Friday, February 24, 2006



Dudaba si escribir esas cinco cosas raras que hacemos, una vez que me ha llegado mi turno. Nuestras manias, rarezas, nunca se dicen, pertenecen a nuestro recondito jardin oscuro. Por eso no me creo todas esas historias en los blogger. Sin embargo, las que voy a contar son verdad, de otra forma seria mejor no escribirlas. Hoy os dire la primera:

Me gusta,cuando voy sola, visitar los cementerios.La foto de arriba es del cementerio modernista de Comillas obra de Lluís Domènech i Montaner y la de esa estatua es de Josep Llimona i Bruguera, llamada El Angel .
Me encuentro a gusto en esos pequeños senderos rodeados de tumbas, algunas tan pequeñas como la edad del niño que esta enterrado en ella. Me conmueven esas tumbas diminutas, anormales, injustas. Hay todo tipo de cementerios: romanticos, pobres, urbanos, modernistas, romanicos, familiares, abandonados, aridos, tristes, floridos.....en cada sitio es diferente.Y que decir de esos angeles presidiendo, acogiendo almas puras (cuando morimos todos somos como niños inocentes al encuentro de una respuesta), y esas esquelas llenas de sentimientos y añoranzas. Los actuales de nicho va y nicho viene me gustan muy poco, dan una sensacion de claustrofobia, como de cerrar habitaciones y olvidarlas, prisiones de cuerpo y alma. ¿Y que decir de las flores?: frescas de cada dia, una sola rosa roja, marchitas, podridas, de plastico, tumbas vacias, amapolas en verano, hierba verde recien cortada (alimentada por las miles de lagrimas derramadas que ellas acogen con pesadumbre), chuchameles,.......lo mejor, las mas sabrosas moras de verano se dan en las tapias de los cementerios gallegos.
Y ese silencio acogedor que te envuelve, que te hace ser un poco mejor, que te hace pensar en los tuyos que tienes un poco abandonados y que ese sera tu ultimo refugio.
(Ahora que lo pienso si vais a la provincia de Huelva hacer la ruta de los dolmenes, son sorprendentes.Es otro tipo de cementerio).

Me gusta ir con un libro de poesia ahora que se me han muerto mis poetas, sentarme y leer. Damaso, Alexandre,Guillen,Cernuda, Diego, Hierro...Ya no me queda ninguno. ¡Sera un poco de morbo!.
Recordar aqui ese poema "Cementerio protestante en Huelva":

A la sombra del gran pino
reposan los recuerdos,
lejanas vidas, lejanos ecos
de una existencia, desarrollo
florecido de inquietudes;
las huellas se han ido
borradas por las lluvias,
desleidas por el tiempo.

Un aura translucida
flota en la atmosfera,
leve vibracion de un ser
que añora lo que perdio.
Viejos tiempos, largos años,
pasaron de abuelos a padres,
pasaron de hijos a nietos,
terminando en una tumba
olvidada, un metro de tierra,
apenas una losa borrada,
cuatro piedras caidas,
una puerta que no cierra,
y un olvido que no cesa.

Olvido, vuelta a la paz,
paz y, de nuevo, negacion.
Rechazo contra la vida,
ansia que se perpetua....
en una alfombra de hierba
llena de flores, hayá,
lejos, por la primavera.

Paré un dia de verano,
me acerque con pasos quedos,
el animo encogido,
por el sendero rojo
bordeando viejas minas.
Me sente en una piedra.
Pasaron horas, con ellas
las nubes viajaron lentas;
un rayo de sol se colaba
alumbrando la puerta.

Atardecia.

La paz se adueñaba
en silencio, la luna
nos visitaba. Mi alma
leia viejas lapidas.

Anochecia.

Ilustres: lejos de vuestras tierra
por los tesoros de esta moris ,
manos andaluzas os enterraron
lejos de los suyos, en este
cementerio protestante
entre Alosno y Tharsi, a la orilla
de una extraña ruta,
tan extraña como la vida.

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