Un nuevo reto: La primavera de Botticheli en punto de cruz. En un otoño casi primaveral pues ¡que mejor!
Será el mas grande que he realizado, siempre un poco mas de tamaño y un poco mas difícil. Más de 40 hilos de diferentes colores, sin contar con los del remarcado. Nueve hermosos personajes y la naturaleza rodeándolos. Mercurio a la izquierda de la composición, como el guardián del jardín de Venus.
Un poco a su derecha las tres gracias que, mas tarde, Rubens, las transformaría en sensualidad y carnes lascivas. Aquí tres jóvenes delicadas, casi desnudas, danzan (Voluptuosidad, Castidad y Belleza) en un gesto femenino y coqueto, pirueta de baile ensimismadas, con sus elaborados peinados y simples joyas. Peinados de jóvenes nubiles, casaderas.
En el centro del cuadro como una madonna, Venus, prototipo de la mujer/ diosa, con su vientre ligeramente abultado, con la toca de una mujer casada, Sobre su cabeza la floresta se abre para formar una especie de aureola. Es la fuerza de la creación, reproduciros y dominar el mundo.
Sobre su cabeza, Cupido, lanzando flechas hacia las tres gracias.
A la izquierda, como saliendo de la nada vegetal, o como una parte de el, en colores fríos y apagados, Céfiro, soplando la suave brisa que hace posible la primavera.
La ninfa Cloris vomitando flores de primavera que recoge Flora en su vestido transparente.
Y Flora mirándonos directamente, taladrándonos, en un gesto inusual para la época, como la sonrisa que nos regala al tiempo que nos envía, a través de la tela, las flores recién renacidas.
Hay un bello contraste entre las figuras por la claridad de sus pieles y sus coloridos ropajes, con el decorado, ese fondo arbolado de forma casi matemática, ordenado y dominado por las fuerzas de la naturaleza.
Es un cuadro bellísimo y me esperan muchas horas de arduo trabajo. No puedo poner una imagen del mismo pues Terra tiene problemas en este momento para dejarnos subir fotos. Lo podéis encontrar en: