Traqueteando hacia mi destino: Iglesias.
Me acerque a
la salida, apoye mis manos en el cristal de la puerta.
Reflejos
sobre el negro del túnel volcánico...
¡Y me quede
extasiado en su serena belleza!
No podía
pensar en algo tan joven y bello.
Sentada y
mirando al vacio con sus ojos verdes...
Sus manos
agarrando un pequeño bolso de lona.
Los segundos
pasaron como un mazazo.
Me gire
cohibido por mis muchos y provectos años.
No la vi, la
busque pero no estaba allí...
Un hueco
entre dos matronas gesticulantes.
Un engaño de
mi mente calenturienta pero…
Volví a
verla reflejada, mismo sitio, misma posición...
La luz de la
estación rompió el encantamiento,
La puerta se
abrió arrojándome a una condena.
Al vacio del
más acá.
No mire atrás y me fui con mi vida a cuestas...
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