Trasformamos
a medida
nuestras
ilusiones,
estrechamos
nuestras miras
reducimos
los sueños.
Bajamos las cortinas
ante la desidia
de nuestra
indolencia.
Ponemos
forros inútiles por temor
como
cremallera que sube y baja,
nos da miedo
ensanchar horizontes.
Nos
acorazamos con parches de cuero.
Las sombras
de la vida
ocupan
nuestro escenario.
Nos ciegan
los
estertores del silencio,
Absorben los
sentidos
Nos asordan.
Las palabras
huyen
a lejanos
precipicios.
Nos
enmudecen.
No hay rosas,
ni Narciso
en el pozo
sin fin.
No hay
caricia ni besos
en las
alcobas vacías.
Solo, solo
queda la sombra
Perdida en
la tierra....
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