi ciudad bajo la niebla de otoño. Me traen recuerdos de los libros de Lovecraft o, ya pensando en algo más modernos y brutal, del amigo Stephen King de sus buenos tiempos, cuando sus novelas eran como un tajo a nuestras seguridades y un mono con sonajas nos podía fastidiar una buena noche o ese piloto nocturno…

Bien abrigado avanzas por entre calles y bultos que se mueven como espectros, huyen de tu calor o de tu odio. Todo está cerrado y en silencio, no es una ausencia de ruido sino que este es como si estuviese contenido bajo paneles de cristal, silencio de respiraciones entrecortadas y de palabras al oído...

Los coches con sus luces encendidas asemejan unos modernos ciclopes rumbo a Dios sabe dónde o cuando…

La cartera te pesa.

La humedad se te mete por cada resquicio de la ropa, te va humedeciendo. No hay que decir lo del pelo ya encrespado y mojado, esas gotas que se acumulan sobre las cejas y, bien formadas, corren por las mejillas como si llorases por la humanidad en pleno. Tiemblas de frio húmedo y viscoso lo que te lleva a pensar en serpientes y cosas peores que no puedes ver. La bruma te va robando el calor que tienes y con el la seguridad.

Es curioso, piensas, en este estado no hay sombras, es como si nos las hubiesen robado o estas huyeran de súbito presintiendo algo terrible o perverso.

Te guías por los pequeños soles, casi sin luz, de las farolas de la gran vía. Avanzas como aquella vieja insomne, la de la alcuza buscando vida y palabras y amor…

Notas que el sol lucha por hacerse presente pero todo lo que consigue es una huella pálida en lo alto…como si fuera un sol pálido, al que le quietaran la sangre un vampiro estelar gigantesco…

Algunas sombras fantasmagóricas se cruzan contigo; algo deben de ver en ti que se apartan para no rozarse, nadie se acerca a nadie. No te pasa nadie pues normalmente tú vas más rápido que la gente del barrio. Te queda poco para el insti, ya está a punto de llegar, cinco minutos y estarás a salvo…

En tus pensamientos no te das cuenta de la sombra que te alcanza por la izquierda, como se adecúa a tu velocidad y a tu paso, como se pone  a una distancia que podríamos decir que no muy correcta. Tu en tus nubes de rimas y miedos, de libros y de fantasías. Casi te roza, ya a tu altura lanza su mano a tu entrepiernas, estruja tu sexo, lo manosea como buscando un hueco, una raja; es un segundo o menos pero no por ellos dejas de reaccionar con el inicio de un empalme; el desconocido lo nota, lo soba como con sorpresa, se le escapa un “Uffff” audible y rápido lo suelta y sale corriendo diciéndote: “Lo siento, creí que eras una chica”…

No sabes si salir corriendo y darle una buena tunda (por lo de tocarte o lo de confundirte con una chica) o meterte detrás de  unos setos y hacerte una paja…no sabes, no reaccionas y terminas riéndote de la bruma, de los fantasmas, de los monstruos de Lovecraft y de todo…”el hombre es el mayor monstruo para el hombre”…

No comments: