Sunday, January 03, 2016

Dice las leyes físicas que la materia ni se crea, ni se destruye, solo se transforma…lo mismo que los niños.


Dice las leyes físicas que la materia ni se crea, ni se destruye, solo se transforma…lo mismo que los niños.

De pequeños, en su primera etapa, desvalidos, con esa dulzura especial que hacen que deseemos comerlos y que hasta lo más desagradable se hace con ganas y sin asco o dolor. Más tarde, ya sabiendo andar y hablar, con los sinsabores que dan salvados por la inocencia de sus ojos, las frases lacerantes, la sonrisa confiada…

De adolescentes ya es el comienzo del desastre, son autenticas bombas en potencia que no sabemos cuándo o dónde van a estallar, las hormonas locas que los invaden descolocándolos y descolocándonos, sudores agrios, poluciones nocturnos, afirmación de la personalidad, asesinatos del padre y la madre (en sentido figurado, eh, sicológico), el novio o la novia, el pirsin, la ropa roída, el no querer ducharse en semanas o, al contrario, dos o tres duchas diarias, respuestas a más agrias aún, deseos de libertad que no controlan, actitudes de mayores con detalles de niños pequeños…

Pasado ese sarampión de la adolescencia del que no hay vacuna, por ahora, ya jóvenes rumbosos por los caminos marcados en las cartas que les toco en suerte o que se buscaron entre ellos, los amigos y la familia, que mucho  hace, por fortuna o desgracia. La búsqueda del futuro, de los sueños a realizar.

En cada etapa sus problemas siempre distintos, siempre diferentes. De los problemas del baño diario, de los catarros, de las vacunas pasamos a los problemas de la escuela, de las palabras soeces que ha escuchado en el recreo, de los cumpleaños de los de la clase. Y de esos, casi sin continuidad nos encontramos con que ya empiezan y quieren ser libres, despegados de nosotros, que quieren ir al cine con los compas, que quieren salir con al pandilla, que quieren  regresar a las nueve y media (a pesar de que saben quela hora de la cena es entre las nueve y nueve y cuarto), la discusión de la paga semanal que nunca les llega….y de pronto los problemas son de universidad, de chicas y chicos, de la chica que les gusta o el chico por el que están  locas, son los artistita de sus series favorita, son esa falda tan mona, tan cara, tan corta como cara…

No es la materia la que se transforma, son los problemas que existen y ahí están, no se crean, no se destruyen, solo se transforman con el tiempo y el crecimiento de los cuerpos que siempre van por delante del crecimiento de la cordura, del entendimiento, de la razón. Niños en cuerpos de adultos.

Y un día quieren volar, ser libres antes de tiempo. Y sueñan con pájaros dorados en jaulas de cristal,   sueñan con águilas  luchando con serpientes en medio de la carretera, añoran esos dioses de la televisión y que ellos pueden hacer mas y mejor.

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