No! No te daremos nuestro dolor.
No te daremos ni el gusto de nuestras
Dudas en el sacrificio de nuestros hijos,
Ni nuestra fe en las batallas
Contra tus enemigos,
Ni nuestra conmiseraciĆ³n con las
Plagas infectas enviadas.
No, No, No. Nunca te daremos
Ni el dolor de nuestras mujeres pariendo,
Ni el de los brazos doloridos
Forjando espadas del acero bendito.
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