Friday, June 30, 2006

Estamos en una sociedad anestesiada, dormida.
No se habla, la comunicacion esta rota a nivel personal y, sobre todo, familiar; esta tan rota con abierta y plena esta el negocio de la comunicacion en diarios, radio, television....etc.
No hay pasion que mueva voluntades y montañas. Perdidos en una red de banalidades y relativismo huimos de los compromisos pasionales y de la pasion misma. Los amores eternos no existen; el compromiso eterno no existe; la familia no existe: Fabulas que se inventaron los viejos para huir del calor en verano y picar en invierno. Todo es relativo, la vida, la verdad, la mentira, la etica, el amor, la muerte......¡La muerte, no!. Es mejor no menealla. Huir de su palabra, escapar de su mencion como concepto, da miedo. Y eso que estamos rodeados de esa palabra, esta en cientos de fotos diarias en los noticiarios, en la prensa, en la tele. Pero son otros los que mueren sin entender el motivo. La vida es injusta. Nosotros seguimos, otros mueren. ¡Que mueran!.
Por ello, cuando algun loco osa ponerse a hablar de la muerte en una reunion se le calla, se le silencia con algun chiste, se le aisla cambiando de tema, se rompe la reunion dejando, al pobre loco, en medio de un vacio y con un gran dolor de cabeza.
Solo, a veces, cuando la muerte toca algun conocido o familiar nos avenimos a asumir su presencia palpable en nuestro entorno, a verla como dignificadora de la vida, como aliciente de nuestra existencia. Pero el muerto va al hoyo y el vivo a su consumo diario, a su estupida vida diaria.
Y asi banalizamos el amor transformandolo en un mero contacto con condom. Y asi banalizamos la familia como un simple lugar de encuentro donde esta la comida, una cama y todos aburridos. Y asi banalizamos la verdad como aquella necesaria en el momento necesario o todo es verdad dependiendo del punto de observacion o la verdad es lo que nos conviene.
Porque la muerte es todo lo contrario de esta sociedad; representa la pasion, el compromiso total, la verdad intangible ante la que no caben medias tintas, representa a nuestros ancianos padres, al sufrimiento de millones de seres en un mundo que no es el nuestro, al deseo de perpetuarnos en el tiempo: "un arbol, un libro, un hijo".
Cada uno debe buscar su verdad. Os recomiendo un librito:"El fin de la infancia de Arthur C. CLarke". Maravilloso.

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