Monday, May 08, 2006

El hombre de negro alcanza el poder. Capitulo I.

En un pais lejano en el tiempo y el espacio al nuestro, existia un reino de los de antes, con reyes de corona y cetro, con un palacio lleno de camareros y camareras, grandes alfombras rojas y grandes lamparas de araña, incluso con un obispo permanente y un grupo de musica que te cagas. Por tener hasta tenia plaza publica y cadalso donde, jueves y domingos , simulaban ajusticiamientos realizados por un muy viejo verdugo; un verdugo de verdad, de capucha negra, aliento fetido y granos en la nariz, como los de toda la vida. Pero como era un pequeño reino, su ejercito, no podia faltar, estaba compuesto por solo cuatro personas: El ministro de la Guerra, primo segundo por parte de madre de la reina, siempre vestido de gala y miles de medallas que ya no le cabian en la chaqueta; el Comandante Jefe, primo tercero por parte de madre de la reina, vestido todo de blanco y famoso por haber servido en la legion extranjera francesa(de eso presumia el, aunque alguna persona afirmaba que, estando borracho de anis, una noche, conto que lo de servir en la legion extranjera era cierto, si, por cinco años, si, pero fue para huir de una condena por intentar robarle un pollo en el mercado a una viejecita, que resulto ser cinturon negro de judo y casi le rompe la espalda, tres costillas los dos ojos amoratados); el soldado con su fusil que habia heredado, lo mismo que el puesto, de su padre, que, asu vez lo heredo de su abuelo, que, asu vez, lo heredo de su bisabuelo,etc, con bigote de ordenanza, casco oxidado, borrachera permanente y un uniforme de la segunda guerra mundial que su mujer se lo lavaba dos veces al mes y, por ultimo, un espia malvado de ojos torcidos, barba, que vestia siempre de negro para ocultarse bien entre las sombras y al que llamaban "el hombre de negro"; un espia de verdad con carnet internacional y todo sacado en la universidad de espias de Pernambuco.
Los reyes reinaban, es decir, no hacian nada mas que ponerse trajes y mirarse en el espejo grande que la reina tenia en su alcoba, de vez en cuando, cuando alguna visita, celebraban una gran fiesta con pollo asado y musica en directo del grupo que te cagas. El espia espiaba pensando que todo el mundo, incluido el Comandante Jefe, conspiraban contra el y el reino, por ello siempre estaba detras de alguna sombra escuchando, detras de alguna cortina vigilando, debajo de alguna cama siguiendo o escapando de las pedradas de los niños de la ciudad que no le aguantaban.

Todo empezo con un muslo de pavo.¡Si!. ¡Un reino por un muslo de pavo!. Era una pequeña fiesta de cumpleaños del sobrino segundo del marido de un primo, por parte de madre, de la reina. Cumplia 47 años. Fue una fiesta con pollo asado, globos, patatas fritas, globitos, ganchitos, globos de agua, tortilla de la reina (¡puaghh!), globos de colores, de postre tarta con velas (¡45!, no tenian suficientes), y todo amenizado con la musica del grupo que te cagas. Por culpa de la fiesta el espia estuvo todo el dia sin parar, oyendo todo, de arriba abajo, escuchando todo, anotando todo en su libreta negra. Cualquier critica a la fiesta y a los reyes quedaba anotada en su libreta, ¿He dicho que era negra?¿como podria escribir en una libreta negra?. Bueno, pues estaba cansadisimo y hambriento, fue a la cocina y viendo un hermoso muslo de pavo, que no habia querido la reina en la cena de anoche, decidio comerselo. Estaba cogiendolo cuando..... se le adelanto el Comandante Jefe, que ademas, era su jefe. Conversacion:
Comandante Jefe (CJ): Suelte mi muslo de pavo, ¡Cretino!.
Espia(espia): No me da la gana.
CJ: ¿sabe usted quien soy?. ¡Soy su jefe, obedezca y suelte mi muslo de pavo!
Espia: No me da la gana.
CJ: Le voy a meter un muslo que se va a acordar; ¡perdon! un puro de pavo le voy meter que se va a acordar.¡Perdon!. Un meter muslo se va a acordar del pavo...... ¡bueno!, suelte ya que aun no he comido y me esperan en la fiesta.
Espia: No me da la gana.
CJ: ¡Firmes...Ar!
Espia: (entre dientes y poniendose firme) Se va a acordar de esto. Me lo pagara. Lo juro por San Ruibarbo, patron de los espias, que me lo va a pagar.
Alla se fue el Comandante Jefe, orgulloso, con su muslo de pavo que se comio en tres bocados y se presento en la fiesta lleno de grasa, del muslo, en la boca, en las manos, en el pelo, en el hombro derecho, en el pantalon e, incluso, en el zapato derecho.
El espia, rencoroso como ninguno, se quedo maquinando como fastidiar al Comandante Jefe que tan mal lo queria y que, ahora y siempre, era su enemigo; se quedo tambien comiendo dos bocadillos de jamon, unas croquetas de bacalao, un trozo de tortilla de chorizo, tres vasos de vino, una generosa racion de queso viejo, cuatro pasteles, dos torrijas y una copita de vino dulce. Rumiaba y rumiaba, entre bocado y bocado: "Si hay un accidente, se mueven las gentes oscuras, alguna algarada y dos notas mias al rey y al Ministro y al hoyo el Comandante Jefe. Claro que ademas de organizar el accidente hay que preparar el como y el cuando. Tiene que ser algo relacionado con palacio para que al rey le entre cangelo

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