Mara y su jersey azul.
Todos tenemos alguna cosa, sobre todo ropa, con la que nos
encariñamos. Puede ser un pantalón, una blusa, un jersey, un abrigo. Algo que
nos seduce como un viejo amigo, y que nos resistimos, a pesar del tiempo, a tirar, que seria lo
normal.
Así Mara con su jersey de angora azul.
Hemos tenido miles de discusiones sobre la conveniencia de ponérselo
con otras prendas, discusiones sobre la necesidad de lavarlo, discusiones sobre
la necesidad de jubilarlo y comprar otro nuevo.
Mara, erré que erré, por ella, se pondría ese jersey todos
los días del año. No se lo quitaría ni para lavarlo. Lo combinaría con marrones
y negros, con lo que sea…un desastre.
Pues bien, sin previo aviso, ya hace seis meses, el jersey desapareció.
BUFFF, como por arte de magia. Desapareció.
La culpa me la lleve yo, por supuesto. No me importa. Pero
la prenda, por más que buscamos, no volvió a aparecer.
Mara de morros, y yo, lo confieso, feliz.
Le compre un nuevo jersey al que trato, desde el primer día,
de forma disciplente, como si fuera nada, una bagatela, un incordio.
Y todo iba bien hasta el pasado miércoles, comienzo de un
hermoso puente y comienzo de un pequeño viaje a la sierra. Hacemos las maletas
y, en el fondo del armario aparece el dichoso y viejo y maloliente jersey de
angora azul de Mara. ¡Como se puso Mara de contenta! Huelga decir que se lo
puso de inmediato, ni que le quedaba pequeñísimo(después de dos estirones que
la llevaron a los 1,65 que mide actualmente), ni que estaba sucio y tenia dos
rotos…¡Nada! Se lo puso y no había forma de que se lo quitara. ¡Su dichoso
jersey de angora!.
Ante la amenaza de no hacer el viaje se avino a quitárselo y
ponerse el que iba a llevar y yo me avine a que lo metiera en la maleta y se lo
llevara consigo, de viaje.
El viaje, frío y sobre todo nieve, la primera del año, nos
llevo más de tres horas. Tres horas para hacer 160 kilómetros. Pero, lo
importante, llegamos bien y contentos.
Entramos, cogimos las habitaciones, abrimos las maletas y….
¡Horror y desgracia! ¡Maldición y amargura de vacaciones! El jersey que Mara había
metido en su maleta, no estaba. De nuevo, la culpa recayó sobre mí.
-Mara, tú lo metiste en la maleta. Tú cerraste la maleta. Tú
metiste la maleta en el coche y la has abierto aquí en la habitación. ¿Como
crees que pude hacer desaparecer el dichoso jersey? Todo el rato hemos estado
juntas…
-Pues estaba aquí y, ahora, no esta. La culpa es tuya, tú me
hiciste que me lo quitara.
-¡Vale!, hice que te lo quitaras pero quien se lo trajo y lo
metió en la maleta, fuiste tu ¿estas bien segura de haberlo metido?
-¡SI!
Y así cuatro eternos días. Le dije de todo, que seguramente estaría
encima de su cama, que se habría equivocado, que… ¡yo que se las cosas que le
dije! Pero ella cabreada fastidiada y fastidiando a todos.
Ayer volvimos. Mara corrió a su habitación y…..nada.
Rebuscamos por todos lados y no lo encontramos. Un extraño misterio.
El jersey azul esta perdido y Mara aun espera que vuelva
junto a ella algún día del futuro cercano en esta historia cercana a los Expedientes
X.
2 comments:
Un placer volver a leer tus letras. Espero que estés muy bien, Prometeo.
Un abrazo y feliz verano.
Durrell
Pues alegre de ver que tu también sigues por estos aires y en plena forma....un fuerte abrazo.
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