Carta abierta a Maria San Gil.

A Maria San Gil.

Estimada, y dejame llamarte, hoy, amiga, quiero desde este modesto blog pedirte disculpas por lo acontecido en la universidad de Santiago por un grupo de gilipollas, envidiosos, resentidos y de cerebros lavados, que han olvidado quien es su madre, que han errado el camino y no recuerdan el rostro de su padre.
Los gallegos no son asi, no somos asi, de verdad, creeelo.

Querida San Gil, perdonalos por que no saben lo que han hecho; la ignorancia ya se sabe; la falta de humanidad, tambien.

Nadie puede pedir la muerte de una mujer.

Nadie puede pedir la muerte de una madre.

Nadie puede impedir que se hable.

Y si quieres volver, hazlo, no tengas miedo, todos estaremos alli para defenderte y defender los valores de la libertad, la humanidad, la fraternidad y la igualdad. Defenderte como la mujer y la madre que eres, contra los intolerantes, los fillos do demo, los fascios, los seguidores de Hitler, los que a falta de ideas quieren usar la violencia gratuita sin saber que se estan descubriendo a si mismos, los maleducados.

Un fuerte abrazo y de nuevo, disculpa y te prometemos que te defenderemos siempre.