Día 3.
¡Increíble!, lo intenta una tercera
vez.
Con la cabeza gacha, pidiendo ayuda
al monitor de turno.
No sabe que en el gimnasio ya es
famoso por: “El empalmao”, “El pedorro”.
Empieza bien, calienta en la
bicicleta, en el andador. Se controla...
Una maciza deja libre una maquina
sensacional, de esas de pesas. Se anima, se le encienden los ojos, y se escapa a las pesas, le corre
prisa. No puede más. No se controla...
Se sienta y prueba. No se da cuenta
del nivel en que esta. Le cuesta.
La siguiente que ve libre es de
bíceps, fácil. Chulo el llega, se esfuerza, huele, nota un muy mal olor. Mira
el asiento…empieza a pensar… ¡el!, conclusión: sale escopetado al aseo, silbando
por aquello de disimular, en el baño hace lo que puede, se quita el slip, se
seca con papel higiénico. Sale.
Una chica espectacular se dirige a
el, que piensa, “¡He ligado!”, ella con media sonrisa curvada le dice al tiempo
que le señala el culo: “Te sale el papel higiénico por el pantalón”. Chafado se
lo quita y se vuelve a la maquina de bíceps. De la que sale con ayuda del monitor
por un calambre descomunal en el bíceps izquierdo, una parálisis del cuello y un golpe tremendo, una pesa
de un kilo, en el pie derecho..
No comments:
Post a Comment