Sunday, April 24, 2011

¿Los hombres vuelan?.



(Ayer murió un buen amigo, Poldo. Ayer su cuerpo decidió dejar de funcionar y se fue…un universo que desaparece con su muerte. …deja huecos sin llenar, culpas sin cerrar, ausencias...

Hace ya la friolera de cuatro años escribí esto para el, acababa de intentar suicidarse tirándose por el hueco del ascensor del edificio donde vivía, sobrevivió hasta ayer…

Descansa en paz viejo amigo.)

La respuesta es siempre no.



Pero siempre hay algún loco que lo intenta y acaba estrellado en los brazos duros de nuestra madre Gea.

Siempre hay soñadores y algún poeta.



Pero los poetas prefieren el dulce elixir de la ambrosía y el canto, falsamente adulador, de las modernas sirenas.



(Pasa, a mi vera, el canto de dos ambulancias, un coche de bomberos y tres coches de policía. Les acompaña ese rugido feroz, no de fiera, de los mueve-hojas, los recoge cacas de perro y la máquina de mojar los pies a todo viandante.)



Pero los soñadores se retiran a sus casas de cartón-piedra, bajo los viejos puentes ya condenados,



Soñando hermosas casa de cartón-piedra llenas de jardines, fuentes y puentes amnistiados llenos de yonkis y basura.

Era un soñador y poeta.



Mal poeta y peor soñador.



Un mes en coma y sigue soñando…



(La chica nunca bien amada;



La llamada, por fin, de su amigo lejano en el espacio y en el tiempo;



Un beso dulce de su madre como cuando era muy niño;



Una playa jamás violada por los técnicos del ayuntamiento;



Una comunidad de vecinos bien avenida;



La paz, la tranquilidad que nunca tuvo;



Una guitarra, la suya, de cuerdas irrompibles;.....)

Mucho tiempo esperando en la estación a que pase ese último tren y pueda cogerlo.



La humedad empapa sus ropas y las nieblas marinas mojan sus escasos cabellos.

Tiene ya su billete en la mano, lo enseña como una pequeña bandera al viento.



Los trenes pasan, no paran y a su paso quieren arrebatarle ese pequeño ticket que es su esperanza.



Compró su billete en el sexto piso de un inmundo edificio, de una sucia calle, de una triste ciudad,



Abrió la puerta del hueco del ascensor, puso sus treinta monedas en la repisa y cogió el billete para el viaje saltando al vacío.



Entre todos le compramos el billete, entre todos les pusimos las alas, se las pegamos con chicle y le dijimos que ya podía volar.



Pero el tren no para y el está llorando. (Y yo estoy llorando).



! Por favor, hacer que pare ¡Tiene su billete en la mano!, lo enseña a todo el mundo y el mundo no se para, que pueda subir a su tren.



(El mundo no sabe, no esta llorando)



Por favor hacer que paren esas maquinas de vapor, esos brebajes fosforescentes, esa vida artificial artificialmente mantenida.

Y pueda iniciar un nuevo viaje, el de verdad, lleno de bellos poemas y verdaderos sueños,



Donde pasee con Segismundo por las calles de Dinamarca;



Donde disfrute con Sancho de una buena pitanza al calor del hogar;



Donde él y Valdemar cuenten las viejas historias de miedo mientras la luz del día agoniza;



Donde la búsqueda de la verdad no termina ni en el Nautilos ni en el Kraken



..Y donde Leonor le tiende la mano y juntos van a la caza del cuervo insomne colocado encima del busto blanco de Mozart.

1 comment:

Cálida Brisa said...

Prometeo
El dia que entró la primavera se llevo a mi mejor amiga un cancer que no tenia solución, era joven, buena persona y la extraño mucho dentro de mi alma.
Tu que sabes lo que se siente cuando se pierde un amigo lo entenderas.
Un abrazo y besos con aromas de mar
Cálida Brisa