I. Historias.
Me dijeron
que su muerte fue dulce y rápida.
Una llamada
de teléfono no tan intempestiva.
En la ducha,
bajo el agua calentita.
Estaba
cansado, quiso sentarse.
Se sentó, apoyo la cabeza en su hija,
La pequeña,
mi hermana pequeña.
Allí se quedo
dormido, cerró los ojos.
Ya no se
despertó. El agua caía dulcemente...
Sus ojos
seguían ausentes...
Me gustaría
esa muerte así, con el agua fluyendo
Y las
fuerzas dejándome poco a poco...
Mientras me
abandono en un nuevo camino...
(Te quiero papá)